El área destinada al cultivo de colza canola prácticamente se triplicó, pasando de las 10.000 hectáreas del año pasado a 26.800 hectáreas en esta zafra.
El área destinada al cultivo de colza canola prácticamente se triplicó, pasando de las 10.000 hectáreas del año pasado a 26.800 hectáreas en esta zafra.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEsta cifra representa el 5,6% del total de la superficie de cultivos de invierno, que es de 485.200 hectáreas. Nuevamente el trigo fue el cultivo con mayor presencia (319.900 ha), seguido de la cebada (98.500 ha) y de la avena para grano con una superficie de 40.000 hectáreas. La colza canola es la que ocupa el menor espacio en el universo de cultivos de invierno.
El incremento en la superficie de colza se debe principalmente al ingreso al rubro de nuevos productores, que por primera vez decidieron implantar el cultivo, al punto que prácticamente la mitad del área de la presente zafra (un 45%) los representa.
La colza es una oleaginosa de invierno que pertenece a la familia de las crucíferas. Su nombre surge de la contracción de Canadian Oil Low Acid.
El alto valor de la colza proviene de que se trata de un grano oleaginoso, similar al de girasol; es destacable la calidad del aceite comestible que produce, siendo este muy estable y de bajo contenido de ácidos grasos saturados (de los aceites vegetales el más bajo: 6%).
Asimismo, la harina que surge como subproducto para alimentos animales es de muy buena calidad y alto contenido proteico.
Las nuevas variedades de canola o colza tienen la cualidad de producir aceite con bajo contenido de ácido erúcico y subproductos de extracción con bajo tenor de glucosinolatos.
En este punto hay que tener en cuenta que el contar con baja presencia de ácido erúcico es muy importante, pues los altos niveles de este se asocian a inconvenientes en la palatabilidad y digestibilidad de la harina, según destacan los técnicos.
La colza es un cultivo ampliamente difundido a escala mundial, siendo el cuarto oleaginoso de importancia económica. El principal productor y exportador es Canadá.
El mercado de mayor demanda de aceite es el de los países con economías desarrolladas con alto nivel económico y cultural, ya que con la difusión de las ventajas de las dietas con bajos contenidos de ácidos grasos saturados, el aceite de colza presenta grandes ventajas frente a otros y resulta de mayor aceptación.
Una de las razones de por qué la colza es una nueva alternativa al cultivo de trigo es porque su producción es muy sencilla, se realiza con los mismos implementos que requiere el cultivo de trigo y se adapta muy bien al tipo de suelos donde este se siembra.
A su vez, se adapta muy bien a climas templados y templados-fríos, por lo que se presenta como una interesante opción en los esquemas de rotación agrícola de nuestro país.
Considerando que tiene un rendimiento potencial de 3.000 kg/ha, o aun mayor, aparece como una alternativa de diversificación interesante, dejando un excelente rastrojo, permitiendo encarar siembras de cultivos de verano de segunda, en forma muy temprana (noviembre).
Al tratarse de un cultivo que presenta un grano muy fino, requiere de conocimientos técnicos y empíricos que permitan sacarle un buen provecho.
En respuesta a la necesidad de mayor conocimiento sobre el cultivo, Alcoholes del Uruguay SA (Alur) contrató a un técnico de INTA Argentina, que estuvo a comienzos de octubre en nuestro país compartiendo su experiencia en el tema.
Se trató de dos jornadas técnicas con productores, una en la ciudad de Colonia Valdense y la otra en Dolores.
La actividad contó con una importante participación con más de 200 productores, donde se reflejó la concientización que existe en el sector respecto a la necesidad de mayor conocimiento, fundamentalmente sobre la cosecha de la colza que es uno de los puntos más críticos del cultivo.
Los productores tienen claro que la colza demanda mucha tecnología, tanto al momento de la siembra como de la trilla. Y el ser eficiente en el manejo de todas las herramientas que hoy están disponibles, es prioritario para minimizar pérdidas y obtener los mejores resultados en los distintos esquemas productivos.
Si bien en la zafra en curso 2015/2016 se dio un significativo aumento en la superficie de colza respecto al año pasado, el incremento es menor al que se esperaba un año atrás; no alcanzándose las 40.000 hectáreas, que fue el tope proyectado en 2014.
Esto se debe fundamentalmente a dos variables: los costos y los precios que se determinaron para esta nueva campaña.
Respecto a los costos, hay que tener en cuenta que se trata de un cultivo que requiere de una inversión muy similar al trigo.
El principal insumo en el que tiene que invertir un agricultor que opta por la colza es el fertilizante. Requiere de una fertilización potente que contenga especialmente azufre, que es lo que permite que el cultivo se desarrolle con total normalidad.
La colza tiene una importante respuesta a la fertilización tanto fosforada como nitrogenada, pero es fundamental la fosforada y especialmente a la siembra, ya que le otorga cierta resistencia al frío. El mayor momento de demanda de nutrientes y también de agua es durante el desarrollo del botón floral y floración.
Como regla general, se pueden usar dosis de fertilizante similares a las del trigo, aplicando el total del fósforo a la siembra y repartiendo la fertilización nitrogenada: de 20 % a 30 % a la siembra y el resto previo a la elongación, según señalan técnicos del Plan Agropecuario en la edición Nº 90 de su revista.
Otro de los aspectos que juegan en contra de este cultivo son los precios, que si bien son ciertamente atractivos, pueden no ser suficientes ante los altos costos.
Los valores que recibe el productor, y que surgen de una paramétrica, vienen en descenso en las últimas campañas. Luego de haber alcanzado un máximo de U$S 620 por tonelada dos zafras atrás, actualmente se encuentra en el entorno de los U$S 500 y con un precio mínimo establecido por Alur de U$S 440 por tonelada.
Frente al actual binomio de costos-precios, la meta es superar este año la barrera de los 2.000 kilos por hectárea. Según los propios productores, quienes no alcancen este rendimiento tendrán márgenes negativos en sus empresas, ya que será necesario que los rendimientos no estén por debajo de esa cifra para que sea un negocio rentable.
Cabe recordar que en la zafra 2011 se lograron rendimientos muy similares a este potencial, alcanzándose los 1.900 kilos/ha. Pero esta historia no se repitió el año pasado, cuando el promedio se ubicó en los 1.607 kilos, según datos oficiales.
La colza cuenta con ventajas agronómicas, ya que permite rotar en invierno (dejando de hacer el sistema trigo-trigo y trigo-cebada) y a la vez posibilita hacer una soja como si fuera casi de primera, porque la secuencia colza-soja funciona adecuadamente cuando se ha sembrado y cosechado en tiempo y forma.
De este modo, y teniendo en cuenta que los costos se mantienen en niveles importantes, el cultivo de colza ha sido hasta el momento una apuesta pensando en razones agronómicas que han permitido rotar y hacer cultivos de primera donde existen rentas caras y con un doble cultivo al año, resaltaron productores y técnicos.
La depresión en el valor del trigo también contribuyó a que el área destinada al cultivo en esta campaña sea hoy prácticamente tres veces más que un año atrás.