Las propuestas en Cultura de los cuatro partidos políticos con representación parlamentaria que compiten en la elección, el domingo 26, están planteadas desde hace varias semanas en los respectivos programas de gobierno. Mientras el Frente Amplio reivindica múltiples logros, los partidos de oposición critican una ideologización de la cultura, cuestionan mecanismos de asignación de fondos y reclaman más protagonismo de las tradiciones y un mayor vínculo entre cultura y educación. Los referentes en política cultural de los partidos Nacional, Colorado e Independiente reconocen algunos avances de la gestión cultural frenteamplista y descartan “propósitos refundacionales”, según afirmaron el jueves 16 Beatriz Argimón, Robert Silva y Martín Apecech, representantes del PN, PC y PI, en el foro Encuentro Políticas Públicas de Cultura, organizado en el CCE. Mientras tanto, la militancia frenteamplista ha fustigado duramente algunas propuestas por entender que se trata de acciones ya realizadas por la izquierda, como el registro de las fiestas tradicionales del interior del país, o por improcedentes, como los cambios para la Comedia Nacional.
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También se continuará el Área de Ciudadanía Cultural de la DNC, que ha generado programas como las Usinas Culturales (se acaba de inaugurar la decimoquinta en Parque Batlle), Fábricas de Cultura, Espacio Cultural Proyector, el encuentro Arte y Juventud y el Urbano Espacio Cultural, que atiende con propuestas culturales a personas en situación de calle.
Cultura en positivo.
“Un país de oportunidades” es el capítulo de la Agenda de Gobierno del Partido Nacional, que dedica ocho páginas a las propuestas en Cultura. “Un país de oportunidades es un país que se esfuerza por llevar los bienes de la cultura a todos. Queremos mejores museos, mejores bibliotecas y mejores salas en todo el país”, reza su introducción. Los nacionalistas señalan un alcance “desigual” de las acciones a favor de Montevideo y en contra del interior, para lo cual proponen el “Plan Cultura País”. Sobre el estado de las salas públicas del interior del país, se afirma que “las instalaciones escasean o están en mal estado, con algunas notables excepciones”.
El PN asegura que “los últimos dos gobiernos han gastado mucho dinero en políticas culturales” y “muchos uruguayos siguen sin tener una oportunidad real de enriquecer su menú de opciones culturales” debido a “un sesgo político” en las actuales políticas culturales, en favor de “quienes reproducen visiones de la realidad, justificaciones y ‘relatos’ que favorecen una causa política específica”.
Asimismo, se anuncia una “reasignación del gasto que hoy hace la Dirección de Cultura del MEC, privilegiando la transparencia de procedimientos y la definición de criterios de prioridad”.
El PN reconoce que la multiplicación de Centros MEC “ha sido un esfuerzo importante, pero tuvo orientaciones y logros muy desiguales”. Aplaude el Ballet del Sodre, pero afirma que “el resultado global no está a la altura de la cantidad de recursos movilizados”. Sostiene que se “restó apoyo a la celebración y cultivo de nuestras tradiciones” y denuncia una descoordinación entre la promoción de la cultura y las políticas educativas.
El Sistema Nacional de Museos que pone en marcha la Ley de Museos reglamentada la semana pasada (ver nota en página 43), es incluido entre los proyectos que “nunca llegaron a ser ejecutados” y “no dejó de ser un organigrama”.
Los blancos mencionan “logros lo que solo son continuidades” como el Instituto Nacional de Artes Escénicas, al que definen como “una reestructura del antiguo Departamento de Artes Escénicas de la Dirección de Cultura del MEC”, afirmación que fue rechazada por el director del INAE, Gabriel Calderón. También se cuestiona el reciente Museo Figari: “básicamente un nuevo nombre dado a una pinacoteca existente en el Museo Histórico Nacional”.
El PN apuesta a “desarrollar políticas culturales pluralistas, desvinculadas de todo sesgo político-partidario (...) sin intentar dirigirlos (a los ciudadanos) en sus gustos ni orientaciones”. Y agrega: “Recuperar nuestra matriz cultural es recuperar nuestro vigor ético como nación. El Estado debe asumir su responsabilidad”.
Entre las propuestas concretas está el plan Cultura en Positivo, una serie de campañas de sensibilización para mejorar la calidad del trato cotidiano en los espacios públicos, el Plan Turismo Cultural, que busca vincular el turismo y cultura y costumbres uruguayos, el Plan Cultura Nuestra, para elevar los índices de lectura, y destacar otras figuras de la cultura. El PN entiende que desde el gobierno se insiste con “unas pocas figuras”, como Torres García, Figari, Benedetti y Galeano y que no se ha destacado a Figari como pensador (este año el Museo Figari produjo una muestra que abarcó su obra literaria, filosófica y pictórica). Se propone realizar figuras “dejadas de lado”, como Acevedo Díaz, Herrera y Reissig, Florencio Sánchez (en 2010 se celebró el Año Sánchez), Carlos Reyles, los hermanos Vaz Ferreira, José Enrique Rodó, Arturo Ardao, y Delmira Agustini (este año se celebra ampliamente el centenario de su muerte), además de editar “textos clásicos de las letras y el pensamiento uruguayos”.
