Si, para Cabildo Abierto, una ley que alivie la situación de las familias sobreendeudadas está en el tope de su lista de prioridades para lo que resta de este período de gobierno, en la agenda del Partido Independiente ese lugar lo ocupa el propósito de instalar una nueva carrera administrativa pública. Aunque con menos poder de presión sobre sus aliados de la coalición oficialista, los liderados por el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres, aspiran a que esa reforma sea parte del articulado de la Rendición de Cuentas que irá al Parlamento a fines del próximo mes.
La elaboración de esa propuesta de transformación —lo más parecido a una reforma del Estado a la vista en el horizonte— fue comandada desde la Oficina Nacional del Servicio Civil (ONSC) por su director, Conrado Ramos, un doctor en Ciencias Políticas que en 2014 integró la fórmula presidencial encabezada por Mieres. Casi desde el primer día en el cargo, el jerarca trabajó junto con consultores y técnicos de su repartición para afinar el diagnóstico del problema, diseñar el plan reformista y buscar apoyos políticos. Este último aspecto resultó de los más complejos y, de hecho, por decisiones tomadas en la Presidencia de la República la iniciativa fue postergada dos veces (Búsqueda N° 2.133). El último aplazamiento tuvo en consideración que, antes de abrir el frente de debate en el Parlamento, era mejor tener obturado un potencial conflicto sindical. Los meses recientes se consumieron en esa negociación —que condujo a un preacuerdo con la Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado (COFE) que no ha tenido más avances—, aunque en paralelo Ramos y su equipo siguieron preparando los eventuales cambios.
Entre otras cosas, acaba de publicar la definición de las distintas “ocupaciones” para, si se aprueba, la futura nueva carrera para los empleados de la administración central. El diagnóstico del problema —que Ramos ya tenía identificado como académico y luego vio desde adentro cuando fue subdirector de Planeamiento y Presupuesto en el primer gobierno del Frente Amplio, su anterior partido— es que “nadie sabe qué hace un funcionario”; de eso deriva que se pague distinto dentro del Estado a personas que cumplen las mismas tareas (Búsqueda N° 2.088).
La ONSC incorporó en su sitio web un espacio para informar sobre el planeado “nuevo Sistema de Carrera”, donde entre otras cosas argumenta razones para ejecutar la reforma. Menciona como problemas que la carrera actual está definida por 16 grados o niveles “con poca o nula capacidad para la diferenciación entre grados contiguos”; que si bien los cargos deben estar descriptos por escalafón, grado, denominación y serie, “el sistema ha llevado a que más de las tres cuartas partes” no describan la ocupación o brinden una idea aproximada de esta; y que existe una “diversidad de compensaciones que no se ajustan a un esquema racional de conceptos retributivos, generando diferencias importantes” entre incisos y hasta entre unidades ejecutoras. Además, el sistema de evaluación de desempeño aplicado en todos los organismos de la administración central es, en los hechos, un “esquema que ha caído en desuso y los resultados obtenidos se concentran en los puntajes máximos, sin tener una valoración para la mejora en el desempeño”.
Al cierre de 2021 —el último dato publicado por Servicio Civil— había unos 306.400 vínculos laborales con el Estado, de los cuales 87.000 pertenecían a los tres poderes. En estos incisos predominan los escalafones de profesionales (A), administrativos (C) y especializados (D), mientras que por fuera de la administración central sobresalen en cantidad los docentes (G, H y J), los policías (L) y los militares (K).
En el marco de su monitoreo anual del país, un informe hecho por técnicos del Fondo Monetario Internacional aludió al gasto salarial público como un aspecto a mantener acotado por la vía de perseverar con la restricción a la cobertura de las vacantes “hasta que se pueda emprender una reforma del servicio civil” (ver recuadro en esta página).
Fichas y familias
En el proyecto de nueva carrera cada funcionario tiene asociada una ocupación y podrá moverse de forma vertical al ascender a otras ocupaciones o a niveles más especializados. También se concibe la carrera horizontal, a través de la promoción del empleado público.
La ONSC entiende por ocupaciones una agrupación de actividades laborales de similar naturaleza en cuanto al trabajo desempeñado, a los conocimientos aplicados y a las competencias requeridas. En su versión original, el modelo contempla 126 ocupaciones, aunque se asume que es una cifra necesariamente dinámica, en función de cambios que puedan ocurrir en los tipos de trabajos.
