Esta realidad es consecuencia de un reglamento técnico del Mercosur, que entró en vigencia en 2006, que establece las directivas para el rotulado nutricional de los alimentos envasados en los países que forman parte del bloque, pero excluye a las bebidas alcohólicas. Por consiguiente, los alcoholes tampoco formaron parte del debate y quedaron por fuera del rotulado frontal, aprobado en 2018 en Uruguay, que estableció que se deben incluir octógonos negros cuando los alimentos tienen exceso de azúcares, grasas, grasas saturadas y sodio. Así, lo único que están obligados a señalar en las etiquetas es la graduación alcohólica que poseen.
“Es tiempo de generar una revisión y evaluación de la normativa vigente”, afirmó Guillermo Silva, presidente de la Asociación Uruguaya de Dietistas y Nutricionistas (Audyn), para quien se debe“acompasar” la reglamentación con los cambios que hubo en el mercado y la industria en las últimas dos décadas. El especialista explicó que existen bebidas que no son simplemente fermentaciones, sino que implican mezcla con azúcar, aromatizantes y componentes químicos.“El usuario tiene derecho a saber lo que está consumiendo”, agregó.
Consumo perjudicial
Las autoridades sanitarias reconocen que existe una baja percepción de los efectos nocivos de su consumo, sobre todo en adolescentes, algo que reflejan las cifras. Los uruguayos mayores de 15 años toman 11,1 litros de alcohol puro en promedio por año, según informó el Ministerio de Salud Pública en 2020, lo que equivale a 77 litros de cerveza, 41 litros de vino y 6 litros de licores destilados.
El alcohol es la droga más consumida entre los uruguayos y los expertos advierten sobre sus“graves” consecuencias para la salud. Uno de los principales problemas se suele generar a nivel hepático, porque las bebidas alcohólicas se metabolizan a través del hígado y pueden provocar“hígado graso” o cirrosis hepática. La nutricionista Raquel Sánchez, integrante de la Audyn, agregó la diabetes, porque la ingesta excesiva puede alterar los niveles de glucosa en sangre.
Además, el consumo en exceso de alcohol es identificado como uno de los principales factores generadores de las“enfermedades silenciosas”, como se denomina a las enfermedades crónicas no transmisibles, sobre todo el cáncer. Según la OMS, el 4% de los diagnósticos de cáncer en el mundo en 2020 se atribuyeron al consumo de bebidas alcohólicas.
Por esa razón, tanto Sánchez como Silva y el vocero de la Alianza Enfermedades No Transmisibles e integrante del Centro de Investigación para la epidemia del tabaquismo y Enfermedades No Transmisibles, el sociólogo Diego Rodríguez, señalan que más allá del etiquetado nutricional que incluya los ingredientes, las bebidas alcohólicas deberían tener advertencias sobre el impacto de su consumo en la salud.
Este punto es discutido en otros países del mundo. Este año Irlanda decidió incluir advertencias sanitarias que alerten que su ingesta de alcohol es nociva para la salud y provoca cáncer. Para ello, la Comisión Europea debió dar el visto bueno, lo que generó una rebelión entre los productores vinícolas italianos y reabrió el debate en el resto de los países europeos, que se había estancado en ámbitos agroalimentarios. Incluir las calorías e ingredientes en las bebidas alcohólicas era algo que se discutía en el Parlamento Europeo al menos desde 2015, cuando pidieron a Bruselas, como capital de la Unión Europea, que propusiera un cambio para las etiquetas.
Droga con publicidad
“Tu peor enemigo”. Eso dicen las más de 100 millones de cajillas de cigarrillos que se venden por año en Uruguay para los miles de fumadores que hay, en un país que ha sido reconocido en el mundo por su política antitabaco. Fumar puede causar hemiplejia, cáncer de garganta y de pulmón, pueden decir también.
A pesar de que el alcohol es una droga y las autoridades sanitarias alertan sobre los graves problemas de consumo para la salud, en Uruguay existen paseos turísticos que tienen como centro el vino, fiestas que en su nombre incluyen a una marca de bebidas alcohólicas y la publicidad está permitida, bajo ciertas condiciones.
En ese sentido, el vocero de la Alianza Enfermedades No Transmisibles consideró que, así como para el tabaco está restringida la publicidad, con el alcohol debería suceder lo mismo porque su consumo abusivo es una problemática grande en el país. Para Rodríguez, hay una“interferencia” de la industria, que se suma a“imágenes culturales establecidas”, que hacen que en“parte de la sociedad” esté“bien vista” su ingesta, pero es algo que“no se puede seguir transmitiendo”.
El sociólogo expresó que se traslada una imagen a los adolescentes, en el rango etario en que suele comenzar el consumo, que es negativa, por ejemplo al permitir que deportistas estén auspiciados por marcas de bebidas alcohólicas o decisiones como suspender la veda de su venta durante la final de la Copa Libertadores en 2021.
La nutricionista Sánchez consideró que“la publicidad condiciona la compra” y en relación al alcohol“hay mucha”, que“está fomentada al joven, asociada a los grupos de encuentro”.
Por eso, para los expertos consultados, además de restringir la publicidad se debería incluir el etiquetado con la alerta de los efectos del consumo de alcohol.
Industria que presiona
La normativa del Mercosur para los alimentos envasados, que es el origen de la inexistencia de información nutricional en las bebidas alcohólicas, plantea que se debe incluir en el empaquetado el valor energético (las kilocalorías), las proteínas, carbohidratos, grasas, fibra alimentaria, sodio, colesterol, vitaminas, minerales y la porción que se toma como referencia, además del valor recomendado para ingerir por día.
Estas exigencias quedaron excluidas para las bebidas alcohólicas, junto con las especias, aguas minerales naturales, vinagres, sal, café, yerba, productos fraccionados para la venta, alimentos preparados y envasados en restaurantes, frutas, vegetales y carnes que se presenten “en su estado natural”.
En el considerando del decreto se establece que el objetivo del reglamento es “facilitar” al consumidor el conocimiento de las propiedades nutricionales de los alimentos, para contribuir al “consumo adecuado” de los mismos.
Los representantes de la Asociación Uruguaya de Dietistas y Nutricionistas dicen desconocer los motivos que llevaron a excluir a las bebidas alcohólicas de la reglamentación y criticaron esta decisión. Sánchez planteó que“la industria” siempre está presente en distintos niveles y“sin dudas ejerce presión”.
Desde el Ministerio de Salud Pública dijeron a Búsqueda que la cartera no regula las bebidas alcohólicas y que se trata de una responsabilidad de las intendencias, salvo las destiladas cuyo responsable es Ancap y en los vinos el Instituto Nacional de Vitivinicultura.
Sánchez consideró que el estudio del impacto del consumo de alcohol y la incorporación de mayor información para los usuarios en las botellas son“un debe”. Agregó que tras la inquietud generada por la consulta, analizarán proponer que se incluya en el proyecto de ley presentado por la legisladora frenteamplista Cristina Lustemberg, en 2021, que busca promover hábitos saludables en la alimentación y hubo un acuerdo político en la Comisión de Salud de Diputados para que sea tratado como prioridad cuando comience el período parlamentario.
Entre otros asuntos, la iniciativa propone que sea ley el rotulado de alimentos que advierten sobre excesos y prohibir la publicidad de los productos que contengan edulcorantes, cafeína, exceso de azúcares, grasas o sodio, entre las 6 y las 22 horas.
Ciencia, Salud y Ambiente
2023-02-08T20:51:00
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