Lo nuevo en discos

REDACCIÓN  
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Título: Casi farsante (Bizarro)

Autor: Chillan las Bestias

Tercer álbum de este combo netamente rioplatense, surgido cuando Pedro Dalton vivió un tiempo en Buenos Aires y que ensambla una banda porteña con la voz del cantante de Buenos Muchachos. Pedro se volvió hace rato, pero el chillido de las bestias se sigue escuchando en los arpegios de guitarras despojadas de distorsión, en la sutileza de los teclados y en el filo melódico de ese violín, ícono sonoro y común denominador de sus tres discos. Ese peculiar maridaje tímbrico entre la dulzura de las cuerdas y el áspero fraseo de Dalton confiere a la banda una firme personalidad. Con nítida vocación rockera, hacen navegar su pospunk malherido entre los puertos de ambas orillas. Un dedo tapa el sol, La vía y Hábito al piano son muestras suficientes. Entre las olas resuenan ecos de Tom Waits, Nick Cave, la aridez de los tempranos Estómagos y el aura nostálgica del Luca Prodan de Mañana en el Abasto.

Título: Los archivos inéditos (Archivo Zitarrosa)

Autor: Alfredo Zitarrosa

“Becho Eizmendi, con su violín, improvisa en un estilo inconfundible una versión de los tangos La cumparsita y Caminito”, pronuncia portentosa la voz de Don Alfredo, con todo su oficio de locutor. Es el segundo tema de esta serie (agotadísima) publicada en 1998 por la revista Posdata en 12 CD y desde hace pocas semanas audible en plataformas digitales por iniciativa del Archivo Zitarrosa. Este arduo trabajo de arqueología sonora, realizado entre 1996 y 1998 y financiado por el entonces en auge Fondo Capital (IMM) y el Fonam, permitió digitalizar desde las cintas 154 pistas (ocho horas y 27 minutos) de grabaciones inéditas, tomas descartadas, registros de ensayos, grabaciones en vivo y entrevistas periodísticas. Un tesoro fonográfico que existe, en gran medida, gracias a la obsesión del cantor de conservar, en buen estado, todo lo que hizo.

 

Título: Santaolalla (Music Hall)

Autor: Gustavo Santaolalla

Tras dedicar sus primeros tres lustros de carrera a la fusión folk-beat-psicodelia en Arco Iris e Inti Raymi, Gustavo Santaolalla debutó como solista en 1982; el disco ha sido reeditado en plataformas, remasterizado por Aníbal Kerpel, su histórico socio artístico. Casi en tiempo real con la new wave de The Cure y The Smiths, este disco trae nítidas muestras de aquel pop-rock liviano y enérgico como No te hagas rogar y A través de ti. La semilla de lo que poco después harían bandas referenciales como Virus, Los Abuelos de la Nada y Soda Stereo. Temas como Vasudeva y Si me llaman por teléfono no estoy son atentas lecturas de la fusión de reggae y rock de Clash, Madness y Police. El pop-rock guitarrero aparece en Ando rodando y una peculiar variación de candombe suena en María de los Ángeles, con un tal Negro Rada en las congas, quien además se canta todo en esa preciosa tonada llamada Compañeros del sendero.

Título: Gold Record (Drag City)

Autor: Bill Callahan

Si aún no escucharon esta voz, ya es hora. Este songwiter americano de bajo pero sólido perfil gana terreno disco a disco; desde la orilla de la gran industria discográfica, desde el ruedo independiente, con su voz grave y serena y su fraseo profundo y relajado. En su séptimo disco solista, titulado con sutil ironía, Callahan entrega 10 canciones sencillas en su estructura y sonoridad, sostenidas en su guitarra folk y su voz de viajero solitario que observa, procesa, se toma el tiempo para elegir las palabras y narra lo que ve en el camino. Después, un bajo aquí, una trompeta allí, un saxo allá. La lírica, lo de siempre: personajes solitarios que buscan amar y ser amados, contemplan la belleza de la soledad o narran aguafuertes de honda humanidad. Escuchen Pigeons, Breakfast y Cowboy y les quedará claro. Ah, escuchen Ry Cooder y sabrán todo sobre el señor Callahan.

