En parte por la desaceleración de los precios de la alimentación —al abaratarse ciertas frutas y verduras—, la inflación al inicio de diciembre fue relativamente baja.
En parte por la desaceleración de los precios de la alimentación —al abaratarse ciertas frutas y verduras—, la inflación al inicio de diciembre fue relativamente baja.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEn la primera quincena el índice de Precios al Consumo de Búsqueda (IPCB) aumentó 0,20% respecto al promedio de noviembre y lo hizo 0,16% frente a los mismos días de ese mes; esta última variación proyecta la tendencia inflacionaria para todo diciembre.
A diferencia de meses anteriores, el alza de precios en los rubros que tienen comercio internacional —“transables”— fue similar a aquellos no transables. El dólar en diciembre está teniendo en el mercado local una suba moderada (0,6%hasta ayer), con ligeras oscilaciones en los últimos días.
Dentro de cada rubro del IPCB, las variaciones más importantes en la primera quincena de diciembre fueron las siguientes:
—En “Alimentación”: carne picada 3%, zanahorias –9%, zapallo 3%, zapallitos 9%, tomates –22%, morrón –38%, bananas –10%, duraznos 6%, peras 18%.
—En “Vestimenta”: ropa de mujer 3%, ropa de hombre 2%, ropa de niños 2%, calzado de mujer 3%.
—En “Vivienda”: alquileres 1,0%, gastos comunes 0,8%.
En el rubro “Varios”: electrodomésticos 4%, viajes 4%, repuestos 4%, medicamentos 4%.
Bajar los niveles de inflación es una preocupación para el Banco Central (BCU) y desde hace unos meses están poniéndole más esfuerzo a esa tarea a través de la política monetaria. El hallazgo al que arribaron tres economistas de ese organismo a partir de análisis de texto en los comunicados de ese organismo referidos a la política monetaria y a encuestas entre diversos agentes fue, en los hechos, una confirmación de lo que intuían: hay una relación estadísticamente significativa entre el “tono” de esa política y las expectativas de inflación. Además, la claridad del mensaje tiene un efecto marginal adicional.
El estudio de Gianni Carotta, Jorge Ponce y Miguel Mello fue comentado por este último en un encuentro de la Sociedad de Economistas del Uruguay efectuado el martes 21 vía Zoom.
Para testear la comunicación, seleccionaron 586 oraciones de los comunicados del Comité de Política Monetaria del BCU desde 2010 hasta marzo del 2020, como una que decía que “los altos precios internacionales y la firme demanda doméstica siguen pautando el sesgo expansivo de la trayectoria de los precios internos”. Cerca de medio centenar de encuestados —entre funcionarios del organismo, miembros de la academia y estudiantes avanzados de economía— los calificaron como de tono “expansivo”, “contractivo”, “neutral” o la opción de “no aplica”. El saldo neto de las respuestas determinó la percepción sobre el tono de la comunicación, que en “gran parte del período” fue percibido como “levemente contractivo”. En “grandes rasgos coinciden bastante” con el indicador efectivo del sesgo de la política monetaria, explicó Mello. El tono percibido “quizás adelanta un poco”, dijo, si bien no llegaron a una constatación empírica de ello.
Por otro lado, un conteo de sílabas y promedio de palabras por frase fue la base de un indicador de claridad y facilidad de lectura de los comunicados del BCU. Ese análisis mostró mejoras, aunque siguen siendo de difícil comprensión para la gente común.
Como parte de la investigación, evaluaron las expectativas de inflación a través de encuestas a unas 500 empresas con más de 50 empleados. “Las expectativas se han mantenido siempre por arriba” del rango establecido como meta por las autoridades, si bien “nunca se dispararon. Están ancladas en un nivel más alto”, dijo Mello. Como una hipótesis personal, apuntó que ello responde a “una falta de credibilidad del rango” —situado actualmente entre 3% y 7% anual—, y que el “verdadero” techo es de 10%.“Todavía tenemos un camino largo” que recorrer en cuanto a claridad y facilidad de la comunicación, admitió.