Se trata de un joven pianista israelí que editó recientemente este disco, donde de alguna manera repite la receta de su anterior placa, “Fantaisie-Fantasme” (2007), que consiste en yuxtaponer obras de autores diferentes, siempre distantes entre sí en el tiempo, buscando lograr en el oyente, a través de ese contraste de estilos y épocas, asociaciones sonoras o conceptuales.
Greilsammer es un pianista cristalino y diría que especialmente expresivo en el repertorio más añoso de este compacto. Su versión de una de las sonatas del Padre Soler (1729-1783), la N°84 en Re mayor, es notable; también “Las barricadas misteriosas” de Couperin (1668-1733) o la “Pavana y Gallarda de Lord Salisbury”, de Orlando Gibbons (1583-1625), o la deliciosa canción “Mi joven vida tiene un final”, del holandés Jan Sweelinck (1562-1621), con que se cierra el álbum.
Para oídos más entrenados en lo contemporáneo, resultan más que interesantes las composiciones de los israelíes Matan Porat (1982) y fundamentalmente “Frente a las murallas rojas”, de Nimrod Sahar (1978). Un disco diferente, por un artista diferente, que habrá que seguir con atención.
Título: Amoroso pop (MMG)
Autor: Rubén Rada
Voy a tararear un riff irrepetible, se propuso Rubén, seguido por los dedos veloces de Matías. Padre e hijo abren juntos el disco con un reggae apocalíptico, junto a Emiliano Brancciari. “Mi vida siempre giró muy cerca del rock and roll”, recuerda, mientras Osvaldo Fattoruso castiga los parches por última vez en un estudio. A Rada no le importa nada: pone a Nico Ibarburu a tocar el bajo, mete efectos vocales, chistes y mil payasadas, revela a Matías como un señor cantante, bautiza “Depresong” al tributo a Eduardo Mateo, invita a Fernando Cabrera a cantar y le espeta “pira luri larulo… meter más letra no puedo, te hice tremenda canción”. Arma una cuarteta imposible con un pop furibundo que llora un amor perdido, un samba frenético con toda la batucada que reclama ayuda para un tipo que se muere de pena, un hard rock para rescatar a un amigo de la pasta base y la infaltable balada a la Barry White, que tanto rédito le ha dado. Gustavo Montemurro se consagra como productor de un disco que no escatima en recursos humanos ni musicales, derrama talento y solo peca de una excesiva longitud.
Título: Viva la patria (Ayuí)
Autor: Fernando Cabrera
“No creo canción que llores cuando yo haya muerto”, recita, mientras la historia y geografía uruguayas coinciden en su disco más evocativo. No por casualidad su obra empezó, hace casi 40 años, con un tributo llamado “Vidalita fea”. Como antes a viajantes, bailarines y soñadores, ahora Cabrera regala su canción a carpinteros, artistas errantes, fotógrafos, canarios, hijos derrochadores, fundadores, cines-iglesias, púberes despechados, navegantes, naufragados en la insania y nacidos en maternidades públicas. Grabado en vivo en el estudio, como las bandas de jazz, su decimoquinto registro consagra un quinteto formidable. Este es también un disco de Ricardo Gómez y sus escobillas que acarician parches y metales; de Herman Klang que enseña a su teclado el fraseo cabreriano; es un recital de Fede Righi, un bajista que siempre toca la nota menos pensada, y de Juan Pablo Chapital, que hace hablar, gruñir y llorar a su Stratocaster. Es, como nunca, el disco del poeta, y lo es también de Maca y su portada, que evoca la bella grisura citadina con un collage de fachadas montevideanas.
