La crisis del 2002 provocó que amplios sectores de la sociedad vieran cómo sus ingresos se reducían mes a mes, mientras sus deudas seguían el camino inverso. Uno de las áreas en las que los uruguayos recortaron sus gastos para hacer frente a las dificultades económicas fue la educación: al año siguiente la cantidad de alumnos que asistían a la enseñanza Primaria en un establecimiento de gestión privada cayó al nivel más bajo desde que el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) lleva registro.
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Con la recuperación económica y su reflejo en los ingresos de los hogares, parte de la población volvió a incurrir en gastos que había postergado. Según el Anuario Estadístico del MEC, en 2011 y por cuarto año consecutivo hubo una traspaso de matrícula de la enseñanza primaria estatal a la privada. Ese trasiego hizo que hubiera 5,3 escolares matriculados en la enseñanza pública por cada uno que asistía al sector privado, la proporción más baja al menos desde el 2000.
El camino que siguió la economía de los hogares tuvo su correlato en las finanzas públicas. Con su llegada al gobierno en 2005, el Frente Amplio aumentó el presupuesto de la educación, que se triplicó si se comparan las partidas asignadas en 2004 con las de 2012. No obstante, para el investigador uruguayo de la Universidad de Gotemburgo (Suecia) Alberto Nagle, “los resultados de dicha inversión no han sido ni efectivos, ni eficientes, ya que no se visualiza una mejora cualitativa del servicio”.
Trasiego.
Todos los años, el Ministerio presenta su Anuario Estadístico, que incluye la compilación de información más reciente del sistema de enseñanza. En el volumen con los datos del 2011, divulgado en diciembre, se afirma que “desde 2008 viene procesándose una transferencia paulatina, pero estable, entre el sector público y el privado”.
“Esta tendencia podría explicarse en parte, por el mejoramiento en las condiciones económicas macro, que podrían facilitar un doble proceso: la sostenida transferencia público/privado observada en la matrícula, en paralelo con una mayor capacidad de los hogares para sostener la atención familiar de los niños”, explicaron los autores en su informe, y agregaron: “La educación privada presenta una evolución que se caracteriza por un incremento constante desde el 2004: en 2011, la matrícula supera en más de 8.000 niños a la de 2000”.
La disminución en el número de alumnos que asisten a la escuela pública no se explica solo por el traspaso al sector privado. En los hechos, la baja tasa de natalidad que registra Uruguay hace que ingresen cada vez menos niños al sistema.
La baja natalidad y la transferencia entre sectores provocaron que en 2011 hubiera 5,3 niños matriculados en el área estatal por cada uno en el privado, una proporción inferior a la que se registraba en 2003, cuando era de 7,1 (ver gráfica).
Disminuciones.
A diferencia de lo que ocurre en Primaria, la enseñanza media pública registra un incremento en el número de alumnos por cuarto año consecutivo y alcanza 331.659 jóvenes. En este nivel es posible que la matrícula siga aumentando, porque la cobertura está lejos del 100% de los adolescentes en edad de asistir a la educación.
“Los últimos registros, además de resultar en un importante crecimiento del sector público, este crecimiento no resulta, ni siquiera parcialmente, de la fuga de matrícula del sector privado. Todo lo contrario, ambos sectores crecen y en 2010 y 2011 se estabilizan. Y lo hacen manteniendo la brecha”, explicaron los autores del Anuario.
“Tratándose de un espacio educativo donde la cobertura deja de ser 100%, esto podría estar reflejando cierta mejoría en el reclutamiento y retención del sistema”, añadieron.
En el documento, los investigadores del MEC destacaron que a nivel de educación media básica en el 2011 hubo 6,7 liceales por cada uno que optó por la enseñanza técnica, la proporción más baja desde el 2000.
Según el Anuario, antes y después de las “edades de cobertura universal” —entre los cinco y los doce años— el “nivel de los ingresos de los hogares” pesa sobre la posibilidad de que un niño concurra a la enseñanza formal. “A los tres años asisten a un centro educativo menos de la mitad de los niños provenientes de los hogares más pobres (45,2%) y 8 de cada 10 de los niños de hogares ricos (81,1%”.
Los autores del informe destacaron como datos positivos registrados en la última medición, que “la participación en la educación de jóvenes provenientes de hogares pobres subió por tercer año consecutivo” y “disminuyó la brecha entre jóvenes de 13 y 14 años provenientes de hogares del quintil mayor y el primer quintil” de ingresos.
Tendencia negativa.
Si bien para las autoridades el aumento de la cobertura en la enseñanza media es un logro en sí mismo, otros resultados educativos muestran un deterioro.
En primaria, el porcentaje de repetidores en primer año subió de 13,9% en 2010 a 14,1% en 2011, mientras que en todo el ciclo escolar bajó de 6,2% a 6,1%.
A nivel de secundaria “la no promoción sigue incrementándose”, aunque la desvinculación se redujo. De hecho, en 2011 casi uno de cada tres estudiantes de educación media básica repitió el año (29,6%). Esto representa un aumento con respecto a 2010 (27,8%) y marca un crecimiento constante desde 2007 (ver Búsqueda Nº 1.695).
Esos resultados se registran pese a que los sucesivos gobiernos del Frente Amplio han “triplicado largamente los recursos destinados a la educación pública”. “Los resultados de dicha inversión no han sido ni efectivos, ni eficientes, ya que no se visualiza una mejora cualitativa de la calidad del servicio”, advirtió Nagle, quien cuenta con doctorado en Ciencias de la Educación.
El investigador planteó en su estudio que asegurar la asistencia continua a la escuela todavía es “un desafío a resolver por la educación pública”. En 2011 el 7,2% de los escolares faltó como mínimo 40 días. Ese porcentaje es inferior al de 2009 (11%), pero cercano al de 2008 (8,4%).
“Desde el punto de vista pedagógico y didáctico la referida situación presenta un desafío de consideración para el cuerpo docente de Primaria. Aparte del volumen del problema, debe recordarse que no todos los alumnos faltan al mismo tiempo. En tanto unos concurren otros no lo hacen, lo cual genera retos a la capacidad de planificación de los maestros”, señaló Nagle.
“Desde el punto de vista social la situación de la asistencia insuficiente y del abandono intermitente resquebraja el proceso de socialización básica de los niños —añadió el investigador—. La escuela junto a la familia son los dos agentes de socialización más importantes de la sociedad. En la escuela no solo se aprenden las operaciones aritméticas básicas y las claves del lenguaje, ciencias y artes. Aparte de ello, los niños y niñas aprenden a ser perseverantes, persistentes en el logro de metas fijadas, cumplir con un horario, convivir con otras personas, trabajar en equipo y respetar al prójimo”.
En su documento, que presentó en junio en el III Seminario Estrategias de Desarrollo, organizado por la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República, Nagle expresó su preocupación por el continuo incremento de la repetición en Secundaria y en algunos sectores de Primaria.
La no aprobación aumentó en los últimos tres años en las Escuelas de Tiempo Completo y en aquellas que integran el programa de Atención Prioritaria en Entornos con Dificultades Estructurales Relativas (Aprender).
Las estadísticas oficiales marcan una “tendencia estable hacia el desmejoramiento de la calidad del servicio educativo”, advirtió.
Para el investigador, “la no resolución de los problemas del nivel medio de la educación nacional hipotecarán las posibilidades de desarrollo estratégico del país, al tiempo que profundizarán las situaciones de inequidad social que se vienen gestando en la última década”