Tras la renuncia de Raúl Sendic y la asunción como vicepresidenta de Lucía Topolansky, Carrera ocupa desde este mes una banca en el Senado. Si bien pretende volcar su experiencia de gestión y sus conocimientos en materia de seguridad y convivencia en la construcción de la agenda legislativa, también quiere tallar en la discusión política.
—Lucía es una gran trabajadora, tiene una impronta que ya se ha visto en estos días: se ha reunido con la oposición, ha dialogado. Su propuesta es sacar la mayor cantidad de leyes posible, aumentar la productividad legislativa. Hay leyes importantes para el país como la de los cincuentones, la reforma de la caja militar, el tema del impuesto y la ley orgánica militar, están los cambios al Código del Proceso Penal que hay que aprobar antes de noviembre, la ley integral de violencia de género. Ella es una gran trabajadora y ya lo ha demostrado en estos pocos días. Todo el MPP está para apoyarla en esta nueva etapa.
—¿El MPP sale fortalecido al obtener la vicepresidencia?
—Esta situación no se esperaba. Lucía quería dejar la banca para asumir un nuevo lugar de militancia y que yo quedara en su lugar. No veo que el MPP agarre más poder. El MPP es una organización profundamente frenteamplista, que ha apoyado al presidente Vázquez, que apoyó el Presupuesto, las leyes de Rendición de Cuentas. Lo que nos estamos proponiendo es cumplir con el programa del Frente Amplio.
—Pero cada sector del Frente Amplio tiene sus énfasis, algo que se ve, por ejemplo, en la discusión acerca del rol de las empresas públicas en la economía.
—Podemos tener visiones diferentes que se ven reflejadas en la discusión parlamentaria, pero después llegamos a una síntesis, que es la unidad que caracteriza al Frente Amplio.
—¿ Faltaban interlocutores entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo?
—Toda esta situación que se dio fue muy compleja y Lucía asumió ese rol porque hay leyes por sacar. Todo lo que vivió Raúl (Sendic) fue muy complejo.
—El líder del Partido de la Gente, Edgardo Novick, dijo más de una vez que José Mujica es quien gobierna y que el MPP tiene de rehén al Poder Ejecutivo. ¿Qué opina al respecto?
—No es cierto. Lo que pasa es que el líder del Partido de la Gente no tiene propuestas, no tiene agenda y por eso se dedica a criticar. Cuando la oposición largó que el gobierno no tenía propuestas, el problema es en realidad que son ellos los que no tienen agenda. La agenda nacional del gobierno la estamos mostrando diariamente. Estamos en una región con turbulencias económicas, precarización laboral, pero en Uruguay la inflación está dentro del rango meta, el desempleo cayó, el PBI va a crecer. Parte de la oposición, por ejemplo, está de acuerdo con la reforma laboral de Brasil, con la que los trabajadores perdieron derechos. El economista (Ignacio) Munyo, el nuevo asesor de Lacalle Pou, ha dicho que está de acuerdo con la reforma laboral de Brasil y hay algunas cámaras empresariales que piden que se mire hacia Brasil. No quieren decir cuál es su agenda real y por eso se dedican a decir que el gobierno no tiene agenda, lo cual es mentira. El gobierno está logrando bajar los delitos, ha hecho un montón en temas de inclusión educativa.
—¿Usted defiende la gestión del gobierno en educación?
—No conozco tanto la materia de educación, pero creo que ha habido logros, por más que falta mucho.
—¿La partida de Sendic calmó las aguas en la interna del Frente Amplio?
—Sendic ha demostrado una gran valentía al presentar la renuncia para enfrentar sus avatares personales sin los fueros, desde el llano. Creo que ha estado bien.
—Renunció después de un fallo del Tribunal de ética durísimo.
—Está bien, pero el Frente Amplio es prácticamente el único partido del Uruguay que tiene un comité de ética que emite un fallo de esa dureza sin medir el cargo en el que está el compañero.
—¿La oposición tiene una agenda más parecida a la de Brasil de lo que quiere decir?
—Creo que sí. Su discurso es decir que el Frente Amplio tiene una agenda agotada. ¿Cuál es la agenda de ellos? Porque uno gana las elecciones con programa, tiene que decir qué va a hacer. Ahí es donde he visto que no presentan muchas cosas.
—Dirigentes de la oposición presentan proyectos de ley y propuestas, además de los programas de gobierno de la campaña electoral. Pero ahora el que gobierna es el Frente Amplio. ¿No tiene el peso mayor a la hora de marcar la agenda?
—Nosotros tenemos agenda de gobierno. Hay un montón de logros, hay que ir por más y se está en eso. La Rendición de Cuentas que se aprobó, en este contexto regional e internacional complicado, incluye recursos para seguir desarrollando políticas públicas. En Argentina, con suerte, terminan el año con 22% de inflación. El PBI en Uruguay sigue creciendo, en Brasil podrá crecer de acuerdo con las reformas que hizo.
Ellos tienen que hacer propuestas y yo no las veo. Pero además, si uno ve a sus asesores, dicen que hay que mirar a Brasil.
—¿Lo que está pasando en Argentina y Brasil ayuda a las aspiraciones electorales del Frente Amplio en 2019?
—Quiero que a esos países les vaya bien, lo que no estoy de acuerdo es con las políticas que están desarrollando. Por ahí no se va y es por ahí por donde quiere ir la oposición.
—¿Qué aporte puede hacer usted desde el Senado?
—Creo que es necesario un legislador que tenga mucho conocimiento y know-how sobre seguridad y convivencia, y ahí puedo aportar mucho por toda la formación que tuve en el tema. Creo que puedo aportar mucho en temas de género e igualdad, que es todo un trabajo que venía aportando en el Consejo Nacional de Políticas de Género, donde estaba en representación del Ministerio del Interior. Hay leyes importantes también por sacar, como la ley integral de violencia de género. En este período el Poder Ejecutivo va a enviar al Parlamento un proyecto de ley integral contra la trata de personas que es muy importante. Creo que puedo aportar mucho en temas de presupuesto y administración pública, porque tengo todo el bagaje de la administración pública, pero además vengo de una gestión que ha tenido la posibilidad de aplicar, por ejemplo, todas las modalidades contractuales del Tocaf.
—Usted destaca sus conocimientos jurídicos como un posible aporte a la bancada oficialista. ¿Qué opina de la intención de algunos legisladores de derogar el delito de abuso de funciones?
—Soy partidario de derogarlo, porque está muy mal tipificado, viola el principio de legalidad y la separación de poderes. El juez, para definir si la persona cometió abuso de funciones, se tiene que poner en lugar del administrador y ver qué haría en esa situación, y eso da lugar a la discrecionalidad. Ya tenemos un conjunto de delitos que castigan la corrupción pública, aunque quizás sí falta el delito de enriquecimiento ilícito, algo que la Junta de Transparencia ha reclamado. El delito de abuso de funciones nace en el código penal fascista que se usaba para perseguir a la oposición.