Miss Peregrine y los niños peculiares, de Tim Burton
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáLo mejor de esta película es que da ganas de leer el libro en el que se basa. Se llama igual. Y es obra del novelista estadounidense Ramson Riggs, especialista en historias juveniles. El guion del filme es de Jane Goldman, autora de la historia de X-Men: Días del futuro pasado y los libretos de X-Men: Primera generación, Kick-Ass y Stardust, entre otros. La adaptación de Goldman, dicen los que saben, introduce sutiles modificaciones al argumento original.
Miss Peregrine y los niños peculiares es una versión burtoniana, vintage, de la saga cinematográfica X-Men, con algo de Mary Poppins, El laberinto del fauno, Harry Potter y una de las últimas buenas y luminosas de Tim Burton, El gran pez. Como el profesor Charles Xavier y su Escuela para Jóvenes Talentos, donde los mutantes aprenden a desarrollar y controlar sus extraordinarios poderes, en este filme la señora del título (la magnética Eva Green) es la encargada de cuidar a un puñado de niños con habilidades y características peculiares. Como en El laberinto..., se revela la existencia de una dimensión paralela al otro lado de su realidad, con seres y sucesos fantásticos. Como en El gran pez, hay vínculos padre-hijo que necesitan una revisión y un veterano con historias increíbles contadas como verdades y pobladas de seres extravagantes. Como en Harry Potter, también hay geografías secretas y niños con poderes especiales que tienen los mismos miedos y deseos que cualquiera. En tanto, Alma Peregrine es una Mary Poppins gótica y con ballesta.
Ella es una ymbryne, puede adoptar forma de pájaro y crear bucles temporales, lo que les permite vivir en una dimensión donde el mismo día transcurre una y otra vez. El bucle temporal fue creado de apuro, no en un día perfecto: el 3 de setiembre de 1943 un bombardeo nazi destruyó la casa, por lo que Miss Peregrine debe retroceder el reloj, noche a noche, siempre a las 21, antes de que los aviones arrojen la bomba, para que el día vuelva a empezar como si nada. Así mantiene a salvo a los pequeños extraordinarios de los insistentes ataques de un grupo de villanos de ojos blancos y malignas ambiciones, liderados por el inquietante y poderoso Barron (Samuel L. Jackson en un papel no tarantinesco). Advertencia: Barron, como sus secuaces, tiene la abominable necesidad de devorar ojos de niños (peculiares). Jake (Asa Butterfield, gracia igual a 0) descubrirá esto y más cuando conozca a Emma (Ella Purnell) y a los demás muchachos. Y lo hará porque decidió seguir las pistas que Abe (Terence Stamp), su excéntrico abuelo, le dejó tras su misteriosa muerte.
El largometraje se toma un tiempo considerable en ganar ritmo para presentar a sus personajes. A Emma (Purnell parece dibujada por Burton), tan liviana que debe usar zapatos de plomo para no salir volando por los aires; Olive (Lauren McCrostie), capaz de crear y controlar el fuego; Millard, cuya peculiaridad es su invisibilidad, y Enoch (Finlay MacMillan), adolescente capaz de darle vida a los objetos. También hay una rubiecita con dientes en la nuca, otra chiquita con la fuerza de un levantador de pesas, una pequeña con poder sobre las plantas, un niño que puede proyectar lo que sueña y otro con abejas en su interior. Y están los gemelos, que, llegado el momento, mostrarán lo que los hace especiales. Por fuera del mundo de los peculiares aparece un personaje secundario interpretado por un irreconocible Rupert Everett. Hay algunas escenas donde se puede percibir que el realizador de Batman realmente se adueña del filme. Como en una pelea entre autómatas, en la que el director juega —otra vez— a ser Jan Svankmajer, o en la batalla emprendida por un ejército de esqueletos, al estilo Jasón y los argonautas.
La película no tiene la intensidad visual del mejor Burton, el de La leyenda del jinete sin cabeza, incluso el de El planeta de los simios, ni la pasión y el cariño de Ed Wood y El gran pez, como tampoco la atrevida libertad de Marte ataca. Hay sí, nuevamente, un relato sobre lo que deja atrás, el descubrimiento de lo extraordinario en lo que parecía ordinaria, atravesada por el misterio y la tragedia, y un personaje poco convencional, habituado a recibir el rechazo de los demás, destinado a convertirse en héroe. Como en toda la obra de Tim Burton.
Miss Peregrine y los niños peculiares (Miss Peregrine’s home for peculiar children). EEUU-Reino Unido-Bélgica, 2016. Dirección: Tim Burton. Guion: Jane Goldman. Con Eva Green, Asa Butterfield, Samuel L. Jackson, Ella Purnell, Rupert Everett. Duración: 127 minutos.