En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En Kiruna los inviernos son largos y oscuros, y los veranos demasiado luminosos, con un sol de medianoche que atraviesa las persianas y condena al insomnio. El paisaje, rodeado de montañas, es hermoso en todas las estaciones, pero el clima afecta el comportamiento de sus habitantes, huraños, desconfiados y tan silenciosos como el bosque en invierno.
¡Registrate gratis o inicia sesión!
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
Esta pequeña ciudad al norte de Suecia es el escenario de las historias de Asa Larsson, una de las escritoras de novelas policiales más exitosas de Europa. Ella conoce de sobra la comunidad de Kiruna porque allí nació y ejerció como abogada fiscal. De su propia experiencia creó las anécdotas y también el personaje de Rebecka Martinsson, su alter ego.
Rebecka aparece ya en su primer libro, “Aurora boreal” (2003), ganador del Premio a la Mejor Novela Negra Sueca. Con él, la autora inició una saga que continuó con “Sangre derramada” (2004) y “La senda oscura” (2006), títulos que llegaron a ser best sellers elogiados por la crítica y reconocidos con varios premios literarios. Cuando pase tu ira es el título de la última novela y, como las anteriores, combina una buena narración con equilibradas dosis de misterio, acción y asesinatos.
Los personajes femeninos son los mejores de Larsson. En su nueva historia, regresan la fiscal Rebecka y la inspectora de policía Anna-Maria Mella. Las dos mujeres han pasado por situaciones difíciles. La fiscal mató a dos hombres en defensa propia, lo que le produjo una gran depresión. Por su parte, Anna-Maria tuvo una infeliz intervención en un caso y fue sancionada, igual que su compañero de tareas, quien no quiere trabajar más con ella. Si bien Larsson retrata a mujeres fuertes, su mayor logro está en no haberlas transformado en heroínas exitosas.
Ellas conviven con sus frustraciones domésticas, amorosas y profesionales. Muchas veces se equivocan, caen y vuelven a empezar. “Volvía a ser la perra alfa del grupo, con ansias de caza en toda su presencia”, piensa Rebecka cuando se encuentra con Anna-Maria convertida en jefa de la investigación.
En Cuando pase tu ira se agrega una nueva figura femenina que tiene una doble peculiaridad: a pesar de estar muerta, es una de las narradoras de la historia. Wilma y su novio Simon tenían 17 y 19 años cuando fueron asesinados en un lago al norte de Suecia. La pareja se había sumergido en el agua helada para buscar los restos de un avión alemán desaparecido en 1943. Ellos no lo sabían, pero ese avión era una de las pruebas de la relación que habían mantenido algunos suecos con el Ejército nazi.
La novela comienza con la horrible muerte de Wilma cuando alguien tapa el hoyo en el hielo por donde la pareja se había sumergido. La narración sigue minuto a minuto los esfuerzos de la joven por sobrevivir, su desesperación por romper el hielo, por ayudar a su novio que había quedado atrapado en el avión, por la falta de aire. “Estoy a punto de reventar por dentro. Agito los brazos. Golpeo el hielo en vano. Lo último que hago en vida es quitarme el regulador y la máscara. Después muero. (...) Tengo los ojos abiertos en el agua, ahora puedo ver a la persona de allí arriba. Una cara que se pega al hielo y se me queda mirando. Pero no entiendo lo que veo. Mi conciencia de las cosas retrocede como el agua de la marea”.
Meses después, aparece el cuerpo de Wilma deshecho por el agua y por los peces. Pero ella es más que un cadáver: se convirtió en un alma que quiere saber la verdad y que sobrevuela por el pueblo sin paz, a veces con la forma de un cuervo y otras como una presencia que solo perciben los más sensibles o los que tienen una gran culpa.
“En Kiruna no es extraño hablar con los familiares muertos”, comentó Larsson al explicar en una entrevista el significado del personaje de Wilma. Muchas familias de la comunidad integran el laestadianismo, un movimiento religioso muy estricto dentro de la Iglesia nórdica que cree en esa especial comunicación con los que ya no están.
En la historia se cruzan personajes violentos que se criaron con normas de vida implacables. Algunos se transformaron en asesinos después de sufrir golpes y humillaciones, y su único soporte para sobrevivir es la rabia. Y el paisaje inhóspito, que Larsson describe como si fuera otro personaje, no los ayuda. Tampoco los acontecimientos sórdidos que ocurrieron en el pasado, cuando una familia lugareña, convertida en el terror del pueblo, colaboró con el Ejército nazi con suministros para la guerra y con delaciones.
La propia Larsson aclara al final de la novela que esos hechos ocurrieron efectivamente en su país: “Gran parte de la historia es verídica. Por ejemplo, el Ejército alemán tenía un gran almacén en Lulea. Por las vías de tren suecas se transportaban otras cosas además de soldados cuando iban o venían de permiso”.
Con un ritmo narrativo vigoroso, Asa Larsson, igual que sus compatriotas Henning Mankell y el fallecido Stieg Larsson, describe el otro costado de la sociedad del bienestar nórdico y se adentra en su faceta desagradable y violenta.
En definitiva, en todos los rincones del mundo se esconden muertos en el ropero. Solo que en Kiruna los tapa el hielo.
“Cuando pase tu ira”, de Asa Larsson. Seix Barral, 2012, $ 580, 363 páginas.