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    La Intendencia de Montevideo tiene un “rumbo claro” y al final del período habrá resuelto los principales problemas de la ciudad

    “Muchos dicen que en 22 años no logramos resolver el tema de la limpieza de la ciudad. Yo digo que eso es falso”, afirmó Ana Olivera y coincidió con su director de Recursos Financieros, que evaluó que los impuestos que pagan los montevideanos son bajos para los servicios que reciben

    “Montevideo está en obra de punta a punta y de norte a sur” y en los próximos meses la población podrá ver las mejoras que eso generará en el transporte colectivo y en el uso de los espacios públicos. Además, antes de que termine el actual período de gobierno estará resuelto el problema que genera la basura en la ciudad y la presencia de clasificadores con sus carros en las calles de la capital.

    Pese a las críticas que recibe de la oposición y al descenso en la aprobación de su gestión, la intendenta Ana Olivera se muestra entusiasmada con lo que ha realizado en los dos primeros años de gobierno, asegura que este año los ciudadanos empezarán a notar los cambios y no se plantea un escenario en el que no cumpla con lo propuesto en el programa de gobierno.

    La intendenta afirma que está cumpliendo con lo que prometió en su campaña electoral y que su administración tiene un “rumbo claro”. Olivera no acepta que se diga que el Frente Amplio no solucionó el problema de la basura en 22 años de gobierno. “Cada período tuvo desafíos distintos”, señaló.

    Dijo también que la Intendencia tiene que lograr una “alianza” con la ciudadanía para superar el problema de la falta de limpieza en la ciudad y debe además “transformar” un “estado de ánimo” negativo de los montevideanos, que invisibiliza las obras que ha hecho la comuna.

    —¿Cómo evalúa los dos primeros años de gestión?

    —Estamos en esta segunda mitad con la posibilidad de mostrar absolutamente todo lo acumulado en estos primeros dos años. ¿Qué quiero decir con esto? Que tenemos un rumbo claro, por varios motivos. Tenemos un programa de gobierno, y tenemos planes, y tenemos proyectos.

    Hay muchas cosas que hablamos en la campaña. Y a mí me importa mucho decir, de las cosas que hablamos en la campaña, en esta cumplimos, en esta estamos cumpliendo, en esta los pasos son los siguientes.

    Estamos en pleno proceso de revisión del Plan de Ordenamiento Territorial que define las grandes líneas. Hay planes sectoriales como el plan director de Saneamiento. Tenemos hoy el 93% de las viviendas de Montevideo saneadas y estamos avanzando y ejecutando a muy buen ritmo las obras. Otro plan muy importante es el de integración de asentamientos irregulares. Está incluido en un proyecto más grande, que es la reconstrucción de barrios y por tanto la prevención de futuros asentamientos. Cuando se culmine la obra del Cilindro, Montevideo va a tener el primer centro de espectáculos cerrado con condiciones. ¿Cuánta gente no pasa por Montevideo porque no hay un centro de espectáculos cerrado y con buena acústica? Tenemos proyectos de revitalización de los barrios de Ciudad Vieja y Cordón. El Mercado Agrícola es una realidad que ha transformado el barrio. También está en proceso el plan de Movilidad Urbana, que implica grandes obras, con espacios públicos, alumbrado, una nueva concepción del refugio peatonal, de los semáforos. Esas grandes obras implican que sobre ellas funcione un sistema de transporte que demuestre que el transporte colectivo para las ciudades es lo ideal en las horas pico, como pasa en la mayor parte de las ciudades del mundo. Montevideo está en obra de punta a punta y de norte a sur. En agosto se inaugura la terminal de Colón, la primera terminal multi modal. Esto le va a permitir a los montevideanos ver el rumbo, hacia dónde vamos.

    —¿No avanza lento la reforma del transporte?

    —No, para nada. El sistema funciona, se va a ver ahora. La prueba del nueve es cuando comience este año a funcionar el corredor de Avenida Garzón. La obra de General Flores también se termina en este quinquenio. Además, estamos en plena negociación para que este quinquenio se realicen las obras de Av. Italia. Entonces, no va lento. Obviamente no es una obra fácil.

    —Hace años que se habla de un nuevo diseño de los recorridos de las líneas de ómnibus. ¿En qué está ese proyecto?

    —Cada vez que terminamos un corredor se rediseñan las líneas. Venimos hace más de dos meses trabajando en eso con las empresas. Montevideo sigue creciendo en su parque automotor: empadronó en el primer semestre 10.000 autos cero kilómetro. Por lo tanto, las ciudades buscan diversas soluciones. Esta solución implica un diseño y un estudio de la cantidad de líneas y de las frecuencias y de cómo llegar a todos los barrios de Montevideo. El sentido del sistema es llegar en el menor tiempo a cualquier punto de Montevideo. Nosotros aspiramos a que el automovilista se dé cuenta de que vale la pena dejar el auto para ir a trabajar y subirse al ómnibus porque va mucho más rápido. Pero no vamos a motivar a los ciudadanos a que sean usuarios del transporte colectivo si no muestra que es ágil y que pasa en hora. Ahí tenemos un plan claro y este año vamos a ver los primeros resultados.

