En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
Dos visiones antagónicas que coexisten en la izquierda uruguaya, una que reivindica a las Fuerzas Armadas como una institución esencial del Estado uruguayo y otra que cuestiona su existencia, quedaron expuestas el lunes 10 durante un por momentos áspero debate entre dos legisladores del Frente Amplio.
¡Registrate gratis o inicia sesión!
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
La sala de la fundación socialista Vivian Trías estaba llena de militantes y adherentes de izquierda el lunes de tarde, cuando el diputado y ex ministro de Defensa José Bayardi (Vertiente Artiguista) comenzó a hablar. A su derecha estaba Julián González, un académico especializado en asuntos de defensa, quien tenía a su derecha a la senadora Constanza Moreira (Espacio 609), la otra protagonista del debate. Frente a ellos, el público —veteranos militantes— parecía en su mayoría simpatizar con la posición de la senadora, crítica habitual de las instituciones militares.
Conocedor de la opinión de Moreira, Bayardi marcó la cancha desde el inicio con su estilo enérgico: “Siempre que haya un interés estratégico que defender, puede llegarse a la necesidad de tener que defenderlo desde el punto de vista militar. Entonces, cuando discutimos defensa y fuerzas armadas, lo primero que tenemos que definir es fuerzas armadas sí o fuerzas armadas no. Y yo creo que hay una posición que no solo es de la izquierda —en la izquierda está muy desarrollada pero no solo es de la izquierda sino que también es de la derecha— que dice ‘en Uruguay para qué queremos fuerzas armadas’. Y queremos fuerzas armadas para defender recursos estratégicos. Consigna: sí fuerzas armadas, sí para defender recursos estratégicos”.
El ex ministro remarcó que se debe tomar posición sobre las Fuerzas Armadas de manera independiente de su participación en la última dictadura (1973-1985) y tomó como base una premisa: “Las Fuerzas Armadas son lo que son sus mandos”.
“¿Lo que son sus mandos militares?”, preguntó y de inmediato contestó: “Sí, claro, pero antes de eso son lo que son sus mandos civiles. Y si en este país hubo golpe de Estado, no fue militar. El que siga con el discursito de que fue un golpe de Estado militar, no: acá hubo un golpe de Estado cuya principal responsabilidad fue de los civiles. Y los civiles tienen el principal papel en cuanto a la conducción de las Fuerzas Armadas. O sea que lo que son las Fuerzas Armadas es lo que son sus mandos, civiles en primer lugar, y lo que son sus mandos militares en segundo lugar. Porque si el mando militar hace lo que le parezca y le pasa por encima al mando civil, el que está de más es el mando civil y hay que sacar al mando civil. Porque si el mando militar no hace lo que le ordena el mando civil hay que sacarlo. Y si no nos da la nafta para sacar al mando militar, ah, ahí tenemos un problema, un problema de la política”.
A continuación, Bayardi mandó su primer mensaje inequívoco hacia la postura que representa la senadora Moreira: “Y esto es importante porque lo peor que nos puede pasar es caer en un antimilitarismo vulgar, en el cual llevamos la simplificación al punto de decir que las Fuerzas Armadas no tienen que existir, que no hay intereses estratégicos que defender desde el punto de vista militar”.
Según Bayardi, si hay “intereses estratégicos” para defender, es necesario contar con capacidades militares porque de lo contrario, si llega el indeseado día en que se los deba defender, quien no cuente con Fuerzas Armadas resignará inevitablemente soberanía ya sea en términos territoriales o en su posibilidad de tomar decisiones.
Sobre esa base, tener Fuerzas Armadas es esencial. “Lo que se necesita —afirmó— es definir políticas para la conducción política de las Fuerzas Armadas. La responsabilidad es de la política, y en todo caso los militares tendrán papel de asesoramiento, pero jamás podrán tener papel de decisión en lo que es la decisión política. Esta es una cuestión que la izquierda debe poder discutir”.
“¿En Uruguay?”
A su turno, Moreira calificó como “importante” el 4,2% del presupuesto estatal que le corresponde al Ministerio de Defensa, si bien indicó que ha sido objeto de reducción sistemática por parte de todos los gobiernos desde el fin de la dictadura en 1985.
También recordó que el actual gobierno decidió “redimensionar” a las Fuerzas Armadas por el mecanismo de no cubrir sus vacantes y aprovechar ese dinero para mejorar sus salarios más bajos —personal subalterno— pero cuestionó que si bien en el primer año eso funcionó así, en el segundo el dinero también se usó para recompensar a la oficialidad.
“No solamente hemos usado el dinero ahorrado por las vacantes para compensar a los salarios más superiores, sino que además todos los años el Ministerio de Defensa pide incrementos presupuestales. En el último año pidió aumento para la Policía Aérea Nacional: ¿por qué un incremento presupuestal cuando hay una reducción de la actividad aérea en el país? Piden un aumento para un Comando General Antiterrorista —que me vengo a enterar de que en realidad fue creado en 1978— que se llama el Comando Escorpión: son 80 hombres armados hasta los dientes que se dedican al rescate de rehenes. ¿En el Uruguay? Bueno, hemos tenido una gran discusión en la bancada del Frente Amplio, en la fuerza política, sobre el tema de que el Ministerio de Defensa ya no solo puede usar esos recursos que le dejan libres las vacantes para redistribuir salarios adentro, sino que además pide incrementos presupuestales para algunas actividades como un comando antiterrorista que, bueno, en fin, si estamos de acuerdo con los comandos antiterroristas que rescaten rehenes —yo no estoy de acuerdo— pero si estuviéramos de acuerdo, tienen que estar en el Ministerio del Interior, no en el de Defensa”, aseguró Moreira.
