La propuesta del Ejército para instruir a los “ni-ni” es un “dislate” y carece de sentido común, según jerarca del Ministerio del Interior

Cuando se difundió la iniciativa, hubo sectores del Frente Amplio que criticaron la propuesta por considerarla “estigmatizante” (Ver Búsqueda Nº 1.865)

“Batallones de jóvenes”.

“El Ministerio de Defensa y el Ejército construyen su propuesta sobre la ruta del prejuicio y plantean que el camino de la integración es constituir batallones de jóvenes ‘ni-ni’, con un uniforme y sin porte de arma, pero asimilados a la jerarquía militar como solución para un problema social profundo y complejo”, sostuvo Leal.

El jerarca, que como sociólogo especializado en políticas sociales fue consultor de varios organismos internacionales, señaló que la propuesta “es en el campo del diseño de políticas públicas un verdadero dislate y su concreción representaría la abdicación del sentido común y obviamente también de la política de izquierda al frente de cuatro áreas estratégicas para el desarrollo nacional como es la educación, las políticas sociales, la seguridad pública y la defensa nacional”.

“Considero que la misma revela una visión y un abordaje de la problemática social con el aval explícito de las autoridades políticas del Ministerio de Defensa de un gobierno de izquierda que son profundamente desconocedoras de la realidad, que alientan el estigma social persistente hacia los jóvenes, que promueven la ampliación de esferas de poder en áreas injustificables de las Fuerzas Armadas, intentan fundamentar el aumento presupuestal de las unidades del Ejército y establecen y refuerzan el concepto de peligrosidad difusa”, agregó.

“La propuesta de formar Batallones Auxiliares al Ejército con jóvenes que no estudian ni trabajan para constituir una Fuerza de Defensa y Protección Civil está basada en una lectura de la realidad estereotipada, plagada de generalizaciones inadecuadas y nada rigurosas que construyen un claro prejuicio que discrimina”, fustigó Leal.

Estereotipo y prejuicios.

La propuesta del Ejército está orientada a jóvenes que ni estudian ni trabajan de entre 18 y 30 años, que no tengan hijos y que sean “aptos desde un punto de vista físico y médico”.

La idea es “crear una fuerza de voluntarios en defensa y protección civil”, formando batallones auxiliares “por un período de seis meses para contar con una fuerza de apoyo en caso de desastres naturales, instruirlos en oficios, reforzar valores patrióticos y ciudadanos y otorgarles un medio de sustentación mientras dure el servicio”.

Los integrantes de esta fuerza de Defensa Civil “serán considerados auxiliares del Ejército, con derecho a usar el uniforme y a percibir un viático del 50% del sueldo de un soldado.”

Esos batallones ya están previstos dentro de la estructura del Ejército, que hoy se divide entre su parte activa, la reserva móvil y la reserva territorial. Dentro de la fuerza activa, están las Fuerzas Auxiliares.

Durante los seis meses que duraría la instrucción, el Ejército tiene previsto trabajar siete componentes: instrucción moral y cívica (que incluye “costumbres y hábitos”, “valores cívicos y de convivencia”, “respeto a símbolos patrios y autoridades”); instrucción de oficios; educación en higiene y salud; instrucción de códigos y reglamentos militares; instrucción de orden cerrado; instrucción en defensa civil y educación física.

Para Leal esta iniciativa “implica un aumento del presupuesto de las Fuerzas Armadas”.

“Nada es gratis y menos la pretensión de ampliar esferas de incidencia utilizando como pretexto la seguridad pública. Porque quiero recordar que esta propuesta se presenta en una Mesa sobre Seguridad y Convivencia y el título del proyecto del Ejército asegura que es para ‘mejorar la situación de seguridad pública’”, agregó.

Sostuvo que “en este caso, el estereotipo que se construye en torno a los jóvenes que no estudian ni trabajan es diáfano. Según el Ministerio de Defensa ‘la juventud tiene el problema de estar desnorteada, sin muchos caminos a seguir en la vida’. El grado de generalización es óptimo y total. La categoría ‘ni-ni’ se condensa en tanto grupo homogéneo, portador de un problema de orientación y dirección: por ese motivo está a la deriva”.

Para Leal “es en este punto donde el estereotipo da paso al prejuicio”.

“Representar a alguien con ciertas características remite a un estereotipo, manifestar desprecio u hostilidad por su grupo de pertenencia se relaciona con un prejuicio, y finalmente llevar adelante acciones sobre la base de esos prejuicios supone una discriminación”, opinó.

Difícil imaginarlo.

“¿Cuál es la cadena de razonamientos que llevan a pensar que esta propuesta en primer lugar apunta a ‘mejorar la situación de la seguridad pública’, además de ser pertinente para evitar que ‘jóvenes que están desnorteados’ se enderecen? Por otro lado, ¿cómo es posible fundamentar públicamente que la iniciativa es un supuesto programa de capacitación en oficios para jóvenes a partir de la infraestructura que tiene el Ejército y que la pone a disposición de la comunidad?”, se preguntó Leal

“Si el proyecto no estuviera escrito y no hubiera sido firmado por el propio comandante en jefe del Ejército sería difícil haberlo imaginado”, agregó.

El jerarca del Ministerio del Interior se suma a un grupo de dirigentes de izquierda que cuestionaron la idea, entre ellos la diputada Macarena Gelman y el director del Centro Latinoamericano sobre Juventud (Celaju) y ex director del Inju, Ernesto Rodríguez, que dijo a “El Observador” que la propuesta del comandante en jefe del Ejército de incorporar en sus filas a los jóvenes que no estudian ni trabajan es una “pésima solución”.