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Autor: Luciano Supervielle
Entre sus varias líneas de trabajo, en Bajofondo y ahora como instrumentista acompañante de Jorge Drexler, Luciano Supervielle se hace tiempo y espacio para su obra solista. Luego de su primer disco volcado hacia el hip hop y un electrotango de nítido sello bajofondero, y el discazo Revérie, un sólido conjunto de buenas canciones de sonoridad inclinada hacia el pop, ahora se consagra a su instrumento. Se podría definir a esta suite como un concierto para piano y laptop, aunque la incidencia de las bases y programaciones digitales es sensiblemente menor que en su obra precedente. En piezas como Sublimación, Resiliencia y Paisaje nocturno queda delineado el cruce entre las profundas raíces clásicas —fundamentalmente en su concepto armónico y melódico— y la firme vocación contemporánea que imprime Supervielle en cada compás. La veta rioplatense aflora sutil, sin estridencias. Apenas un fraseo es suficiente para deslizar una estampa arrabalera, como el piazzolliano inicio de Rondó Rodó. Una balada luminosa como La edad del cielo estaba esperando esta versión sideral para despegar hacia el lugar del título. Y Sabelo pareciera haber quedado fuera de algún disco de Bajofondo. La evidente vocación de banda sonora de estas músicas comienza a expresarse en Otro día en Uruguay, que musicaliza una de las secciones fijas de la serie de YouTube Tiranos temblad. Las últimas cinco piezas conforman la suite Pianos tiranos, compuesta especialmente para la exitosa compilación de videos caseros uruguayos. Las páginas centrales del librillo contienen las partituras de Resiliencia y Suite de la Mamama. En paralelo, Ediciones B publicó un volumen con las partituras completas de los 13 temas.
Título: El folk de la frontera (Santas Palmeras)
Autor: Molina y Los Cósmicos
Nicolás Molina vive en Aguas Dulces, tiene una panadería en la cercana Castillos y su música suena en KEXP FM de Seattle (Estados Unidos), medio que se ha convertido en la principal referencia en la música indie y alternativa de todo el mundo. Con su banda rochense y sus discos grabados en estudios rochenses, este inquieto compositor, multiinstrumentista y productor se abre camino en el panorama musical nacional, con una reciente Trastienda colmada para presentar este trabajo y una minigira en Estados Unidos (incluido el festival SXSW de Austin, meca de la legión alternativa a escala global). El sonido atemporal de este disco no es casual, pues fue mezclado por el productor estadounidense Craig Schumacher en Arizona, quien ha configurado ese característico sonido western de bandas encumbradas como Caléxico. La frontera aludida en el título se vuelve conceptual en temas como Y.T.C. en el fin del mundo o Balada a Kassandra, que transitan la delgada línea sonora entre el rock anglosajón y el universo latino.
No en vano la revista Bilboard los eligió entre los diez mejores artistas latinos de la grilla del SXSW. Esta atmósfera sonora entreteje una vasta gama de instrumentos, desde las guitarras acústicas y eléctricas al charango, pasando por el arpa judía, el acordeón, el xilofón, el banjo y la trompeta experta de Gastón Ackerman. Las canciones de Molina son románticas, dramáticas, tiernas y simples. Tienen el don del magnetismo, eso que hace que dejes lo que estabas haciendo y concentres tu atención en el parlante.
Título: Canción azul que viaja (ind.)
Autor: Queyi
No en vano canta así Viajera, de Malena Muyala. Esta cantante, pianista, compositora y dibujante española, que va y viene entre Uruguay y su país, es dueña de la mejor voz de la canción local en estos tiempos. Es su disco más oriental, con siete piezas de nuestro cancionero popular. Dos exquisitas versiones de Gurí pescador (Osiris R. Castillos), en guitarra, y Río de los pájaros (Aníbal Sampayo) al piano. Tierra adentro, de Ana Prada, más agridulce aún, como los restos de una separación. El clásico de Los Olimareños Del templao adquiere una hondura inédita y se transforma en otra canción. Estrellas (Leo Maslíah) y El día que me quieras completan esta pequeña obra maestra, surgida de un taller con niños que viven en zonas de difícil acceso de Treinta y Tres. Con sus voces desordenadas sobre y entre la de Queyi, multiplican la ternura y la belleza.
Título: Erebus (ind.)