    —Otra de las áreas fundamentales es la limpieza de la ciudad. ¿Qué pasa con ese tema?

    —No me gusta esquivar el bulto. Hay dos temas que junto con el de movilidad fueron definidos por mí como centrales: uno de ellos es la limpieza. Quiero aclarar un tema: algunos dicen que yo me comprometí a que en los primeros seis meses se resolvía el tema de la limpieza. Pero yo dije que en los primeros seis meses íbamos a desarrollar un plan de impacto de la limpieza y que simultáneamente íbamos a trabajar para tener un plan director con soluciones de fondo. Empezamos con el plan de impacto y ese plan tiene algunos logros importantes que a veces se minimizan, como el haber solucionado el problema de los talleres de mantenimiento y así tener la flota necesaria para levantar todos los contenedores. Cuando yo asumí había 10 camiones sanos. Es más, en medio de la campaña electoral hubo un día que había un solo camión que funcionaba para todo Montevideo. Otra cosa es cuando hay conflicto. Pero en condiciones normales tenemos cómo resolver la recolección. A los cuatro meses del plan de impacto tuvimos el conflicto (con Adeom), que implicó con mucha serenidad tomar la declaración de esencialidad, pero también muchos de los logros del plan de impacto que habíamos realizado retrocedieron. Igual seguimos trabajando en el plan director de limpieza que presentamos el año pasado. Esto implicó compra de equipamiento, que son millones de dólares que vamos a ver en los próximos días en Montevideo: 13 barredoras para los municipios, 6 camiones lava contenedores. Cuando yo asumí hacía un año y medio que no se lavaban los contenedores.

    —Pero la ciudad sigue estando sucia. ¿A qué se debe entonces?

    —La gente no quiere escuchar explicaciones y estoy de acuerdo; la gente quiere que la Intendencia resuelva el problema. Ahora, resolver el problema implica un proceso complejo que tiene que ver con el equipamiento y con el personal para ese equipamiento. Implica analizar el comportamiento de los que somos generadores de basura. Hay un problema que ya resolvimos en estos dos años que es la transformación de la disposición final de residuos. Ahora, en el medio entre lo que recolectamos y lo que hacemos con la disposición final hay otra cantidad de procesos que suceden. Ahí tenés que trabajar con cada uno de ellos. Estamos trabajando con las empresas, no las quiero culpabilizar, pero hay algunas que es insólito que no tengan un plan de gestión de residuos. Algunos esperan que entre el carrito del clasificador y estoy convencida que son los que protestan que haya carritos en Montevideo. El tema de los clasificadores, además de todo el conflicto que genera en la ciudad, es una patada en el corazón vinculado con lo social. Vamos a hacer un nuevo censo. Es un relevamiento que va más allá de cuántos son sino de poder definir una política en función de quiénes son, cuántos del hogar viven de eso. Mientras tanto, abordamos otros aspectos: dónde no pueden circular, que lo hagan en las condiciones que establece la normativa. Simultáneamente, queremos generar experiencias de sacar la riqueza de la calle para que el clasificador no tenga que ir allí sino que vaya a un lugar para clasificar. Esta es la experiencia de las 87 manzanas en Pocitos.

    —Ese plan que busca que los vecinos clasifiquen sus residuos no ha tenido buenos resultados hasta ahora...

    —Nos tiene preocupados porque tiene atraso, y ratifico —aunque alguno se haya molestado— que ha habido una campaña en contra señalando que esto genera un perjuicio para los edificios que adhieran al sistema.

    —¿Esa es la razón por la cual no ha tenido una buena acogida ese sistema?

    —Creo que nosotros tenemos que meter el pie en el acelerador. Esto implica que hay quienes están trabajando desde lo local y nosotros centralmente visitando los edificios. Más allá de la negociación que hicimos con las administradoras de los edificios y los porteros.

    —Lograr la adhesión de la ciudadanía implica un gran desafío; hubo campañas anteriores que fracasaron. ¿Cómo van a lograrlo esta vez?

    —El convenio con Cambadu es que se entreguen menos bolsas de plástico. Vamos a hacer una campaña para que la gente use la “chismosa”, la bolsa de material recuperable. Tendremos que hacer campañas simultáneas. Por ejemplo, se vienen las barredoras mecánicas y sé que será una discusión de la sociedad. Pero me aferro a que si en otros países las barredoras funcionan, acá tienen que funcionar. Va estar el tema de los autos en la calle y las cosas que se tiran. Hay que hacer una campaña, como en otras partes del mundo, del consumo responsable: la gente no usa envases retornables, se usa vajilla descartable. Tenemos que generar esa alianza con la ciudadanía. Mientras tanto tenemos que avanzar en la generación de la planta de clasificados. Esto implica sacar la basura de los mayores lugares de concentración poblacional y a la vez seguir trabajando para la capacitación y la incorporación al mundo del trabajo formal de los clasificadores.

