En un año en que el gobierno debió luchar contra niveles de inflación amenazantes de llegar a los dos dígitos, algunas de las tarifas de los principales servicios públicos fueron reducidas fuertemente. Si bien hubo incrementos en algunos casos, en promedio esos precios administrados subieron menos que el costo de vida en general, dando lugar a una baja en términos reales.
Principalmente por la baja del precio de la telefonía fija y la tarifa eléctrica, pero también por un aumento moderado del costo del abastecimiento de agua corriente y los combustibles, el promedio de las tarifas públicas tuvo un descenso en términos reales (suba por debajo de la inflación general) de 2,6% en 2014.
Por otra parte, el secretario de Industria, Roberto Kreimerman, comunicó ayer miércoles luego del Consejo de Ministros que la tarifa de UTE se incrementará 6,9% desde la fecha, un ajuste mayor al que previamente había determinado dicha empresa.
Durante el año pasado el gobierno tuvo que lidiar al mismo tiempo con niveles de inflación mayores a los deseados y un déficit fiscal que se ubicó en sus más altos registros desde principios de la década pasada.
En ese contexto, quienes administraron las tarifas de los servicios públicos se enfrentaron a una disyuntiva: disminuir esos precios para contener el aumento del costo de vida o aumentarlos para aliviar las finanzas de las empresas públicas y así las cuentas del Estado.
El déficit fiscal en los 12 meses cerrados a noviembre fue de 3,6% del Producto Bruto Interno, unos U$S 1.972 millones. Eso implica un deterioro frente al rojo de 2,3% que se observó un año atrás.
El Índice de Precios del Consumo (IPC), con el que el Instituto Nacional de Estadística (INE) mide la inflación, tuvo un aumento de 8,26% en todo 2014. Según cálculos de Búsqueda, el efecto que tuvieron las principales tarifas públicas en ese índice permitió que la inflación fuese 0,85 puntos menor; es decir que sin el manejo de esos precios el IPC hubiese aumentado 9,11%.
Además de los de las empresas públicas, otros bienes y servicios como el boleto, la leche, la cuota mutual y el tabaco dependen también de las decisiones del gobierno. Esos consumos explicaron el 3% de la inflación de 2014, cuando en años anteriores representaban el 10%.
Tarifas.
Durante 2014, algunas de las tarifas de los servicios públicos tuvieron una baja medida en términos reales, lo que significa que aumentaron por debajo del promedio del IPC.
El costo del servicio de telefonía fija fue el que más descendió en promedio de todo el último año: respecto a 2013 la baja fue de 13,8%, la mayor desde que se inicia la serie de datos (en 1985). Fue a su vez el 11º año consecutivo en que Antel reduce el precio de ese servicio.
Este comportamiento está relacionado en gran medida con los cambios tecnológicos en el rubro de las comunicaciones, que abarataron esos servicios en todo el mundo a la vez que la telefonía celular está sustituyendo progresivamente las líneas fijas.
UTE es la otra empresa pública que tuvo una baja real de su tarifa durante el año. Se abarató 4,9% y en ello tuvo incidencia el plan de rebaja “UTE Premia”, que se aplicó en diciembre de los últimos tres años, aunque con mayor alcance en este último.
Las tarifas que cobra el ente cayeron todos los años desde 2010, con una excepción en 2013, cuando subieron 2,9%. El desempeño económico en el caso de UTE depende en buena medida de la cantidad de lluvias y las posibilidades de generar energía a partir de las represas. En años de sequía la empresa estatal debió utilizar las terminales a fuel oil, que representan costos mucho mayores.
Luego de bajar más de 2% los tres años anteriores, el agua que provee OSE aumentó su precio 1,3% en promedio durante 2014.
Dentro de los combustibles, el gas por cañería también aumentó su tarifa el último año 3,3%, luego de una caída similar en 2013.
Las naftas costaron en promedio 0,6% más el año pasado, aunque en 2013 se habían abaratado 5%. La rebaja que Ancap aplicó sobre los precios de los combustibles a partir de la semana pasada implica una nueva baja real de su precio al público.
Ese último descenso del valor de las naftas se explica exclusivamente por la evolución del precio del petróleo en los mercados internacionales, que comenzó el 2014 por encima de los U$S 100 el barril y durante los últimos días se cotizó en unos U$S 45.
Índice.
El índice de tarifas elaborado por Búsqueda toma en cuenta los precios que cobran UTE, Antel, OSE y Ancap y el valor del gas por tubería. A esas tarifas se les aplica el peso que tiene cada uno de los ítems dentro de las ponderaciones de la canasta de consumo utilizada por el INE para el IPC; así se llega a un único indicador.
Dado que el manejo de las tarifas públicas incide en varios aspectos relevantes para la economía –el déficit fiscal y la inflación de precios principalmente–, los distintos gobiernos utilizaron de manera diferente esa “herramienta” según la coyuntura económica que les tocó atravesar.
En términos reales, el índice de tarifas cayó todos los años desde 2007. Durante el gobierno de José Mujica lo hizo 2,5% en 2010, 1,2% en 2011, 2,2% en 2012, 0,5% en 2013 y 2,6% en 2014. En promedio la baja fue de 1,8% en todo el período.
Durante la administración anterior, la primera de Tabaré Vázquez (2005-2009), el descenso también fue en promedio de 1,8% a partir de que el índice disminuyó los últimos tres años de ese gobierno.
Lo contrario ocurrió durante la administración de Jorge Batlle (2000-2004), con un aumento real de 5,7%. El incremento fue de 0,8% en la segunda Presidencia de Julio Sanguinetti (1995-1999).
La administración que registró la mayor baja fue la de Luis Lacalle (1990-1994), en la que se dieron tres años de caída real en las tarifas y el índice se retrajo 1,9% en promedio en el período. La primera Presidencia de Sanguinetti (1985-1989) tuvo un descenso de 1,5% en esos precios administrados.
