—Con la Ley de Urgente Consideración dejó de ser obligatorio pagar salarios a través de cuentas bancarias, con el argumento de dar libertad a la gente. ¿La inclusión financiera es mala palabra con esta administración?
—Con la Ley de Urgente Consideración dejó de ser obligatorio pagar salarios a través de cuentas bancarias, con el argumento de dar libertad a la gente. ¿La inclusión financiera es mala palabra con esta administración?
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acá—En la gente no. En torno al 80% de los créditos sociales en las últimas campañas se hicieron vía web. Entre 2020 y 2021 se abrieron 80.000 nuevas cuentas. Y el 51% de los clientes usó al menos una vez la tarjeta de débito en la modalidad compra en los últimos dos meses. Todos los indicadores relativos a la inclusión financiera siguen creciendo, ¡ni siquiera es que estén constantes! Fue un éxito del gobierno anterior haber impulsado esta política pública y que la gente la adoptara como propia en todos los segmentos.
Capaz que a escala de discurso público se habla de libertad financiera y en eso sin duda hay un cambio. Que no se use más el eslogan de líder de la inclusión financiera no significa que no lo sea. ¡Los trabajadores quedaron incluidos, por propia voluntad, no se han ido! Hay hasta aumento de cuenta, y la transaccionalidad y la demanda siguen siendo crecientes por vías que no son ni ir a una sucursal ni el uso de efectivo.
Ahora, en materia de reposición de cajeros automáticos, hubo un cambio y se llevan instalados tres, y el plan es poner 18 más entre 2021 y 2022; voté en contra, y también de los lugares donde ponerlos, porque implica volver al banco 20 años atrás, sin justificación, y con un costo hundido, no recuperable. Es ponerle una mochila de plomo al BROU, ya que, una vez que instaló el cajero, retirarlo tiene un costo reputacional enorme, además del costo económico incremental directo. ¡En el período pasado tuvimos cientos de pedidos para instalar cajeros! Pero nos mantuvimos firmes en aquella política porque justamente en función del rol social, de cuidar hasta el último peso, (quisimos) ser serios y generar formas de acceso de la gente al efectivo sin que impliquen un costo sin sentido para el banco. Cada peso de costo que el BROU asume, es un peso menos yendo a Rentas Generales o un peso menos que se traslada al costo de los servicios. La forma de garantizar el acceso al efectivo no tiene por qué ser con un cajero y puede llegarse al lugar más recóndito del Uruguay generando red a través de los acuerdos con los corresponsales financieros.