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El rumbo para los 10 días de campaña que restan hacia el referéndum está marcado. El foco está puesto en esa franja del 20% al 28% que las encuestas engloban como los indecisos. Esa gran cantidad de votantes que aún no se definió es la que augura un final “abierto”. Y hacia allí están puestas todas las energías de los militantes en la campaña del Sí con un mecanismo definido: barriadas, barriadas y más barriadas.
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Si bien en estos días hubo y habrá en los próximos diversas actividades con actos públicos, eventos de recaudación como el espectáculo musical en el Velódromo Municipal y se intensificará la presencia en medios de comunicación con spots, en el comando de campaña por el Sí y los distintos espacios de coordinación tienen la convicción de que por la complejidad de temas que abarcan los 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración (LUC) que se pretenden derogar, convencer a los indecisos será una tarea que solo se logrará dialogando cara a cara. “Los mensajes en la tele no lo definen”, graficó un analista de izquierda.
Es verdad también que entre la dirigencia frenteamplista se reconoce que la billetera quedó vacía y que la pauta en los canales de televisión es muy costosa, por lo que la presencia en las tandas publicitarias es acotada y menos de lo que desearían. Pero hay convencimiento en que a los indecisos se les llega golpeando a la puerta de sus domicilios.
Ese entre 20% y 28% de indecisos incluye a personas menores de 35 años, que muestran un alto nivel de desinformación sobre lo que se vota el domingo 27, de nivel socioeconómico bajo y medio-bajo. Esa información y datos similares fueron aportados por la Fundación Siembra, vinculada al Movimiento de Participación Popular (MPP), que elaboró insumos sobre los cuales la comisión por el Sí y las organizaciones que lo integran definieron sus estrategias de militancia.
El ex secretario general de la Junta Nacional de Drogas y sociólogo Julio Calzada forma parte de la unidad de Sentidos Sociales de la fundación. Desde agosto Calzada y un equipo de otros técnicos se propuso estudiar el comportamiento de la sociedad relacionado con la LUC. Primero contratando preguntas específicas en las encuestas que realizó la consultora Factum y luego desarrollando encuestas online propias, entrevistas cualitativas y focus groups, la fundación analizó los datos a lo largo del tiempo.
De ese cruce metodológico, surgió que la mitad de ese grupo de indecisos forma parte de “sectores populares, poco educados y fundamentalmente jóvenes y mujeres”, relató Calzada a Búsqueda.
El nivel de desconocimiento ha disminuido en las últimas semanas, pero según dijo Calzada, en setiembre, cuando realizaron su primer relevamiento, 75% no tenía idea del contenido de la LUC. Incluso entre votantes que ya tenían definido apoyar el Sí y también decididos por el No había desconocimiento. Hasta finales de febrero ese porcentaje seguía siendo alto, ubicándose en el 61% los que decían estar nada informados y más o menos informados. De hecho, Calzada dijo que aún persisten casos de personas que no saben que es obligatorio votar el domingo 27.
Otro de los relevamientos que la fundación realizó fue una encuesta online con 7.000 casos donde se respondía a afirmaciones referidas a distintos temas, con posturas de los defensores del Sí y del No. Así, por ejemplo, a quienes decían votar por el No se les podía consultar en específico su opinión sobre los cambios en la educación o la portabilidad numérica.
De este cruce surgió que en torno al 30%, según explicó Calzada, dice estar alineado por una de las dos opciones pero en preguntas específicas elige las respuestas que reflejarían una posición contraria a la que pretende votar. “Hay gente que dice votar No pero que está mayoritariamente de acuerdo con argumentos del Sí. Esa gente puede variar su voto. Y eso no se varía con trabajo en los grandes medios, sino que solo puede darse en un intercambio mano a mano, cara a cara”, sostuvo el sociólogo.
Otro elemento que surgió de este análisis es el hecho de que a la población “no le cae bien” la polarización y que hasta ahora las campañas “no están aportando, en términos generales, para la toma de decisiones”. Los temas principales que sobresalen son la seguridad, la educación, los combustibles y los desalojos.
Este escenario, para Calzada, muestra que “hay bolsones importantes de personas que están abiertos a modificar su opinión” y que, “aunque votaron por la coalición de gobierno en octubre de 2019, discrepan con contenidos” de la LUC. “Acá es donde entra a jugar la micropolítica”, enfatizó.
Estos análisis fueron presentados ante la comisión por el Sí y de forma individual a cada una de las organizaciones que la integran, como el Frente Amplio, PIT-CNT, Fucvam y la FEUU, entre otras. El objetivo es que a partir de allí se definan los pasos que están implementando en la recta final de la campaña, reforzando la estrategia de llegada casa a casa y sabiendo qué temas priorizar para cada público y de alguna forma geolocalizarlo.
Existe un instructivo que se dio a los brigadistas, como los llaman, donde se establecen los pasos a dar para cada caso. Si hay una casa embanderada con el Sí se sigue de largo. Ya es un votante. Si hay una bandera del No se evita la discusión. Y comenzar el intercambio con quien diga que no sabe qué votará. También lo hay para los brigadistas cibernéticos, donde se establecen lineamientos para dar el debate en las redes sociales. La clave, basada en lo que arrojaron los relevamientos, es no atacar. Por ejemplo, se trabaja con tres placas diferentes (una para los que votan Sí, otras para los que votan No y otra para los que se identifican con el no sé). Hacia los indecisos el discurso apunta a reconocer que “hay artículos muy buenos” en la LUC y otros “muy malos”, no se entra en afirmaciones confrontativas sobre el contenido, sino que se plantea que lo que se pretende con el Sí es “decirles a los parlamentarios que rediscutan cada tema por separado con tiempo y buscando un entendimiento amplio”.
“Podemos lograr algo fantástico, que es decirles a los legisladores: ‘Hagan mejor su trabajo, para eso los votamos y les pagamos’”, se agrega en el documento.
