Si bien se define como un “ciudadano jubilado” que opina a título personal, el nombre de Ernesto Murro se relaciona de inmediato con la militancia de izquierda en asuntos de seguridad social. De hecho, cumple 30 años vinculado al tema: en 1992 fue el primer representante de los trabajadores en el Banco de Previsión Social (BPS), el instituto que presidió en los primeros dos gobiernos del Frente Amplio (FA), antes de ser ministro de Trabajo y Seguridad Social en el tercero. Luego, ya con el gobierno multicolor en el poder, representó a la hoy coalición opositora en la Comisión de Expertos en Seguridad Social (CESS), que diagnosticó el sistema previsional y recomendó propuestas de reforma no acompañadas por Murro y los otros dos delegados frenteamplistas.
A sus 71 años, en su casa de Piriápolis estudia “todos los días”, mientras combina sus actividades de retirado con trabajos para la Cepal, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y brinda conferencias para Chile. Enumerar estas tareas le da pie para justificar uno de sus más enfáticos rechazos a la propuesta de reforma previsional: el de aumentar la edad de retiro de 60 a 65 años “al barrer”. “Yo puedo estar haciendo estas cosas, pero no podría trabajar en un andamio, o manejar una máquina en el medio rural”, dice en una entrevista vía Zoom con Búsqueda.
El exministro propone, en cambio, pensar en “nuevas formas de financiamiento” de la seguridad social, que complemente el actual aporte de trabajadores y empresarios. Una alternativa a analizar es un impuesto a los sectores de Uruguay que hicieron “plata a paladas” durante la pandemia. Aunque duda de que haya una reforma, Murro dice que el FA va a “actuar responsablemente” en la discusión.
—Somos partidarios de las revisiones periódicas, que fue lo que hicimos en los 15 años de gobierno del FA. La realidad cambia mucho. La pandemia afectó la expectativa de vida, que bajó. Hay que analizar permanentemente estas cuestiones y también los nuevos arreglos familiares, la movilidad social.
—¿Las recomendaciones de la CESS contemplan esas nuevas realidades?
—No compartimos las propuestas. Apuntan a pensar en términos de sostenibilidad financiera y fiscal, aparecen propuestas como más años (para jubilarse) al barrer para todo el mundo, AFAP peores, mayores exigencias para menores derechos y no avanzan en la caja militar. Mientras discutíamos en la CESS pasaban cosas muy graves; en estos dos años se redujo un 5% el poder de compra de los salarios y jubilaciones. El ajuste le ahorró al gobierno unos US$ 200 millones. No creo que en la reforma que hagan, si es que la hacen, le ahorre US$ 200 millones en dos años. Sería una barbaridad.
—Que el aumento en la edad no deba ser “al barrer”, ¿implica que debe haber un aumento para algunos sectores?
—Hay una que salta a la vista, que es la caja militar, y se está analizando en la Caja Profesional esa posibilidad. Cuando hicimos la reforma dialogada en la Caja Notarial hubo un aumento de la edad. En la reforma de la caja policial también.
—¿Y para el régimen general?
—Estamos dispuestos a discutir el tema, pero no con la mecánica matemática. El 30% de las personas ni a los 70 años va a juntar 30 años de trabajo. Al mismo tiempo hay que ver cuánto se le va a pagar a la gente, porque se le agrega que habrá peores AFAP y van a crear la tasa de adquisición, que significa una rebaja de hasta el 30%. El año por hijo a las mujeres, aprobado en la reforma de 2008, tuvo un efecto notable; flexibilizamos el acceso a las jubilaciones por incapacidad porque muchos llegaban, pero este gobierno nos dijo que eso era despilfarro.
—Esa ley del 2008 acentuó el gasto previsional, según la CESS. A su vez, el exministro y senador Danilo Astori dijo que los cambios fueron a contrapelo de la transformación que necesita la seguridad social. ¿Cómo recibe esas críticas?