    —¿No están apostando demasiado a la buena voluntad de la gente respecto a que no ensucie? ¿No tendrían que poner sanciones?

    —Hoy nosotros solo podemos multar casas o medios de transporte. La Intendencia no tiene derecho a pedirle la cédula de identidad a una persona. Esto requiere una serie de análisis de lo normativo para cumplir con eso. Tenemos un sistema que no habilita a multar personas o la multás en función del vehículo, de la propiedad o de la empresa. Tenemos que abordar el cambio cultural con el control de la aplicación de las normas. En eso venimos trabajando. Muchos dicen que en 22 años no logramos resolver el tema de la limpieza de la ciudad. Yo digo que eso es falso. Cada período tuvo desafíos distintos. Cuando Tabaré (Vázquez) fue intendente el problema eran los basurales. Cuando se fue quedaban 120 basurales de los dos mil que había. Después cuando asume Mariano (Arana) continuamos con el tema y vino un fuerte reclamo con el tema del barrido y le dimos prioridad a eso. Ahí pensamos en un plan diferente y empieza el trámite para tener contenedores en Montevideo. Los contenedores fueron un éxito porque crecieron la cantidad de clasificadores y sin embargo no había tanta basura para recoger y los contenedores tenían tanto éxito que en 2006 ya con Ricardo (Ehrlich) se extiende el sistema. Ahora nos toca una etapa distinta. Y es una etapa distinta también respecto a la relación de los ciudadanos con la ciudad. Es de las cosas que tenemos que ser capaces de leer. Y pensamos también que el sostenimiento del tema de la limpieza va por un enganche mayor de la ciudadanía con su ciudad. Uno de mis balances en estos dos años es que Montevideo está en obra pero que están invisiblilizadas porque aún no hemos logrado resolver el tema de la limpieza en todos sus componentes. Por ejemplo, nos ocurrió, cuando terminamos la iluminación de la Av. Carlos María Ramírez, que una vecina mandó una felicitación al alcalde diciéndole: ‘lo felicito por la iluminación, nos permite ver mejor las baldosas rotas’. Ese estado de ánimo es el que tenemos que lograr transformar. La visualización de una cantidad de obras que hablan del cumplimiento de los compromisos con los vecinos.

    —¿Nota entonces un estado de ánimo negativo de los montevideanos con la ciudad?

    —Es un estado de ánimo asociado a que salgo de mi casa y veo el contenedor con basura alrededor, veo a la persona que está sacando basura, veo una persona que está adentro del contenedor y es un número reducido de personas. Por lo tanto pensamos que eso tenemos que poder resolverlo en el correr de este año. Nosotros igual vamos a comenzar las campañas antes, vamos a buscar comprometer a la ciudadanía en esto.

    —Usted habló de una serie de obras y transformaciones en el departamento, pero la semana pasada la empresa Factum divulgó una encuesta que indica que el 56% de la población de la capital no aprueba su gestión. ¿A qué atribuye esto? ¿Lo toma en cuenta?

    —Uno tiene que tomar en cuenta todo. No conozco la encuesta a fondo. En algún lugar vi una declaración de que esta fuerte negativa está atada al tema de la limpieza. Bueno, eso puede tener que ver con que en dos años, de un proceso de acumulación de poder generar las condiciones para cumplir los planes, hay un punto que es neurálgico que se visualiza como un tema no resuelto. Nosotros estamos dando respuesta a este problema y recién llevamos dos años. Alguna gente cree que estamos terminando y como hay una cuasi campaña electoral adelantada, más todavía, pero cumplimos dos años el 8 de julio.

    —¿Cree que en estos años que quedan de gestión van a estar solucionados los principales problemas de la ciudad?

    —Trabajamos para eso. Uno escucha habitualmente que “no saben a dónde van”. No, sabemos a dónde vamos. Estamos cumpliendo con el plan operativo.

    —¿Qué pasa si llega el fin del gobierno y no hay resultados?

    —No me planteo ese escenario. La Intendencia tiene un rumbo, tiene planes. Los ciudadanos van a ver los resultados del plan director de limpieza, van a ver los resultados del plan de movilidad urbana, van a ver los resultados del plan de recuperación de barrios, van a ver los resultados de recuperación de espacios públicos. No son ideas, son planes que se están concretando. Tenemos los recursos. Tenemos una Intendencia equilibrada aunque no es poderosísima en los recursos.

    —El director de Recursos Financieros de la Intendencia, Arturo Echevarría, dijo que los impuestos que pagan los montevideanos son bajos para todos los servicios que da la Intendencia. ¿Usted está de acuerdo?

    —Yo comparto lo que dijo Arturo. Para los requerimientos que tiene Montevideo hoy, los recursos que tenemos no son suficientes. Nadie entendería que cerrara las policlínicas, o los museos, o el Teatro Solís, o la Comedia Nacional.

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    2012-07-19T00:00:00