En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
Mientras identifica restos de un detenido desaparecido, Uruguay impulsa un manual de buenas prácticas para cadáveres sin reconocer
Parte de los restos óseos encontrados en el Batallón 14. Foto: Sofía Torres
FOTO
Los familiares de un uruguayo detenido durante la última dictadura tendrán finalmente una respuesta sobre su destino. Después de casi cuatro años sin resultados en la búsqueda, el equipo de antropólogos a cargo de la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo (Inddhh) encontró el martes restos humanos en el Batallón de Infantería Paracaidista Nº 14 del Ejército Nacional, enterrados en condiciones que hacen sospechar que se trata del cuerpo de uno de los desaparecidos por el régimen militar.
¡Registrate gratis o inicia sesión!
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En ese predio del Ejército habían sido recuperados en 2011 los restos de Julio Castro y en 2012 los de Ricardo Blanco Valiente. Por el momento son seis cuerpos encontrados entre los 197 detenidos desaparecidos por la dictadura (1973-1985). El último hallazgo había sido el de Eduardo Bleier en 2019 en el Batallón de Infantería Nº 13.
“Lo sucedido el martes es una reconfirmación de la importancia de la búsqueda. Esto a veces genera escepticismo: se cuestiona por qué lo hacemos, por qué gastamos tanta plata, que no va a conducir a ningún lado… Y el hecho es que cada vez que se encuentra a un desaparecido se cae a pedazos esa tesis de que la búsqueda no sirve para nada”, afirmó a Búsqueda Wilder Tayler, director de la Institución Nacional de Derechos Humanos. “Lo que se necesita para alcanzar logros como este es una paciencia enorme”.
El reciente descubrimiento en el Batallón Nº 14, informado por MVDNoticias, no se produjo por un dato específico que permitiera ubicar el lugar preciso, sino que es parte de un plan de excavación en una zona del predio que el equipo de antropólogos inició hace dos años. Tayler explicó que aunque se trabaja en el batallón desde 2005, el hallazgo de restos es complejo por la propia extensión del lugar —410 hectáreas— y porque la información recibida es “ambigua, equivocada e incluso a veces proporcionada con mala fe”.
El Batallón Nº 14 del Ejército pasó a ocupar su sede actual en la ciudad de Toledo (Canelones) en 1975. El lugar fue declarado en 2014 Monumento Nacional y en 2019 Sitio de la Memoria. En octubre de 2005 se realizaron allí las primeras intervenciones arqueológicas luego de que los antropólogos recibieran información sobre la existencia de diversos lugares supuestamente utilizados tanto para enterramiento como para exhumación de cadáveres.
Como el predio es empleado por el Ejército para diversas maniobras, actualmente hay 32 hectáreas bajo custodia para desarrollar excavaciones y no actividades militares. A las zonas de trabajo arqueológico se llegó a través de fuentes oficiales —como el Informe Final de la Comisión para la Paz— y de fuentes no oficiales: vecinos, soldados, organizaciones de derechos humanos y periodistas, entre otros.
Los testimonios de personas se suman a análisis por fotointerpretación y a sistemas de información geográfica de fotos tomadas en distintos vuelos por la zona. Además, a fines del año pasado la Universidad Tecnológica del Uruguay (Utec) puso a disposición de la Inddhh una tecnología de última generación —denominada Lidar— para profundizar la búsqueda en todo el país. Desde entonces, mediante el Servicio de Sensores Remotos y Aeroespaciales de la Fuerza Aérea Uruguaya se relevaron ocho áreas catalogadas de interés, entre ellas el Batallón Nº 14.
Los restos encontrados esta semana serán enviados a Buenos Aires al Equipo Argentino de Antropología Forense, que desde 2001 asesora a los diferentes mecanismos creados por gobiernos uruguayos para investigar el paradero de los desaparecidos. Este organismo será el encargado de realizar el análisis genético que dé nombre al cuerpo enterrado clandestinamente en el Batallón Nº 14.
El hallazgo se produce cuando faltan apenas días para el 50º aniversario del golpe de Estado que el 27 de junio de 1973 inició la dictadura y en un contexto político donde la historia está en debate. Es que el oficialismo impulsa dos proyectos de ley que generan dudas en la oposición: uno para que todos los archivos del pasado reciente sean de acceso universal y otro para resarcir a las víctimas de la guerrilla.
En rueda de prensa, el ministro de Defensa, Javier García, destacó “lo conmovedor del episodio” y “la esperanza de la paz en una familia uruguaya”, en el marco del “compromiso permanente que tiene el gobierno —desde el primer día que asumió— de trabajar con seriedad para aportar todo lo que se pueda”. Por su parte, la Mesa Política Nacional del Frente Amplio, en un comunicado de prensa, lo valoró como “un paso más en la imprescindible búsqueda de todas y todos los desaparecidos, que debe continuar”.
“Guía”.
A la vez que Uruguay avanza en la identificación de los restos encontrados en el predio militar, a escala regional pretende mejorar la búsqueda de personas con Argentina, Bolivia, Brasil, Chile y Paraguay. Fiscales de estos países acordaron nuevos trabajos para “restituir identidades a las víctimas”, según documentos a los que accedió Búsqueda.
Durante una reunión en la órbita del Mercosur celebrada el 9 de mayo en Bueno Aires, los fiscales discutieron competencias, alcances y límites de los Ministerios Públicos en la tarea de identificación de restos humanos de víctimas del terrorismo de Estado. “La desaparición de personas como estrategia de eliminación de individuos de los regímenes dictatoriales tuvo dramáticas consecuencias que no cesan con el paso del tiempo, sino que se reeditan cada día en la medida en que se mantiene la incertidumbre sobre la suerte final de las víctimas. Se trata de un tema de suma relevancia y vigencia”, dice una de las actas del encuentro.
Los fiscales argumentaron que “la actuación coordinada de los Estados en el marco del Plan Cóndor para desarrollar sus actividades represivas” —entre ellas, el traslado de personas secuestradas— obliga a los países a “articular esfuerzos”. Para eso propusieron elaborar un mapeo regional de casos de hallazgos de cadáveres e inhumaciones sin reconocer, vinculados con el terrorismo de Estado en los períodos que corresponden para cada país, enfocándose en zonas fronterizas y especialmente en las costas ribereñas. El objetivo es construir entre los ministerios públicos una base de datos que colabore en el proceso de identificación y elaborar un manual de buenas prácticas, donde los fiscales compartan sus protocolos de actuación ante el hallazgo de cadáveres para establecer criterios de actuación compartidos.
“Esta estrategia permite incorporar la variable de que se trate de víctimas cuya desaparición/secuestro se produjo en un país diferente al del potencial hallazgo de sus restos y articular esfuerzos tendientes a lograr las identificaciones del caso”, indica el acta, que menciona la posibilidad de enfrentar situaciones de traslado de víctimas secuestradas en un país a otro, así como la práctica militar de utilizar los ríos Paraná, Uruguay y el Río de la Plata para deshacerse de personas secuestradas en la Argentina, cuyos restos fueron hallados en las costas uruguayas. Como ejemplo concreto los fiscales se refirieron al caso de Rafaela Filipazzi y Agustín Potenza, quienes huyeron de Argentina a Uruguay en 1977, donde fueron secuestrados. Sus restos se hallaron en Paraguay en 2006.