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Las tres renuncias presentadas semanas atrás en la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación generaron un duro reclamo de la Universidad de la República (Udelar) hacia el Poder Ejecutivo, que pidió cambios urgentes en la integración y el funcionamiento de ese organismo dependiente del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) y encargado entre otras cosas de velar por los monumentos históricos del país.
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En marzo, la historiadora Ana María Rodríguez Ayçaguer y los arquitectos Laura Alemán y Gabriel Peluffo renunciaron a la Comisión en rechazo al proceder de su presidente Nelson Inda. El punto culminante para su decisión fue la aprobación, sin previa discusión, de un informe elaborado por Inda y por el cual la Comisión apoyó la propuesta de instalación de una Virgen en la rambla del Buceo.
Rodríguez Ayçaguer y Alemán ocupaban sus puestos en representación de la Universidad, como titular y suplente, respectivamente. En una carta enviada al rector de la estatal, Roberto Markarian, ambas explicaron que “las decisiones tomadas en la Comisión se fundan —casi sin excepción— en premisas políticas: la prioridad no es el manejo adecuado de los bienes culturales sino el compromiso asumido con las autoridades públicas”. Sostuvieron que “la Comisión funciona como un mero aval ante las iniciativas que llegan desde el ámbito político”, entre ellos el Ministerio de Educación y la Intendencia de Montevideo.
A partir de estos argumentos, Markarian resolvió enviar una carta al presidente Tabaré Vázquez el 18 de marzo, con el objetivo de “transmitirle la inquietud de la Universidad por dos aspectos que inciden de modo directo en el cumplimiento de las funciones de la Comisión: sus vicios de funcionamiento y la pérdida de su especificidad como organismo asesor técnico en materia patrimonial”.
De acuerdo con el rector, uno de los problemas es que la Comisión funciona “con escasa transparencia en la toma de decisiones”, que a menudo se procesan al margen del plenario y son adoptadas de modo exclusivo por el presidente: “Un mecanismo que deja a la mayoría de la Comisión al margen de tales decisiones”.
El segundo problema es el predominio de los aspectos políticos en las resoluciones, a pesar de las opiniones técnicas contrarias. “Conspira contra los cometidos de la Comisión y viola su democracia interna. Entre otras cosas, no brinda garantías sobre el fundamento técnico-científico de las decisiones tomadas e induce la prioridad de los criterios políticos”.
Para Markarian esta situación se ve amparada por la integración actual de la Comisión (diferente a la que determinara su ley de creación Nº 14.040), la cual limita “la independencia crítica en las decisiones, que suelen ser adoptadas en virtud de criterios políticos que empañan o anulan las consideraciones técnicas”.
Actualmente, además del presidente Inda, el organismo está formado por tres representantes del Poder Ejecutivo, tres del MEC (uno de los cuales renunció, Peluffo), dos del Ministerio de Transporte y los dos renunciantes de la Universidad.
Gravedad.
“Para comprender cabalmente la situación es necesario tener presente que en los últimos años el concepto de patrimonio se ha ampliado: ya no remite al monumento aislado, sino que abarca otras dimensiones del territorio y el paisaje”, agrega Markarian en su misiva a Vázquez. “Estos avances enfrentan un creciente conflicto con iniciativas gubernamentales o privadas basadas en fundamentos económicos, políticos, etcétera. Ante esta recurrente contradicción se aprecia la gravedad de que las decisiones adoptadas por la Comisión descarten o ignoren asesoramientos técnicos”.
La prioridad a lo político, la falta de acceso a la información que tienen algunos miembros y el funcionamiento unilateral de la Comisión llevan a Markarian a describir la situación como “urgente”, “muy delicada” y que “debe ser atendida a la brevedad” por el Poder Ejecutivo. “De otra manera, se estaría poniendo en riesgo el ‘rico patrimonio de los orientales’ que Artigas defendió y que es misión de las autoridades preservar para las generaciones futuras”, advierte.
El martes 26, el Consejo Directivo Central de la Universidad aceptó las dos renuncias de sus delegadas y resolvió formar un grupo de trabajo encargado de elaborar una nueva Ley de Patrimonio. Aunque no recibió respuesta de Vázquez, al rector sí le respondió quince días después la ministra de Educación, María Julia Muñoz, quien compartió que “están dadas las condiciones para que el país se dote de un nuevo marco legal” expresado en una Ley de Patrimonio.
De todas formas, Muñoz sostuvo que la independencia técnica de la Comisión “es irrestricta, en la medida en que se trata de un organismo eminentemente asesor, no sujeto a jerarquía alguna y que por tanto no recibe instrucciones de jerarcas de gobierno”. Respecto a la supuesta falta de transparencia, manifestó que el Poder Ejecutivo está abierto a toda propuesta que la “mejore y subsane, si se diera el caso”.
“Lamentamos profundamente que la delegación de la Universidad de la República ante la Comisión del Patrimonio haya entendido que no se daban las condiciones para cumplir con sus cometidos”, concluyó.