En infraestructura, el Plan Cultura País propone “en un plazo de 10 años, dotar a unos 30 lugares del interior y unos diez barrios de Montevideo de equipamientos en artes escénicas con una calidad similar a la Sala Zavala Muniz”.
También se anuncia la creación de una red nacional de salas teatrales, una red nacional de Espectáculos, “reorganizar la Comedia Nacional (perteneciente a la Intendencia de Montevideo), llevándola hacia un esquema de concursos por temporada, que asegure la renovación y calidad de sus propuestas mediante un proceso de selección a cargo de jurados idóneos”.
Otros planes a desarrollar por el PN son el Plan MAB (Museos, Archivos y Bibliotecas), para la profesionalización del personal que los atiende, fortalecer el sistema de archivos públicos y una “reestructura profunda de la Biblioteca Nacional”, Plan Crear Cultura, para “apoyar a los creadores culturales y fomentar la aparición de nuevas figuras”, que incluye un fondo para artistas emergentes: “Con el enorme monto que cada año distribuye el MEC en Fondos Concursables de controvertida gestión, se podría costear un fondo que ayude a la edición, realización y difusión de obras”.
Parques, biblioteca y silabeo.
Al igual que el PN, el Partido Colorado apunta a vincular la cultura con la red educativa formal y fortalecer la institucionalidad de la cultura en todo el territorio, aprovechando la estructura existente de los centros MEC. Si accede al gobierno, el PC creará el Consejo Nacional de la Cultura, integrado por la Dirección Nacional de Cultura y los directores departamentales de cultura, que “tendrá funciones de asesoramiento” y “aprobación de normas para la protección, promoción y gestión de las expresiones culturales y del patrimonio cultural en el Uruguay”. Además el PC piensa instalar “un Sistema Nacional de Promoción y Protección de los Derechos Culturales del Uruguay”, “aplicar efectivamente la Ley Nacional de Museos” —que entra en vigencia el próximo 28 de diciembre— y crear inventarios digitales del patrimonio cultural nacional.
El quinto punto prevé “fomentar la creación de mecenazgos por parte de empresas públicas y privadas, (...) incentivando también a artistas emergentes y productores culturales (...) a cambio de exoneraciones fiscales”, pero no alude a la existente Ley de Incentivo Cultural, que rige desde 2008.
Los colorados proponen premiar a las comunidades que recuperen monumentos y fachadas, fortalecer las celebraciones identitarias como el Día del Patrimonio, la Semana Criolla y las fiestas regionales, convertir a la Ciudad Vieja “en un verdadero museo al aire libre”, solicitando a la Unesco que la declare Patrimonio de la Humanidad, crear los Institutos de Paleontología y Arqueología, “potenciar los museos al aire libre como el existente en San Gregorio de Polanco”, “subsidiar la producción literaria a través del patrocinio”, “fomentar la industria del cine y la publicidad, proporcionando ventajas fiscales y locativas”, “apoyar las Llamadas, Carnaval, criollas, deportes tradicionales, etc.”, e “incentivar las políticas culturales en los barrios y en el interior del país”.
El punto 16 propone “crear ferias culturales” con “malabaristas, acróbatas, mimos y demás saltimbanquis”.
Para cumplir objetivos de inclusión social, se crearán Parques Biblioteca, en base a un ejemplo de Colombia, donde “se sacan la bibliotecas de los edificios cerrados, viejos y poco iluminados, a ambientes abiertos y con acceso a internet”.
Para recuperar los hábitos de lectura y escritura entre la población, se organizará en todo el país un “campeonato de deletreo y silabeo”, con premios y en coordinación con los “medios radiofónicos y televisivos, además de los electrónicos”.
Cultura independiente.
En su programa, el Partido Independiente (PI) reconoce que las condiciones para desarrollar políticas culturales con los gobiernos del Frente Amplio “han sido sumamente favorables”. Destaca como logros, un conjunto de leyes y un significativo aumento presupuestal.
Sin embargo señala que “proyectos y programas no han logrado los resultados esperados a mediano plazo y sus concreciones no condicen con la inversión de recursos presupuestales asignados”.
Cuestiona que los Centros MEC y las Usinas Culturales dependan administrativamente de Montevideo y no tengan coordinación con las intendencias, “lo que implica duplicar esfuerzos, lesiona la autonomía y avasalla las particularidades de cada localidad”.
También señala que los Fondos Concursables “no han logrado abarcar un conjunto diverso de iniciativas emergentes, sino que han privilegiado a artistas y producciones de consagradas trayectorias”.
El PI propone mejorar la coordinación con las intendencias; reglamentar la ley de bibliotecas públicas y modernizarlas; fortalecer los incentivos culturales, estimular la diversidad y agilizar la burocracia referente a la seguridad social para los artistas.