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Las más ricas tradiciones del golf se darán cita a partir de hoy jueves 18 con la disputa del 148º British Open, el torneo más antiguo del mundo. Vale destacar que de las 10 canchas en las que rota el certamen cada año, esta edición se jugará nuevamente en el Royal Portrush Golf Club de Irlanda del Norte después de 68 años. A partir de las 6:19 de esa zona del mundo, saldrán a jugar en threesomes cada 11 minutos desde los tees de los hoyos 1 y 10, para completar el field de 156 golfistas que buscarán la famosa Claret Jug, uno de los trofeos más reconocidos en el mundo de los deportes.
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El primer Abierto Británico se disputó en octubre de 1860 en el Prestwick Golf Club de Escocia y fue ganado por Willie Park con un total de 154 golpes para los 54 hoyos, en un certamen que fue declarado “abierto para todos los golfistas” y sirvió de modelo para las competencias que vinieron después. El trofeo entregado al ganador permanece en el Royal & Ancient de Saint Andrews, llevándose el campeón una réplica. En una ceremonia desarrollada el lunes 15, la jarra fue devuelta a las autoridades por el campeón saliente, el italiano Francesco Molinari, ganador del British Open del año pasado disputado en el Carnoustie Golf Links de Escocia.
Las primeras clasificaciones para participar en el Abierto Británico se determinan de acuerdo a la ubicación en el ranking mundial (juegan los primeros 50 ubicados). Luego se disputan clasificaciones tanto en Gran Bretaña como en Europa, Estados Unidos, Australia, África y Asia. De estos clasificatorios, 386 golfistas llegan a la instancia final, buscando uno de los 12 lugares disponibles para la gran cita.
Para orgullo del golf sudamericano, desde 2015 el ganador del Abierto de la República Argentina clasifica directamente para jugar el British Open. Es así que el mexicano Isidro Benítez, ganador del año pasado de dicho certamen, cuando se jugó en el Pilará Golf Club, tendrá su oportunidad en el último major del año.
La bolsa de premios ascenderá en esta edición a la suma de US$ 10,5 millones, incluyendo un cheque por US$ 1,9 millones para el ganador, una clara prueba de la trascendencia que han adquirido los torneos que conforman el Grand Slam de golf.
La cancha
Dentro de las 14 canchas en que ha rotado el Abierto Británico en su historial, después de 68 años, el Royal Portrush de Irlanda del Norte vuelve a ser sede del evento. El último antecedente se remonta a 1961, cuando ganara ahí Max Faulkner con un score de 285 golpes para las cuatro vueltas.
En estos días se maneja que el triunfo del irlandés Padraig Harrington en el Irish Open del 2012 se convirtió en un gran impacto, lo que presionó al Royal & Ancient a colocar nuevamente a Royal Portrush en la rotación del British Open. Finalmente, en el 2014 el Royal & Ancient lo confirmó como sede para la edición de este año. A partir de ese momento se realizaron una serie impresionante de obras, que fueron desde la reconstrucción de cinco greens hasta la reforma total de los hoyos 17 y 18 para alojar las carpas de hospitalidad, una de las tantas exigencias de la entidad organizadora. El trazado fue alargado hasta las 7.400 yardas, par 71, notoriamente más larga que el último antecedente de 1961.
El impacto de la llegada del Abierto Británico a Irlanda del Norte ha sido impresionante, con notas que lo definen como el “mayor evento deportivo” en la historia del país. Las entradas para el certamen están agotadas desde hace varios días y se calcula en 190.000 la cantidad de personas que estarán presentes en Royal Portrush a lo largo de todo el campeonato. Unos 800 voluntarios serán los encargados de organizar y controlar a la multitud.
Fundado en 1888, el Royal Portrush es un club con una larga y rica historia, con un gran compromiso en el desarrollo del golf amateur. Rory McIlroy, uno de los grandes favoritos para quedarse con la Claret Jug, es socio honorario de la institución y tiene el récord de la cancha, cuando hizo 61 golpes en una de las rondas del Irish Open. “Es un lugar muy especial, del cual guardo grandes recuerdos, cuando uno nace tan cerca de un gran campo de golf es verdaderamente una bendición. Luego tenés la posibilidad de jugar por todo el mundo y al volver te das cuenta de lo fantástico que es este campo”, declaró McIlroy en conferencia de prensa.
La importancia de los majors
De acuerdo al nuevo calendario, el British Open es el último de los majors de la actual temporada y, al tener ganadores diferentes los tres torneos anteriores, tampoco este año habrá un ganador del Grand Slam.
Más allá de resultados, los majors siguen siendo el gran objetivo de los golfistas de elite. En estos días se supo del régimen al que se sometió Phil Mickelson, consumiendo solo agua y proteínas durante algunas semanas, con lo cual perdió seis kilos, para llegar de la mejor manera al British Open. Por otra parte, también se conoció a través de las redes que Tiger Woods se levantó a la una de la mañana a lo largo de 15 días buscando adaptarse al uso horario de Irlanda del Norte. Una hora de ejercicio, luego tirar pelotas, para terminar el entrenamiento con 18 hoyos, fue su programación en la previa al campeonato. En cuanto a Tiger, luego de su actuación en el US Open en Pebble Beach, no volvió a competir y en lo que va del año solo ha jugado cuatro torneos. Parece muy poca competencia para quien tiene aspiraciones de lograr su major número 16. Por su parte, el irlandés Padraig Harrington fue muy crítico con Tiger, al afirmar que “nadie que piensa en ganar el British Open deja de jugar durante dos meses antes del torneo”.
Los ejemplos de Mickelson y Tiger buscando llegar de la mejor forma al último major muestran la importancia que los jugadores de elite les asignan a estos tornes. Ambos con más de 40 años, uno ganador de 15 majors, el otro con 5 en su haber, con la vida resuelta desde hace varios años, sus calendarios, cambios en el swing y preparaciones están enfocadas en forma especial para estos eventos.