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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEl diputado nacionalista Pedro Jisdonian disfrutaba sus primeros días de paternidad el viernes 17 de diciembre, pero una llamada del secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, le alertó que la semana siguiente estaría movida. El mensaje que le pasó era que debían aprobar el proyecto del Poder Ejecutivo sobre personería jurídica de las organizaciones sindicales y gremiales, porque así lo habían acordado el presidente Luis Lacalle Pou y el líder de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos, en una reunión donde el mandatario le mostró el veto que minutos después haría público sobre la ley forestal aprobada en el Parlamento.

El mandatario y el líder de Cabildo Abierto también acordaron la salida de Sandra Etcheverry del Directorio del Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (Inisa). La exlegisladora blanca ocupaba la vicepresidencia del organismo y tenía una muy mala relación con la presidenta, la cabildante Rosanna de Olivera.
Ambas movidas, sin embargo, no lograron apagar el incendio que estalló en la coalición en las últimas semanas. Tanto la aprobación del proyecto vinculado a las organizaciones sindicales, como la situación del Inisa ambientaron un cruce entre blancos y colorados de un lado y cabildantes del otro.
Alvaro Perrone y Alvaro Viviano. Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS
El lunes, durante el llamado a sala al ministro de Desarrollo Social, Martín Lema, convocado para hablar del Inisa, el jerarca habló menos de cinco minutos, en los que dijo que la instancia era “oportuna” para que el directorio pudiera “rendir cuentas” y para que las bancadas evacuaran sus dudas.
Los disparos venían del Frente Amplio y no iban para él, sino para De Olivera, a quien le pidieron la renuncia. La defensa de la jerarca recayó de manera casi exclusiva en diputados cabildantes: el principal abanderado fue Álvaro Perrone, secundado por Eduardo Lust. La única intervención de un diputado oficialista no cabildante fue del nacionalista Alfonso Lereté, quien dijo que para el Partido Nacional el tema estaba “laudado” y que es “normal” que hubiera diferencias en el directorio. Estaba previsto que su colega Álvaro Viviano, exdirector del Inisa, hiciera un cierre del debate exponiendo la visión del Partido Nacional sobre los hechos, pero la sesión debió suspenderse porque en ese momento estaban ocurriendo incidentes violentos en dos centros de adolescentes. Durante todo el debate ningún colorado tomó la palabra.
La intervención de Lust terminaría trayendo consecuencias imprevistas, incluso dentro de Cabildo. El legislador cuestionó las cuentas del organismo e invitó a Lema a “cerrar el Inisa”, argumentando entre otras cosas que “si todos hablan mal del Inisa, es difícil que todo el mundo se equivoque, y es raro que todos coincidan en que es lo peor del sistema uruguayo”. En su lugar, propuso crear un proyecto de participación público-privada. Su idea encontró un aliado en Perrone, quien en una conferencia de prensa posterior a la sesión salió a respaldar el reclamo de Lust, y luego lo hizo en las redes sociales, pidiendo “llamar a una iniciativa privada”.
El diputado suplente del Partido Colorado Sebastián Sanguinetti, que estaba presente en la sesión, escribió en Twitter que si Cabildo Abierto sostenía que la solución era cerrar el Inisa, entendía “oportuno y conveniente que su presidenta renuncie y deje el lugar a otros que realmente quieran hacerse cargo”.
El martes, en una entrevista con el programa de Canal 12 Desayunos Informales, Viviano tomó el mismo camino: si Cabildo Abierto tenía la misma postura que Lust y Perrone, “el sector indudablemente no está en condiciones de dirigir el organismo, y menos presidirlo”. El diputado dijo que la posición de los legisladores es “absolutamente desconcertante” y no “condice” con dichos anteriores de Manini Ríos ni con las explicaciones de De Olivera.
En filas blancas y coloradas la postura de Lust y Perrone fue calificada de “disparatada”. Y en el resto de Cabildo Abierto tampoco cayó bien. Según pudo saber Búsqueda, Manini Ríos se molestó con los impulsores de la propuesta, especialmente porque no había sido conversada previamente a nivel interno. Su discusión, no obstante, está previsto que se haga en futuras reuniones de bancada del partido. Por lo pronto, el miércoles 22 en una entrevista con Desayunos Informales, el senador y presidente de Cabildo Abierto, Guillermo Domenech, tildó la iniciativa de “imaginativa”, dijo que no le “seduce” y que en principio tampoco la ve “viable”.
Ope Pasquet. Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS
Mientras el llamado a sala se realizaba, cerca de las 15:30 de la tarde, otro problema comenzó a inquietar a algunos de los socios de la coalición. En la sesión, el coordinador de la bancada nacionalista, Rodrigo Goñi, le pidió unos minutos a la diputada María Eugenia Roselló para informarle de una situación imprevista: la bancada de Cabildo Abierto estaba pidiendo votar al día siguiente, además del proyecto sobre personería jurídica de los sindicatos, otra iniciativa, impulsada por su diputado Sebastián Cal, sobre ciberdelitos, que se encuentra a estudio de la Comisión Especial de Ciencia y Tecnología de la Cámara, y que fue firmada por varios diputados de la coalición.
Un mensaje enviado a su bancada a través de WhatsApp por uno de los participantes de la coordinación, el colorado Ope Pasquet, a su bancada, ilustraba la situación: “Cabildo exige que se trate mañana el proyecto de ciberdelitos. Los demás les dijimos que mañana, no. Entonces dijeron que tienen que consultar a Manini, para que decida si, no votando nosotros ciberdelitos, votan ellos el proyecto de personería jurídica de los sindicatos. Estamos esperando la decisión del general”.