Título: Dizzy Atmosphere (Greenleaf Music)

Autor: Dave Douglas

No es la primera vez que el trompetista Dave Douglas —cuyo quinteto dio un imponente concierto hace unos años en el Solís— le rinde homenaje a un músico. Ya lo había hecho con Wayne Shorter, Booker Ervin y Mary Lou Williams. Pero, más allá de propuestas y nombres, el sexteto comandado por Douglas suena a Douglas, por más que figuren temas legendarios de Dizzy Gillespie como Manteca. Y está bien que así sea, con esos climas espaciales y misteriosos, las dos trompetas (la segunda es la de Dave Adewumi), la guitarra de Matthew Stevens y el piano de Fabian Almazan por encima del soporte rítmico del contrabajo de Carmen Rothwell y de la batería del experimentado Joey Baron. Sobresalen las baladas Con Almazan, Pacific y We Pray y los temas más impresionistas Pickin’ The Cabbage y Subterfuge. La alegría de Gillespie se desarma y flota en una ingravidez que ya es marca del personalísimo Douglas.

Título: Slow Dance (Universal)

Autora: Fernanda Abreu

Su disruptivo debut con Sla Radical Dance Disco Club, 30 años atrás, colocó esa voz, digna de las grandes divas brasileñas, en la misma órbita de Paralamas, Legião Urbana y Titãs. En línea coincidente con Lenine y Seu Jorge, su mezcla de funk, soul y R&B con la matriz musical brasileña le valió el éxito inmediato. Envueltas en ese aura vanguardista, canciones como Rio 40 graus pegaron fuerte también aquí. De hecho, la carioca fue cabeza de cartel en festivales de la X. Como Marisa Monte, Abreu aprovechó el confinamiento para restaurar su archivo personal: de ese proceso surge esta autocuraduría que deja de lado los grandes éxitos para incluir baladas y piezas de atmósfera más contemplativa y menos bailable, grabadas en sus 30 años de carrera. Temas como Dance, dance, Você Pra Mim y Luxo pesado demuestran que su obra, puro swing, conserva intactas levedad, frescura y belleza.

Título: All Visible Objects (Mute Records)

Autor: Moby

Electrónica de autor. Desde el icónico Play (1999), este caballero neoyorquino llamado Richard Melville, pero autobautizado en honor a la legendaria ballena creada por Herman, es uno de los nombres fuertes de la escena electrónica global. Por eso, ante cada uno de sus discos hay que escuchar en qué anda esa cabecita. Y, por lo que se oye, anda con pocas ganas de usar su valija de samples y muy propenso a bolichear: a diferencia de sus recientes entregas de extensas sinfonías de piezas ambient, la mayoría de estos temas son cien por ciento bailables. Entre las 11 pistas se destaca, con luz, Too Much Change, un extenso movimiento que comienza como una balada jazzera —en la voz frágil y atormentada de Apollo Jane— y de golpe se transforma en una rotunda pista de discoteca, para volver al tenso e incierto lamento inicial. La banda sonora perfecta del 2020.

Título: Mantarraya (ind)

Autora: Cecilia Torres

Tras participar en varios proyectos colectivos laterales de la escena local, Cecilia Torres publicó su debut solista, un EP de seis canciones, en el filo de conformar un álbum con todas las letras. Por sobre el brillo de sus canciones y el electropop austero que domina la concepción instrumental —obra del productor Ignacio de los Campos— se impone, al frente, su voz diáfana, de timbre grave de contralto. Una emisión clara, directa y levemente aireada, atributos que le otorgan una fuerte expresividad. Soy el agua de ultramar, / soy el viento que te mueve, / soy todo lo que tú quieres, / soy tu perversión, mi carne de cañón, canta en Soy el agua, de lo mejor del álbum, en torno a un envolvente groove de bajo. Torres es la compositora, letrista y cantante de todos los temas; también se encarga se las delicadas armonías vocales que pueblan este álbum por demás interesante y prometedor.

 

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Cuarto, de Diego Presa

Vida Cultural
2020-10-14T17:37:00