La “vieja política” no existe y “cuando uno gobierna bien no hace amiguismos, ni acomodos ni nada”

entrevista de Federico Castillo y Guillermo Draper 

¿Cuántas cosas pueden pasar en un año en la política uruguaya? Hace un año, Carlos Moreira era, además del intendente de Colonia, una figura de peso dentro del Partido Nacional. Un nombre de referencia en Alianza Nacional y en la otra mitad del partido. Fue uno de los dirigentes en los que pensó Luis Lacalle Pou para que lo acompañe en una fórmula presidencial. En octubre de 2019, a pocos días de las elecciones, la divulgación de unos audios que lo involucraban en un supuesto pedido de favores sexuales a cambio de renovar pasantías en la comuna les sacudió el piso a los blancos. El terremoto dejó a Moreira fuera de Alianza, de donde fue expulsado, y fuera del Partido Nacional, al que presentó su renuncia. Pero pasó un año. Y ahora Moreira vuelve por sus fueros. Con el archivo judicial de su causa y una holgada victoria en Colonia, departamento que lo tendrá por cuarta vez como intendente, evalúa pedir su reintegro formal a la colectividad blanca. Dice que no es un hombre revanchista, que mira hacia adelante. Pero admite que no tiene diálogo con Jorge Larrañaga ni habla con la vicepresidenta Beatriz Argimón, mientras trata a su vez de esquivar cualquier tipo de polémica con sus compañeros de gobierno. Siente que fue objeto de una “maniobra vil”. Y reivindica su gestión y sus resultados. Mientras proyecta una gran obra para recuperar el atractivo turísitico de la Plaza de Toros, reflexiona: “No sé cuál es la vieja política. La política buena es la de gobernar bien y gobernar para la gente, y administrar correctamente los dineros públicos. Esa es la política de siempre, la buena política”.

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