Si bien el proyecto tiene las firmas de varios socios de la coalición, tanto blancos y colorados consideraban que el proyecto está aún en “pleno tratamiento”, que debía tener modificaciones y no podía ser aprobado “a prepo” o a la “bartola”. En la bancada colorada, el informe de Pasquet generó indignación, al punto que uno de los diputados que estaba presente allí valoró que los cabildantes “no tienen códigos ni ética legislativa”.
En diálogo con Búsqueda, Cal dijo que no tenía conocimiento de que se hubiera supeditado el voto del proyecto de personería jurídica a la aprobación del proyecto de ciberdelitos. Sí dijo, no obstante, que propuso su votación, “de la misma forma que se avanzó rápido y se abrió la actividad legislativa con el proyecto de personería jurídica”. Para Cal, de hecho, este proyecto era “tan urgente” como el otro, porque el país está en una “zona roja” en el tema.
La bancada cabildante, finalmente, optó por apoyar el proyecto sobre actividad gremial enviado por el Poder Ejecutivo en agosto, aunque, tal como estaba previsto, presentó dos aditivos del propio Cal, los que no consiguieron el apoyo necesario de la coalición. Esos aditivos propuestos —uno de los cuales establece el voto secreto dentro de los sindicatos — fueron enviados a la Comisión de Constitución, Códigos, Legislación General y Administración, junto con otro proyecto sobre el mismo tema que había presentado anteriormente el legislador. Tanto uno de sus aditivos como su proyecto contenían un aspecto que no estaba contemplado en el proyecto de ley: el voto secreto dentro de los sindicatos.
Mientras Cal sostuvo que la discusión era una “buena oportunidad” para aprobar algo que es “necesario” en el funcionamiento de los sindicatos, el diputado colorado Conrado Rodríguez dijo que la introducción de los aditivos fue “inadecuada”, en la medida que implicaba “una discusión mucho más profunda que la que se podría haber dado el martes”, dado que en estos temas “hay una normativa internacional a tener en cuenta”. En una publicación de Twitter, Perrone lamentó la falta de apoyo del oficialismo: “Cabildo propuso voto secreto, lástima el resto no acompañó”.
Con la coalición definida en favor del proyecto del gobierno, la discusión pasó a desarrollarse en la interna del Frente Amplio. Los tres diputados que integraban la Comisión de Legislación del Trabajo se oponían de forma determinante a su aprobación e incluso dos de ellos, Gabriel Otero y Felipe Carballo, argumentaron en contra de la iniciativa antes de que la bancada tuviera una postura final sobre el proyecto. Un día antes, representantes del PIT-CNT le habían pedido a la bancada que aprobara el proyecto a excepción del último artículo, que imposibilita la retención de la cuota a aquellas organizaciones que no cuenten con personería jurídica. Sin mucho entusiasmo, la mayoría de los sectores de la oposición se encaminaban a obedecer el pedido de la central, pero con el correr y el tenor del debate, y tras consultar con el PIT-CNT, la bancada frenteamplista optó por oponerse.
Pedro Bordaberry. Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS
La aprobación de la ley forestal con votos de Cabildo Abierto y el Frente Amplio, luego vetada por Lacalle Pou, ha dejado cicatrices en el oficialismo que todavía no se cierran.
El excandidato a presidente colorado Pedro Bordaberry publicó el domingo 19 una columna en El País titulada “¿Kabildo?”, en la que comparó al partido liderado por Manini con el personaje de la novela El Extraño Caso del Dr. Jeckyll y Mr. Hide. “De a ratos”, Cabildo parece tener “dos personalidades”.
Sostuvo que es un “partido de fuerte representación militar”, lo que lo enfrentaría al Frente Amplio (FA), pero también es “un partido populista” que se “se unió con quien era su enemigo más acérrimo, el FA, contra sus socios en la coalición de gobierno”.
“Dirigismo económico, restricciones a la libertad de comercio, cambios que atentan contra la seguridad jurídica son los caminos populistas que postulan. Empiezan fijando cuotas, luego intentan establecer lo que los privados deben o pueden hacer. Como si la economía fuera un cuartel en el que se ordena que se produzca esto o aquello”, describió.
El lunes, la diputada riverense Nazmi Camargo le contestó a Bordaberry con una columna en su perfil de Facebook: “En el momento que nuestro país y su partido más lo necesitaron, sencillamente brilló por su ausencia, algo que después pudimos observar se ha vuelto casi una tradición en el Partido Colorado”.
La cabildante observó que mientras la supuesta asociación entre Cabildo y la coalición de izquierda por el proyecto de ley forestal se llevó toda la atención, no ocurrió lo mismo con la “alianza” del Frente Amplio y el Partido Nacional con la ley que “entrega los aeropuertos de nuestro país por 50 y claramente responde a intereses de un privado”. Tampoco se habló, escribió, de la “posible alianza” entre frenteamplistas y colorados para apoyar un proyecto de cuidados paliativos, con el “objetivo” de “votar el proyecto de eutanasia que, según sabemos, incluiría la eutanasia a niños, algo nefasto y que discutiremos en su momento”.
Camargo cuestionó a Bordaberry por poner en cuestión la “lealtad” de Cabildo Abierto con la coalición, y señaló que sus dos ministros, Irene Moreira y Daniel Salinas, no han tenido “una única observación por parte del presidente”. En cambio, añadió, los colorados Ernesto Talvi, Carlos María Uriarte y Germán Cardoso no tuvieron el mismo devenir y terminaron renunciando o removidos. “¿De verdad Bordaberry quiere hablar de lealtad a la coalición?”.