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    Muertos que siguen hablando

    “Marx In Soho”, con César Troncoso

    El jueves 21 se despidió de la Comedia Nacional uno de los mejores actores uruguayos de las últimas décadas: Jorge Bolani. Fue en el Teatro Circular, su casa en la escena independiente, donde no demorará en regresar. Y fue con Variaciones Meyerhold, formidable recorrido por la vida del actor, director y teórico teatral ruso que junto a Stanislavski sentó las bases de la actuación moderna. Secundado en gran forma por Jimena Pérez y Luis Martínez, Bolani se licua en escena y su cuerpo es poseído por el artista transgresor que defendió la revolución en escena, se negó a colgar banderas soviéticas y retratos de Stalin en sus obras, se echó en contra al aparato comunista, fue apresado, torturado y doblado por el régimen, que lo forzó a autodeclararse “contrarrevolucionario”, lo fusiló y lo desapareció. Más allá de la absurda norma que obliga a los actores de la Comedia a irse a los 70 años aunque estén en su mejor momento, fue un final de lujo para el brillante ciclo oficial de Bolani.

    Unos pocos días antes, otro gran actor uruguayo, César Troncoso, estrenó el unipersonal Marx In Soho, del historiador social estadounidense Howard Zinn (1922-2011), adelantado en una muestra de 2012, que retrata al pensador alemán Karl Marx en una fantasiosa aparición en el Soho neoyorquino, convocado por una audiencia que desea ir a la fuente original. Además de la notable composición de Troncoso, a la misma altura de la de Bolani, son abundantes las semejanzas entre ambas propuestas.

    Al igual que aquel texto del argentino Eduardo Pavlovsky, Zinn pone a un muerto célebre a hablar de sí mismo en pasado y en primera persona. Una verdadera bomba dramática. Sin fisuras y con una convicción pasmosa, Troncoso revive la vida cotidiana y el pensamiento de este hombre que, más allá de las preferencias en el espectro político-ideológico, es sin dudas uno de los personajes más influyentes y decisivos de la historia. Un tipo cuyas ideas desembocaron en la polarización del mundo durante casi un siglo. Un nombre que, como cita Zinn, ha sido declarado muerto una y otra vez, pero sigue vigente en el discurso (y acción) de mucha gente.

    Lejos de agitar banderas partidarias, Zinn rescata el pensamiento primigenio de Marx, despojado de todo lo que ocurrió después. Así como Meyerhold revive sus discusiones estéticas con los cuadros estalinistas a los que acusa de traicionar precozmente la revolución con su accionar totalitario y tendiente al pensamiento único, aquí Marx reivindica El capital, su obra cumbre, y el Manifiesto comunista, coescrito con Friedrich Engels. Pero explica sus diferencias con la Internacional Socialista y dispara munición gruesa contra Stalin y su sistema que segó la vida de Meyerhold y tantos otros millones de opositores.

    En otras manos, este alegato podría ser una diatriba panfletaria irrelevante en términos artísticos, y, lo que es peor, un bodrio insoportable. Pero Zinn, muy bien defendido en escena por el director argentino Juan Tocci —un prolífico realizador con varios trabajos interesantes en Montevideo, como 4:48 Psicosis de Sarah Kane y La señora Macbeth, de Griselda Gambaro—, cuenta esta historia en solo 50 minutos y desde una mirada cotidiana, muy humana, y con las dosis justas de ironía, emoción y sarcasmo. Su única esposa y sus hijos, sus penurias económicas y de salud, el recuerdo melancólico de la experiencia revolucionaria de La Comuna en París y la rivalidad con Mikhail Bakunin, con una descacharrante escena de borrachera y una línea que pinta de cuerpo entero al icónico anarquista ruso: “El primer día lo adorás, el segundo lo querés fusilar”.

    Ya sea de izquierda o derecha, el espectador repasa 150 años de historia de la humanidad en un trabajo muy disfrutable, de la mano de un actor que merecidamente se está ganando un sitial de privilegio en la región, que prepara su debut en las ligas globales en una serie que HBO filma en Montevideo y que, ahora sí, bien podría encontrarse en el ruedo independiente con Bolani.

    “Marx In Soho”, de Howard Zinn, con César Troncoso. Dirección y Traducción: Juan Tocci. Teatro El Galpón, sala Cero. Sábados, 21 h, domingos, 19. $ 250.