La batalla por Maldonado se polariza entre los blancos, con Antía —un caudillo con métodos tradicionales— como favorito

escribe Sergio Israel 

A pesar de cargar con un abdomen asaz prominente y 71 años, Enrique Antía se mueve con agilidad. Uno de los últimos días de campaña, cargado de energía, vestido con vaqueros y una campera de la popular marca española Quechua, baja de su auto en el que llega solo a la sede central de la calle Aiguá de la capital departamental dispuesto a una nueva batalla que asegure la victoria en Maldonado.

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