• Cotizaciones
    miércoles 11 de junio de 2025

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
    $ Al año*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
    $ por 3 meses*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * A partir del cuarto mes por al mes. Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
    stopper description + stopper description

    Tu aporte contribuye a la Búsqueda de la verdad

    Suscribite ahora y obtené acceso ilimitado a los contenidos de Búsqueda y Galería.

    Suscribite a Búsqueda
    DESDE

    UYU

    299

    /mes*

    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá

    La política de Carlos

    Hace más de cien años que el Partido Socialista canta la canción. Hace noventa años que lo acompaña el Partido Comunista. Hace más de medio siglo que el llamado castrismo se sumó al coro, en el cual ya estaba otro niño cantor: el Partido Comunista pro chino (¿alguien se acuerda aún de Mao y de su revolución cultural?).

    Hoy, el coro tiene voces de todos los tipos y tonos. Algunos dicen que es polifónico; otros, cacofónico. Pero la canción sigue siendo la misma: el capitalismo es un sistema maldito que está condenado a desaparecer para dejar lugar al socialismo y al comunismo, en el cual el hombre podrá finalmente desarrollarse y bla bla bla. El refrán de la canción es, justamente, bla bla bla.

    La humanidad llegó al capitalismo a fuerza de lucha de clases, sentenció Marx, y agregó que si bien el capitalismo es un sistema endemoniado y perverso, la burguesía industrial creó al ser que la eliminaría para siempre de la faz de la Tierra: el proletariado. Bajo la batuta de la clase obrera, “único sector social verdaderamente revolucionario” (en esta estrofa los pro chinos desentonaban a más no poder), el capitalismo y la burguesía serían finalmente aplastados.

    La sociedad entraría entonces en una fase superior, llamada Dictadura del Proletariado, en la cual se echarían las bases del mítico y esperado Hombre Nuevo. Y de allí se viajaría sin etapas ni paradas al comunismo, en donde los WC, anunció Lenin, siempre tan exacto y avispado en sus predicciones, serían de oro, pues en la sociedad comunista el dinero y los metales preciosos no tendrían valor alguno.

    Bien; dejemos caer un manto de piedad sobre tanta imbecilidad acumulada, pues el objetivo de esta columna no es regocijarnos sobre esas cosas. El objetivo de esta columna es constatar que socialistas, comunistas, castristas, pro chinos, guevaristas, trotskistas, anarquistas y otros cuentistas llevan más décadas de las necesarias para formar un siglo condenando al capitalismo y asegurando que el día que la clase obrera se ponga a la cabeza de sus aliados históricos (los estudiantes, los intelectuales, los pequeños productores, las amas de casa y toda la enorme masa de “explotados”), el perverso capitalismo caerá como un castillo de naipes.

    Hace 53 años que Fidel Castro y sus amigos tomaron el poder en Cuba. Hace más de 12 que Chávez comanda en Venezuela. Hace más aún que los sandinistas conquistaron el poder en Nicaragua. Lo mismo ha pasado en Bolivia, en Brasil y en Ecuador. En Uruguay hace dos elecciones que la mayoría viene votando al Frente Amplio.

    ¿Alguien ha podido comprobar que estos gobiernos trabajen para acabar con el capitalismo y “la explotación del hombre por el hombre”?

    ¿Alguien ha podido comprobar que se pretenda nacionalizar la banca?

    ¿Alguien ha podido comprobar el anunciado repudio a la deuda externa?

    ¿Alguien ha podido comprobar la industrialización del país?

    ¿Alguien ha podido comprobar la instauración de un sistema educativo programado para generar al famoso Hombre Nuevo?

    ¿Alguien cree todavía que la conquista del poder por parte de la clase obrera y sus aliados históricos resultará alguna vez en un cambio revolucionario de la sociedad?

    En ese caso, ¡alguien está necesitando urgentemente un baño de realidad!

    No, señores lectores: la canción que vienen cantando los diferentes miembros del coro socialista desde hace tanto tiempo no tiene asidero en la vida cotidiana. Es más fantasiosa que una película de Walt Disney, pero ni por lejos tan bien hecha. Hoy, en todos los países nombrados (Cuba lo intentó pero fracasó estrepitosamente), no se ha concretado un solo punto del largo programa esgrimido por la izquierda, desde los días de Marx a estas fechas. Tenemos aún capitalismo (y además del peor: del más atrasado y perverso); tenemos aún banca privada; cumplimos religiosamente con las obligaciones asumidas con los organismos financieros internacionales y pedimos nuevos préstamos (es más: se nos para la cresta de orgullo cuando esos organismos dicen que somos obedientes y cumplidores); nuestros países siguen la política económica de Carlos, pero no la de Carlos Marx, sino que la de Carlos V, el que reinó hace 500 años.

    (*) El autor es doctor en Historia y escritor