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En Europa hablaban de un avance sin control del virus que obligaba a cerrar colegios en algunos países y las fronteras en otros. Las bolsas de Wall Street y Europa tenían días negros y perdían valor. Faltaba un día para que el brote de un nuevo coronavirus fuera declarado pandemia y tres para que en Uruguay se conocieran los primeros casos de la enfermedad. Era el 10 de marzo de 2020 y por el Aeropuerto de Laguna del Sauce, en Punta del Este, despegaba el último vuelo comercial que pasaría por allí en, al menos, un año y medio.
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Desde ese momento, la actividad en el segundo aeropuerto en importancia del país se desplomó y se ubica un 96% por debajo del promedio de los últimos 10 años. Entre noviembre y agosto llegaron y salieron 4.500 pasajeros de esa terminal.
Esa terminal es una vía de entrada para público argentino o de otras nacionalidades que llegan a Maldonado especialmente en verano. Con fronteras restringidas —incluso para los uruguayos residentes fuera, que no pudieron llegar para las fiestas de fin de 2020—, el movimiento en el Aeropuerto de Laguna del Sauce se centró en vuelos privados, que también son bajos en la comparación con el promedio de la última década (son un 54% inferiores), pero mostraron ciertos indicios de recuperación de la conectividad.
En una temporada alta sin pandemia, había 1.400 movimientos de aviación comercial en ese aeropuerto, a lo que se le sumaba entre 1.500 y 2.000 aterrizajes en aviones privados. Tiene, como el turismo en general, una temporada alta en el verano; entre diciembre de 2020 y febrero de 2021 hubo 500 vuelos privados.
Sin embargo, la aviación privada mejoró “sensiblemente” cuando el Poder Ejecutivo aprobó algunas flexibilizaciones, como dejar de exigir hacer cuarentena una vez que los pasajeros llegaban a Uruguay. “Esto se lo adjudican a que los argentinos que tienen residencia podían ir y venir con más libertad. Como no había aviación comercial, se tomaban el taxi aéreo como medio de transporte”, explicó a Búsqueda el gerente general del Aeropuerto de Punta del Este, Alejandro Rivero.
En mayo hubo 160 vuelos privados, en junio 180 y en julio 130. Son “máximos históricos” para temporadas bajas y “entre 50% y 100%” por encima de los niveles de 2019, informó. Sin embargo, esto no “compensa” los meses malos del verano, cuando normalmente el aeropuerto recauda el 60% de su facturación anual. Esa terminal es una concesión —extendida hasta el 2033— del Consorcio Aeropuertos Internacionales S.A.
El descenso en julio de la aviación privada estuvo asociado a la decisión de Uruguay de establecer nuevas exhortaciones de cuarentena a los pasajeros y a que el gobierno argentino fijó cupos a los ingresos desde el exterior. Las restricciones de Argentina se tomaron para el aeropuerto de Ezeiza y luego también para San Fernando, la terminal que recibe el 80% de los vuelos privados que salen de Punta del Este.
Vuelta a la normalidad
La apertura gradual de fronteras que anunció el presidente Luis Lacalle Pou el lunes 9 generará un nuevo “movimiento interesante” de la aviación privada. Los extranjeros vacunados con propiedades en Uruguay podrán ingresar a partir del 1° de setiembre, con un test negativo de Covid-19 previo al arribo. La segunda etapa comenzará en noviembre, cuando quede habilitada la llegada de todos los extranjeros inmunizados con un PCR negativo.
“Sin duda” los vuelos particulares superarán los niveles de mayo y, estimó Rivero, se comenzará a “mover algo” la aviación comercial. “La aviación privada puede responder a esa demanda más rápido que la aviación comercial; para llegar un vuelo de 120 plazas necesitás una masa crítica”, que no se completa con los propietarios de inmuebles que llegan a Punta del Este, comentó.
Desde el Aeropuerto de Laguna del Sauce ya iniciaron las conversaciones con las aerolíneas que trabajan durante la temporada de verano. Para “cubrir la demanda creciente”, esperan que en la segunda quincena de octubre la estatal Aerolíneas Argentinas ya esté haciendo la ruta Punta del Este-Buenos Aires, aunque sea con dos frecuencias semanales (jueves y domingos). Durante los veranos previos a la pandemia esa aerolínea era la compañía con más presencia en Punta del Este. A ese movimiento se le suman los vuelos de Latam desde San Pablo y Chile, los de Azul y Gol desde Porto Alegre y los de Paranair desde Paraguay. Aunque hay conversaciones con todas, la mayoría de esas aerolíneas no confirmó el regreso de los vuelos con Uruguay.
Una fuente aeronáutica dijo a Búsqueda que es incierto cuándo va a retomar las operaciones la estatal argentina: “No se sabe cuándo, cómo ni en qué volumen van a reiniciar los vuelos”, precisó. La brasileña Gol, en cambio, tiene planeado volver con algunos viajes en octubre.
Carrasco
Durante 2019, en el Aeropuerto Internacional de Carrasco había unas 150 frecuencias semanales de vuelos que conectaban a Uruguay con 12 destinos. Esta cifra, en pandemia, se redujo a 35 frecuencias semanales.
Al inicio de la emergencia sanitaria la operativa de vuelos desde esa terminal cayó hasta un 98% y durante varios meses solo aterrizaron vuelos humanitarios y sanitarios de pasajeros, así como vuelos de carga, informó a Búsqueda el gerente de operaciones del Aeropuerto de Carrasco, Federico Cabrera. Este mes la conectividad aérea tuvo “cierta mejoría”, pero continúa “en niveles bajos”, cercanos a un 20% menor en comparación a la actividad prepandemia, indicó.
Latam, Copa, Air Europa, Iberia, Paranair y Estern Airlines son las seis aerolíneas que en este momento conectan desde Carrasco.
Copa —con sus viajes a Panamá— fue la compañía que más frecuencias tuvo durante la emergencia sanitaria y, de acuerdo con la demanda, fueron entre cuatro y cinco los vuelos por semana; en julio aumentaron a 12. A partir del 14 de setiembre, volverá a tener dos vuelos diarios y así retomará el nivel prepandemia, dijo otro informante.
Argentinos en “tránsito”
Las restricciones que tomó el gobierno de Fernández provocaron un fenómeno que, si bien no fue masivo, motivó la llegada de argentinos a Uruguay. Muchos de ellos se fueron de vacaciones de julio y, al querer retornar, no pudieron hacerlo por los cupos establecidos por el gobierno. Entonces, algunos ingresaron “en tránsito” a Uruguay y luego tomaron un vuelo privado de regreso a Argentina.
¿Cómo es el procedimiento? Primero contratan un vuelo privado entre Montevideo y Buenos Aires y, una vez que tienen la aprobación, compran un pasaje para viajar desde Estados Unidos hacia Uruguay. Este vuelo lo pueden hacer a través de Eastern Airlines (que viaja desde Miami) o a través de Copa, con escala en Panamá, comentó a Búsqueda el agente general de ventas de Eastern, Carlos Pera.
Estos viajes no son masivos: viajan entre 14 y 15 pasajeros que llegan “en tránsito” por vuelo, estimó. En los aviones de Copa, en tanto, había un “cupo marginal” ocupado por estos pasajeros, indicaron informantes del sector aeronáutico.
