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Con logos de Louis Vuitton, los ladrillos de droga estaban en un galpón de Rosario, Argentina, camuflados como parte de un container de alimento balanceado listo para transportarse unas pocas cuadras hasta el puerto de la ciudad y desde allí a España como escala. Destino final: Dubái. Carga: 1.658 kilos de cocaína. La Policía Federal Argentina desbarató la operación el 26 de agosto y detuvo a 12 personas.
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Con el correr de los días cayeron más detenidos, entre ellos —dos semanas atrás— un colombiano sospechado de ser el líder de la maniobra. Una de las hipótesis centrales, según señalaron a Búsqueda fuentes policiales, es que forma parte de una organización internacional en la cual también participa el uruguayo Sebastián Marset.
Marset, que tras abandonar el país hizo contactos con productores y distribuidores en Bolivia y Paraguay, logró también extender sus contactos a Emiratos Árabes Unidos, donde se ubica Dubái. Desde marzo es requerido internacionalmente, luego de que parte de la red que controlaba fuera desactivada por las autoridades paraguayas, que congeló muchos de sus activos. La Policía uruguaya cree que desde la clandestinidad está obligado a operar para generar dinero, por lo cual analizan su vinculación en casos como el de Rosario y también en incautaciones locales.
Justamente en Emiratos Árabes Unidos sucedió el hecho que marcó al gobierno con Marset y que sumó esta semana nuevos detalles.
En setiembre de 2021 el narcotraficante uruguayo fue detenido en Dubái con un pasaporte paraguayo falso. Como parte de la estrategia legal para ser liberado, solicitó y obtuvo en noviembre desde prisión un pasaporte uruguayo. El canciller Francisco Bustillo y el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, fueron interpelados en agosto por el Parlamento para conocer el rol del Poder Ejecutivo en el trámite del documento. En la comparecencia ambos señalaron que el pasaporte se otorgó porque no existían impedimentos legales y Bustillo añadió que en noviembre de 2021, en términos conceptuales, “nadie sabía quién era Marset”. El lunes 12, a partir de un pedido de acceso a la información que legisladores del Frente Amplio realizaron al Ministerio de Relaciones Exteriores, la diaria publicó que jerarcas del gobierno sí estaban al tanto de los negocios de Marset: “Hola Caro, podemos saber qué pasó con este delincuente detenido en Dubai por documento falso. Es un narco muy peligroso y pesado”, le escribió el subsecretario de Interior, Guillermo Maciel, a la vicecanciller Carolina Ache, en noviembre de 2021 vía WhatsApp. Maciel incluso agregó que “sería terrible” si Marset quedaba libre.
El sábado 10 El Observador había informado que, a solicitud de la defensa de Marset, en octubre de 2021 la Embajada de Uruguay en Emiratos Árabes Unidos envió una carta a autoridades judiciales emiratíes para indicarles que, una vez que fuera liberado, a Marset se le iba a iniciar el proceso de obtención de pasaporte uruguayo. La carta fue enviada por la representación permanente ante Abu Dhabi, que luego comunicó a la Dirección General para Asuntos Consulares y Vinculación de Cancillería que era “prudente aguardar a que el proceso judicial finalice para oportunamente tramitar el documento de viaje”.
La respuesta, a la que accedió Búsqueda, fue que no existían barreras legales para, aún en prisión y sin sentencia sobre su caso, “poder iniciarle al señor Marset la solicitud de su pasaporte común”, ya que este trámite era independiente del proceso judicial que tenía en curso. “Por lo tanto, se deberán tomar todas las capturas necesarias (foto, firma y huellas), para posteriormente ser subidas al sistema de pasaportes”, fue la orden a la sección consular de Abu Dhabi. Así se hizo y Marset consiguió el pasaporte antes de quedar libre.
Pasaporte uruguayo otorgado a Sebastián Marset
Mayor información
Tras ser detenido en Dubái el 10 de setiembre de 2021, el primer contacto indirecto de Marset con el gobierno ocurrió seis días después, cuando representantes de la embajada uruguaya se reunieron con su pareja, Gianina García. Los documentos enviados por Cancillería a los legisladores frenteamplistas sostienen que García mencionó tener residencia en los Emiratos Árabes Unidos (“a través de la apertura de una supuesta empresa”) y que dejó constancia de que ni ella ni Marset tenían intenciones de comunicarse con Uruguay o regresar al país. “Al mismo tiempo se mostró reacia de brindar mayor información” a esa sección consular, añade el informe oficial fechado el 16 de setiembre de 2021.
A fines de octubre Marset finalmente se encontró cara a cara con la encargada de la sección consular mientras estaba detenido en una prisión de Abu Dhabi, adonde había sido trasladado desde Dubái tres días antes. El informe de la embajada explica que la visita fue realizada para comprobar cuáles eran las condiciones de reclusión de Marset y para obtener las huellas dactilares de comprobación de identidad.
Marset estaba aislado en una celda y sin contacto durante las 24 horas del día, dentro de una situación excepcional de cuarentena prevista en la primera semana de todos los nuevos reclusos que arribaban al centro. Aunque el régimen no admitía visitas de familiares ni abogados, a pedido de la sección consular “las autoridades de la prisión accedieron a que el hermano del Sr. Marset pudiera entrar y tomar contacto con su hermano mientras la visita consular se llevaba a cabo”. El hermano, Diego, había estado junto a Marset durante su arresto en el aeropuerto de Dubái, ya que planeaban viajar juntos a Turquía y luego a Grecia.
En ese momento, Diego Marset se encontraba desde hacía meses en la mira de una investigación internacional que involucraba a la Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas de la Policía uruguaya. Liderada por la Secretaría Nacional Antidrogas de Paraguay, la investigación incluía a la Agencia de la Unión Europea para la Cooperación Policial (Europol) y a la Administración de Control de Drogas (DEA) de Estados Unidos. Desembocó en marzo con la caída de la red de Marset y su pedido de requisitoria internacional por parte de la Justicia paraguaya. En ese pedido, refrendado en octubre de este año, también se pidió a Interpol la detención de su hermano Diego y de su pareja, Gianina García. Todos se mantienen prófugos.