Título: A contra reloj (Perro Andaluz)
Autor: Cutinella & Chapital Blues Cuarteto
Santiago Cutinella es un guitarrista, cantante y compositor de blues montevideano que ha tocado con referentes locales como Pablo Traverso, Edy Blues y La 66. Cuando maduraba este disco, en 2011, conoció a Juan Pablo Chapital, un músico que ha transitado la escena del jazz y el blues, acompañó a Los Terapeutas, Francisco Fattoruso, José Carbajal y Ana Prada. Cruzó el charco unos años y tocó con Liliana Herrero, Luis Salinas y Javier Malosetti. Produjo un disco solista (“Fotografía silenciosa”, Perro Andaluz, 2010) y desde hace tres años es guitarrista en el quinteto de Cabrera. La alquimia entre ambos, junto al bajista Fafa Barboza (ex Vinilo) y al baterista Gerónimo de León, da pie a diez temas, la mayoría de ellos eléctricos y cantados como se debe por la voz carrasposa de Cutinella. El dúo explota muy bien las diferentes tímbricas de sus violas y el contrapunto de sus fraseos para hacer un disco de género, muy disfrutable, lleno de swing en riffs, bases y solos. El próximo sábado 26 de octubre el cuarteto presenta el disco en BJ.
Título: The Bridge (Motéma Music)
Autor: Charnett Moffett
Es excepcional: un disco solo de contrabajo. Nada más. En los veinte temas únicamente escuchamos las cuatro cuerdas de Charnett Moffett, y exceptuando un solo caso, sin sobregrabaciones. Pero es tal la imaginación y variedad de recursos de este jazzero, que la hora pasa volando. No se puede creer lo que hace con el instrumento: lo rasga, lo acaricia, lo golpea, lo exprime y le saca los sonidos más increíbles, desde estándares como “Caravan”, que abre el disco, y pasando por “Monk Medley”, “Nature Boy”, “Eleanor Rigby” y “All Blues”, hasta composiciones propias como “Kalengo”, “Skip Hop” y “Truth”, entre otras.
Moffett ya era, con solo 16 años, el contrabajista de Wynton Marsalis. Imaginen lo que toca este muchacho. Al parecer, Marsalis lo dejó una vez solo en el escenario. Arreglátelas. Y el tipo la rompió, fue ovacionado y aplaudido de pie. También tocó con David Sánchez, Mulgrew Miller y Kenny Garrett, entre otros.
Título: 30 años (Sony)
Autor: Pedro Guerra
Comenzó a cantar en Güimar, Tenerife, el pueblo donde nació. En 1993 llegó a Madrid solo con su guitarra y sus canciones. Se ganó un lugar entre los grandes cancionistas españoles y todos lo conocieron cuando Ana Belén cantó su “Contamíname”. Esta edición doble reúne 36 canciones grabadas en vivo en España y Latinoamérica durante 2012. Es el mismo espectáculo que presentó en julio en Montevideo, pero con invitados de lujo como Lenine, Enrique Bunbury, Silvio Rodríguez, Pedro Aznar, Luis Eduardo Aute, Estrella Morente, Chico César y, por supuesto, la dulce Belén. Grandes y bellas canciones como “Debajo del puente”, “Ofrenda”, “Miedo”, “Deseo”, “Pasaba por aquí” y “Un muchacho de mi edad”, revelan la madurez de un cantautor con todas las letras, que educó una mano derecha versátil y expresiva, austero acompañamiento para su voz que ya es marca registrada.
Título: Entre fantasmas (Bizarro)
Autor: Sonia
Julio Berta fue uno de los principales ingenieros de sonido y productores artísticos del rock uruguayo en los últimos 15 años. Tocó en Loop Lascano y Sórdromo, su oído es responsable de los registros de La Vela Puerca, Bajofondo, El Cuarteto de Nos y No Te Va Gustar, y acaba de ganar el Graffiti a la Producción por “Monstruo”, de Los Terapeutas. Santiago Carámbula, el otro guitarrista y cantante, es el autor del mayor one hit wonder local: “Gris”, de Loop Lascano, que desde 2005 enamora escuchas. Completan el cuadro Irvin Carballo en batería (ex Buitres, La Trampa y Cursi) y el joven bajista Marco Messina. Berta es compositor, guitarrista, cantante y productor de Sonia, proyecto que prioriza la melodía vocal con potente apoyo de guitarras. Una atmósfera sucia y saturada contrasta con líneas de voz nítidas, bien al frente, y ocasionales ornamentos acústicos con aires de balada o milonga. Títulos como “La luna del ciempiés”, “Litoral” y “Ángel exterminador” traslucen un universo lírico poblado de melancolía y contemplación. Definitivamente, Sonia no es más de lo mismo.