Poco después la senadora aludió a Bayardi: “Yo no pertenezco al antimilitarismo bruto ni al ilustrado. Hago una propuesta razonable para un país que puede permitirse unas Fuerzas Armadas bastante menos costosas de lo que son, con una relación inversión-salarios bastante mejor de lo que tiene hoy, que puede perfectamente no participar o participar mínimamente en las misiones de paz, y que puede darse una reforma de una ley orgánica militar que los militares se aprobaron para sí mismos”.
Una vez terminadas las exposiciones de ambos, los participantes realizaron preguntas que en su mayoría fueron precedidas por exposiciones. En su mayoría estaban preocupados por las negociaciones por un nuevo acuerdo de cooperación en defensa con Estados Unidos. Uno preguntó si eso implicará bases estadounidenses en Uruguay, otro si eso involucraría al país en una hipotética guerra entre Estados Unidos y China, otra planteó si la buena relación con la potencia de Norteamérica es un pago por el salvataje financiero que ese país le permitió a Uruguay durante la crisis del 2002, y otro directamente sostuvo que es un “contrasentido” que el Frente Amplio, que siempre se autodenominó “antiimperialista”, negocie un acuerdo con “el imperio”.
Hubo más. Entre otros, uno planteó la posibilidad de una “confrontación” futura entre los “poderes” civil y militar en Uruguay, otra aseguró que existe un “sometimiento” del gobierno a las Fuerzas Armadas, y otro alertó que los proyectos de construir un reactor nuclear, un puerto de aguas profundas y de explotar las reservas de hierro por parte de la empresa Aratirí, son “proyectos militares”: el primero porque habría que proteger el reactor ante la llegada de misiles, el segundo porque ese puerto facilitaría el arribo de marinas de guerra extranjeras —por ejemplo portaaviones—, y el tercero porque la minería generará una industria de explosivos, de naturaleza militar.
“Esas fuerzas armadas”.
Cuando llegó el momento de las respuestas, Bayardi rebatió algunas de las opiniones de Moreira y pronunció una frase que molestó a la senadora: “Yo creo que está equivocada en muchas cosas, y voy a explicar por qué”.
Con enjundia, entre varios puntos puso énfasis particular en uno: “No hay que cometer el error de decir que todos bajamos el presupuesto (de Defensa). Nosotros bajamos significativamente el presupuesto. ¿Por qué? Porque en 1992, con las misiones de paz, las Fuerzas Armadas empezaron a manejar U$S 60 millones que se los saqué yo. ¿Está claro? No es que todos bajamos, no, no”.
El contragolpe llegó. “Yo también le voy a contestar algo a Bayardi —señaló—. Yo creo que debatimos sobre los temas sobre los que no estamos de acuerdo. Obvio. El desacuerdo tiene que formar parte de las bases de una discusión. Ya cuando empezamos a decir ‘ah, estás equivocado, bla, bla’, creo que entramos en la descalificación del otro, pero el desacuerdo creo que es lo que prima en un debate. Si no, no tenemos debate”.
Y luego expuso su cuestionamiento a la razón de ser de las Fuerzas Armadas. “Yo no concebiría el rol de las Fuerzas Armadas frente a una eventual amenaza, porque yo no tengo 27.000 tipos para que alguna vez alguien me amenace. Los tengo para tareas regulares y permanentes que hacen a la vida de la República, no por una eventual amenaza. Es un gasto de tiempo, de dinero... Bueno, entonces las tenemos para tareas regulares y permanentes. Quizá en esto, Bayardi, nos podamos poner de acuerdo”, ironizó. En ese momento una de las asistentes comentó “una amenaza que sería incapaz de repeler”, y entre las risas del público Moreira acotó “¡por supuesto!”.
Pero Moreira subió la apuesta. “No son cualquier fuerza armada, no son cualesquiera fuerzas armadas, ni siquiera son las fuerzas armadas venezolanas: son unas fuerzas armadas que tuvieron el control de este país durante 12 años. Eso las transformó en una corporación. Por eso ha habido aumento del gasto militar, por eso hay tanto número de efectivos, por eso son tan opacas, por eso los desaparecidos siguen desaparecidos por más que la información está ahí, por eso mienten. (...) No podemos hablar de las fuerzas armadas en abstracto sino de esas fuerzas armadas que tuvieron ese rol como corporación durante la dictadura militar”, consideró.
Cuando el tiempo se terminaba y los expositores se despedían, Moreira elogió el hecho de que la sala estaba llena a pesar de la tormenta que fuera de ahí caía.
“¿Ves, Bayardi, que hay gran interés en el tema militar, porque todo el mundo se involucra, y discute...?”, preguntó con una sonrisa.
“Yo lo tengo claro, quedate tranquila”, fue la respuesta, mientras el público comenzaba a irse.