—La CESS reconoce el avance importante de Uruguay. En los 15 años mejoramos cosas que permitieron que hubiera 100.000 personas más jubiladas y que las jubilaciones mejoraran un 60% su poder de compra. Eso cuesta plata. Tenemos que pensar en nuevas formas de financiamiento. Astori plantea algo que nos duele como país: que durante la pandemia hay ciudadanos que tuvieron la oportunidad de depositar fuera del país la friolera de US$ 10.000 millones mientras había gente que se estaba muriendo de hambre. La propuesta de Astori (de gravar estos depósitos), que la planteó como temporal y transitoria, es una de las cosas que habría que pensar como nuevas formas de financiamiento. En Noruega, hay un impuesto a las ganancias excesivas de las empresas petroleras que se transformó en el fondo de jubilaciones más grande de Europa. Dinamarca financia el sistema con impuestos y tiene un segundo pilar por convenio colectivo. Sin duda que la sostenibilidad fiscal y financiera es importante, pero hay que pensarlo con mucha más globalidad. En Uruguay hay sectores que están haciendo la plata a paladas. Cuando este gobierno puso un impuesto a los empleados públicos y jubilados no se tocó las grandes ganancias que están teniendo algunos sectores en el país, pero tampoco los altos salarios privados de $ 4 millones, $ 6 millones u $ 8 millones por mes. Son concepciones que hay en el gobierno.
—¿Propone un nuevo impuesto a esos sectores que hicieron “plata a paladas” para financiar la seguridad social?
—Hay que pensar alternativas. La seguridad social buena es cara.
—¿Son aplicables a Uruguay las medidas que menciona?
—En otros países estas cosas se hacen. En Uruguay, empezamos la reforma tributaria y hay que seguir haciendo reformas tributarias para financiar de distinta manera esto. Va a haber que pensar otros caminos, como eso que plantea Astori del impuesto del 2% a los depósitos fuera del país.
—Rodolfo Saldain, quien presidió el CESS, planteó que hacer la reforma ahora permitiría “mejores beneficios”, algo que no sucedería si se posterga. ¿Coincide con eso?
—El planteo no coincide con lo que pasó. ¿Por qué los miembros de la coalición, en el gobierno hoy, cuando estaba el FA no votaron la reforma de la caja militar? (Algunos) de los principales cuestionadores de la reforma de la caja, que pudimos hacer en 2018 y no fue la necesaria, fueron el actual ministro de Defensa y el presidente. ¿Por qué cuando quisimos hacer reformas en la Caja Profesional no las aprobaron? Porque ahí al problema no lo tienen con nosotros. Las reformas que quisimos hacer en el período que fui ministro fueron apaleadas. ¿Por qué no apoyaron las otras reformas que fuimos haciendo durante los 15 años de gobierno? Y ahora no se sabe si va a haber reforma.
—¿Hay una “falta de responsabilidad” del FA si no lleva a cabo esta reforma? Fue lo que planteó Saldain.
—No voy a entrar en contrapuntos personales ni en calificar lo que se dice, aunque a mí me han dicho muchas cosas algunos miembros de la coalición. Hicimos un gran progreso social durante los 15 años del FA. La asistencia financiera en relación con la masa salarial, que es la base de donde recauda el BPS, bajó del 10% al 2% (del Producto Bruto Interno) y duplicamos la recaudación en términos reales. La sostenibilidad financiera nos preocupó.
—Más allá de medidas pasadas, dirigentes del gobierno dicen que si no hay consenso con la oposición, no hay reforma. ¿Hay una responsabilidad del FA para que se apruebe?
—Siempre tratamos de actuar responsablemente, y así lo va a hacer el FA. Cuando me tocó ser presidente del BPS, hubo gente de las AFAP que dijo: “¿Van a poner a Murro de presidente?, ¿qué va a pasar?”. En 10 años de presidencia no tuvimos una queja de cómo hacíamos la administración de fondos del BPS y las transferencias a las AFAP.
—En una conferencia en AEBU fue crítico con las administradoras de fondos previsionales y mencionó los casos de Chile y Perú, países que permitieron retiros anticipados…
—Yo no critiqué a las AFAP, que están en contra de los retiros. Lo que digo es que es dramático lo que está pasando en Chile, Perú y México. En Uruguay nadie planteó esa medida, ni el gobierno, ni el FA, ni los trabajadores ni los empresarios. Si yo viviera en esos países, no hubiera estado de acuerdo en aprobar retiros de fondos. Hubiera estado de acuerdo en que los gobiernos dieran más ayuda a la gente durante la pandemia.
—¿Le sorprendieron los números del último balance de la Caja Bancaria?
—Cuando hicimos la reforma de Caja Bancaria, tenía urgencia para dentro de seis meses y se logró hacerla de forma acordada. Esa es nuestra forma de trabajar, con mucho diálogo con los sectores involucrados para que las reformas se mantengan en el tiempo y para que no pase esto que pasa hoy, que hace un año plantearon cosas como urgentes y ahora dejan de serlo.
- Recuadros de la entrevista
“Muchas reuniones, poca negociación” en las rondas salariales
Caja de Profesionales: el “problema” es de los partidos en el gobierno