Mientras hay récords de casos de Covid-19, jóvenes en balnearios se reúnen en playas y casas privadas para sustituir las fiestas

escriben Lucía Cuberos y Florencia Pujadas 

El sábado a la medianoche, un grupo de amigos se sentó en un restaurante en La Barra, Punta del Este, y pidió cervezas y hamburguesas. Mientras esperaban la cena, uno de ellos se acercó a cuatro chicas para invitarlas a una fiesta. “¿Una fiesta?”, preguntó la más joven, que parecía no tener más de 18 años. “Las que se hacen los findes en ‘la casita’”, respondió su amiga. Ninguno preguntó a qué casita se referían. Ya la conocían. El chico les dijo que llevaran alcohol y que iba a ser una noche “épica”. Que eran unos 100 adolescentes, que se conocen de liceos de Montevideo y que estaban todos “con tremenda manija”. Les comentó que se juntaban después de que cerrara el bar, a eso de las 2 a.m., y se fue. Ellas, entusiasmadas, se quedaron hablando sobre qué se iban poner y preguntándose unas a otras si habían llevado maquillaje.

Esta nota es exclusiva para suscriptores de BÚSQUEDA y GALERÍA
Elegí tu plan y suscribite

Suscribite

¿Ya sos suscriptor? Iniciá sesión

Probá nuestro servicio, registrate y accedé a una nota gratuita por semana.