Más allá de lo ocurrido con el total de la población, el censo de 2011 constató un “cambio en la tendencia histórica” dado por el importante flujo migratorio interno. El movimiento de los habitantes hacia algunos departamentos produjo el descenso de la cantidad de personas viviendo en casi todos los demás.
El relevamiento también abarcó las viviendas y locales (aunque no se difundieron datos), e incluyó algunos aspectos novedosos, como la cantidad de personas con dificultades para ver, oír, caminar o aprender. También recabó información sobre las características étnico-raciales de la población.
Crecimiento.
La tasa de crecimiento de 0,19% anual que tuvo la población de Uruguay entre 2004 y 2011 muestra una desaceleración más acentuada respecto al pasado; desde la década del 60 hasta mediados de los 90 la tasa había sido cercana a 0,6%, y bajó a 0,3% entre 1995 y 2004.Para calcular ese aumento el INE comparó la población que se contabilizó en cada censo (3.241.003 en 2004 y 3.286.314 en 2011). Ese criterio fue considerado el más adecuado para comparar los datos, que se recabaron con metodología y cuestionarios diferentes.
Tomando en cuenta la omisión o margen de error de ambos relevamientos, la población total “estimada” era en realidad 3.301.732 en 2004 y fue de 3.390.077 para 2011, aunque la tasa de crecimiento que surge de esas cifras (cercana a 0,4%) no puede considerarse técnicamente correcta ni representativa de la evolución demográfica de Uruguay.
El resultado confirma lo que los expertos esperaban: la población cada vez crece más lento como consecuencia de un fenómeno de largo plazo conocido como “transición demográfica”. En esta evolución influyen las tendencias en los nacimientos y las defunciones; las sociedades tienen inicialmente altas tasas de mortalidad y natalidad, luego ambas variables disminuyen progresivamente pero lo hacen en primer lugar las defunciones y luego los nacimientos. Así se alcanzan las etapas más avanzadas de la transición, donde el ritmo de crecimiento poblacional aumenta en primera instancia y luego pasa a ser muy bajo o nulo.
Además de la diferencia entre nacimientos y muertes —crecimiento “vegetativo” o “natural”— se suma como factor determinante la corriente migratoria, que está muy relacionada con los cambios en la realidad económica de los países. Ese factor es menos predecible y de hecho fue el que provocó que las proyecciones realizadas en 2004 para el año pasado resultaran menores a lo que mostró el último censo. “La explicación del mayor crecimiento poblacional observado respecto a las proyecciones para el período radica exclusivamente en la atenuación del flujo emigratorio durante los últimos tres años”, explicó el INE en el documento.
El crecimiento natural de la población en el período entre los últimos censos fue 0,4%, mientras que la migración contribuyó negativamente, situando la tasa total en 0,19%.
Por otra parte, el proceso de caída en el crecimiento vegetativo acarrea también un envejecimiento de la población (menos cantidad de niños y más adultos mayores en términos relativos), lo que ya vivieron la mayor parte de los países desarrollados. En América del Sur, Uruguay es el que muestra un mayor avance de esa transición.
Envejecimiento.
El fenómeno de “envejecimiento” significa que aumenta el número de personas en edades avanzadas en relación a las edades más jóvenes, lo que tiene consecuencias sobre los sistemas de salud y seguridad social, el mercado laboral y las políticas públicas, entre otras.
Algunos indicadores, como la tasa de dependencia (personas de 65 años de edad o más en relación a las de 15 a 64), muestran un deterioro en cuanto a la magnitud de la población en edad de trabajar con respecto a los de edad más avanzada. En 1996 esa relación era de 20,6%, en 2004 fue 21,3% y en el último censo se ubicó en 22%.
Si se compara la cantidad de mayores de 65 años con la de menores de 15, el proceso de envejecimiento se ve más claramente. En 1996 eran 51%, en 2004 el 56% y el año pasado 65%.
Los demógrafos suelen utilizar la “pirámide de población”, que muestra la cantidad de mujeres y hombres según sus edades para analizar ese aspecto (ver gráfico). La base es muy ancha al inicio de la transición demográfica, con muchos jóvenes y niños, y menos adultos y ancianos. Con el avance de la transición, la pirámide va reduciendo su base y ensanchando los escalones de más arriba, lo que muestra el envejecimiento de la población.
Movimiento.
Los cambios de lugar de residencia de las personas son los procesos más difíciles de predecir para los demógrafos. En Uruguay la economía pasó en la última década de una situación de recesión a un ciclo de crecimiento acelerado, al mismo tiempo que varios países del hemisferio Norte enfrentaron una severa crisis, lo que pudo haber influido en ese tipo de decisiones.
“Las hipótesis de migración incorporadas en las proyecciones del 2005 suponían un mayor saldo migratorio negativo. Sin embargo, esto no ocurrió debido a que la crisis económica en los países de destino a partir de 2008 redujo la propensión emigratoria y fomentó el retorno de uruguayos, reduciendo así el saldo migratorio negativo estimado para el período 2004-2011”, señaló el INE.
La migración interna que tuvo lugar en los últimos años es otro hecho que reveló el último censo (ver mapa y cuadros). Solo en Maldonado, Colonia, Canelones, San José, Salto y Río Negro la población aumentó entre 2004 y 2011, y en los restantes trece departamentos “se registran tasas de crecimiento negativas, elemento que implica un cambio en la tendencia histórica”, resaltó en el informe.
Este factor está relacionado con la cantidad de viviendas desocupadas que detectó el relevamiento: unas 253.176 (18% del total, que fueron 1.389.740). De esa cifra, algo más de la mitad son “de uso temporal” mientras que unas 38.000 están “para alquilar o vender”; así serían más de 96.000 las viviendas sin utilizar.
El demógrafo Juan José Calvo señaló a Búsqueda en abril de este año, que “el principal problema” demográfico de Uruguay es la “costosa” urbanización que se está produciendo en la franja costera, que tiene “el requerimiento de una inversión muy importante en la instalación de servicios como caminería, saneamiento, seguridad, telefonía y salud, mientras al mismo tiempo se vacían espacios de la ciudad donde esa infraestructura de base ya está disponible” (ver Nº 1.660).
Descubrimientos.
Algunas organizaciones sociales y ministerios tenían especial interés en este último censo, principalmente porque se recabaron algunos datos nuevos sobre la población.
El 10% de los habitantes del país tiene dificultades permanentes para ver; 2% no ve o tiene “dificultades graves”. Otro 4% presenta deficiencias auditivas, de los cuales 0,8% son graves o no oye.
El 7% tiene problemas para caminar, que son graves al extremo de no poder caminar para un 2,3%.
También constató que 3% tiene dificultades para entender o aprender; para el 1% esos problemas “son graves o no pueden hacerlo”.
Sobre la ascendencia étnica, el 94% de la población del país cree tener antepasados blancos, 8% afro o negra y un 5% indígena.