Autor: Harvest
Harvest es el nombre con el que la diseñadora y artista visual suizo-uruguaya Iael Brener editó su primer trabajo solista, que cuenta con la articulación de Laura Chinelli como voz invitada. Brener ha descrito el estilo de Harvest como “electro doom pop”. Sí: la estructura de las canciones responden al formato pop, con estribillos que llegan programados en oleadas, envueltos en la bruma densa, a veces perturbadora, del doom y el drone. Los sintetizadores y samples le confieren el sabor electrónico a las piezas que, como el título, refieren a la mitología griega, a entidades que no están muertas ni olvidadas, sino agazapadas en impulsos, emociones y abstracciones. En la paleta sonora: huellas de Björk, Gazelle Twin y Fever Ray. El tejido de las melodías y la búsqueda del ritmo para bailar en las tinieblas sigue el camino trazado por Mezzanine, de Massive Attack. Canciones como Hybris, Oizys, Thanatos y Penthos, no son regodeos con la oscuridad, la aflicción o la muerte, sino formas de integrarlas, de hacer las paces. De ver en los temores, la posibilidad de encontrar un maestro.
Título: Más vale lunes que nunca (Perro Andaluz)
Artista: La marmita
Otra de las buenas noticias que dan los premios Graffiti, en este caso con su nominación a Mejor Artista Nuevo en esta edición. Una banda de pop-rock con arreglos corales y de guitarras, canciones intensas, un buen manejo de los climas del disco y un sonido muy cuidado, que recuerda a los españoles Fito & Fittipaldis. No en vano la producción estuvo a cargo de la propia banda y Nicolás Ibarburu. Diego Etchemendy demuestra su solvencia como compositor, letrista, guitarrista, armoniquista y cantante. Un verdadero frontman que en vivo ostenta un gran carisma escénico. Además, la placa posee un muy logrado arte de tapa. Buen debut.
Título: Andando El Tiempo (ECM)
Autor: Carla Bley
Esta pianista y compositora, una señora casi octogenaria, una gloria del jazz, nos trae un disco en trío con el inseparable aporte del bajista eléctrico Steve Swallow (el único capaz de enfrentar al Huracán Pastorius y salir indemne de su influencia) y el saxofonista tenor y soprano Andy Sheppard. Cinco largos temas de la Bley (tres de ellos pertenecen a la suite que da nombre al disco), intimistas, delicados y al mismo tiempo intrincados. Grabado en Lugano y producido por Manfred Eicher. Calidad garantizada.
Título: Debute (ind.)
Autor: Puchero
Vierta en una olla hip hop en rebanadas, cubitos de tango, reggae en julianas y algo de jazz trozado con libertad. A fuego lento, revuelva durante media hora y escuchará el sonido del flow urbano a cargo de los mejores raperos de la ciudad, como Rodrigo Sanz, Santi Mostaffa y Eli Almic entreverado con el pulso ciudadano que suena en los arrabales rioplatenses desde el novecientos. Con el cucharón en poder de los maestros y compositores puchereros Rodrigo Sanz e Ignacio Casciani (voz y bajo del grupo de hip hop Dostrescinco), y sal a gusto, este caldo urbano mezcla esencias de bandoneón (Sergio Astengo y Jonatan Blaty), violines y violas (Juan Braceras), batería (José López), guitarras (Enzo Fernández), pianos (Luis Semeniuk y Martín Colucci), trompeta (Alejandro Vega) y trombón (Jean Daniel Vera), junto a las voces corales de Maité Gadea y Camarón, y la voz teatral del actor Walter Rey en los recitados. Una delicia.
Título: Primer ángel (Bizarro)
Autor: Wolff
Casi dos décadas después de dejar La Tabaré, la actriz de la Comedia Nacional Alejandra Wolff vuelve al rock, ahora junto al guitarrista y productor musical Gabriel Brikman, cuya carrera ha transitado principalmente por bandas de metal (Chopper, Radical). Los diez temas se pasean por variantes de hard rock melódico con algo de punk (Sin piel), blues (Mar), reggae (Sur del mundo profundo) y el sonido new wave característico de los años 80. Estoy out y Cabaret son muestra de que la voz de la cantante conserva su garra interpretativa, ahora algo más grave que en sus años con La Tabaré. Espejos rotos es un pasaporte a una noche decadente de 1989, como una segunda parte no muy feliz de Luces en el calabró, de Jaime Roos. Un puñado de tracks ocultos revelan una versión alternativa de El clítoris letal, de La Tabaré, y un tema 100% nostálgico llamado Montevideo blues. Nada nuevo ni demasiado interesante bajo el sol.