Cada ocupación tiene un correlato salarial de manera transversal a todo el universo de aplicación de la carrera a partir de una valoración que pondera la experiencia, la formación, la complejidad, la autonomía, la responsabilidad y las condiciones objetivas para el desarrollo del trabajo.
Las ocupaciones son agrupadas en cuatro “familias”: 1) administración superior (funciones de liderazgo); 2) profesional y técnico (tareas desempeñadas con conocimientos correspondientes a un nivel terciario de formación); 3) administrativo/especializado (con educación media y terciaria); 4) servicios generales (actividades de destreza y habilidad manual o física, con educación hasta media superior). A los efectos de realizar una categorización, el Modelo de Familias de Ocupaciones pone como ejemplo que no es relevante si un funcionario es arquitecto, sino qué tipo de tarea desempeña ese arquitecto.
Este mes quedaron prontas decenas de fichas ocupacionales que determinan la “familia” a la que pertenece, el “proceso” de la tarea, el “propósito de la ocupación” que la define y un detalle de lo que hace, descripto como “principales actividades” (que, en algunos casos, se amplían bajo el enunciado “puede llegar a requerirse, en el marco del desarrollo en la ocupación…”).
Un actual oficinista público encajaría en la ocupación de “gestor/a administrativo/a”, cuyo propósito es “brindar apoyo a la gestión de los procesos de soporte o sustantivos de la organización, mediante el desempeño de actividades administrativas o especializadas”. Eso incluye tareas como “recepción, preparación, control, envío y archivo de documentos”, “atención al usuario interno o externo”, “gestión de agendas” y “resolución de problemas en la ejecución de procedimientos sustantivos o de soporte, entre otras”.
Hay “analistas” en marketing, de contabilidad y finanzas y de gobierno digital.
Si se aprueba la nueva carrera administrativa, muchos de los funcionarios especializados del Ministerio de Economía serán identificados como “profesional/técnico” con un “propósito de ocupación” de “asesorar y diseñar políticas públicas en materia económica, financiera y comercial del país, así como sus esquemas de implementación”. Hay fichas de ocupaciones similares relacionadas con el “asesoramiento y diseño de políticas de educación y cultura”, de ambiente o sociales.
Los organismos públicos podrán tener en sus plantillas funcionarios cuya ocupación sería de “fiscalizador”, cuya tarea supone vigilar el “cumplimiento de procedimientos administrativos y protocolos de actuación por parte de terceros, dentro de su/s ámbito/s de competencia”. Otra ocupación es la de “inspector” de cumplimiento de la normativa y regulación por parte de terceros.
El “gestor/a de recuperación de deuda” se encarga de la cobranza a terceros.
Para un “docente”, el “propósito de la ocupación” sería “aplicar técnicas de enseñanza y prácticas pedagógicas de forma integral para la adquisición de saberes y experiencias individuales y colectivas del público objetivo”.
En el caso de un “conductor”, su propósito es “conducir vehículos motorizados livianos para trasladar personas o materiales”, si bien entre sus “principales actividades” también contempla “realizar el mantenimiento preventivo y aseo básico” del automóvil estatal.
En la salud, las ocupaciones van desde el “líder” de equipos de trabajo a otras como “médico” (general o especialista), “enfermería”, “partero”, “odontólogo” o “instrumentista”, por ejemplo.
Para otras áreas también está previsto el rol de “líder”, pero en “datos e información” y en “seguridad y defensa”.
El personal de la Secretaría de Comunicación Institucional de la Presidencia u otro inciso entra en la ocupación de “comunicador/a institucional” si hace el mantenimiento de la web del organismo, la difusión de “correos masivos”, el “diseño de productos de comunicación”, el “monitoreo de noticias y redes sociales de interés” o da asistencia en la planificación de “eventos, campañas, ferias”.
Otras ocupaciones más específicas definidas por la ONSC son, entre otras, la de “evaluador/a” y “restaurador/a del patrimonio cultural”, “gestor de vías navegables”, “orientador/a en relaciones laborales”, “intérprete de lengua de señas”, “negociador/a laboral”, “relevador/a de datos de campo”, “examinador de patentes”, “analista de proyectos de inversión” y “controlador/a de tráfico aéreo”.
Economía
2023-05-24T18:42:00
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