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La diferencia podía estar entre ir en ómnibus o ir en auto. El moroso viaje en bus hacía inevitable y necesario fijar la vista en los arabescos del cartel y las líneas curvas que se elevaban hacia el cielo del peculiar edificio sobre Avenida Italia y Mataojo, una ex casa de alfombras abandonada. El edificio Assimakos fue demolido entre el viernes 24 y el sábado 25, y fue derribada esa fachada tan peculiar —agradable para unos, mamarrachesca para otros—, que en tiempos de esplendor aparecía iluminada desde adentro mostrando el calado del dibujo. En ese predio funcionará un local de Tiendas Montevideo que tenía el permiso de la Intendencia de Montevideo (IM) para construir pero no para demoler.
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A comienzos de semana el blog de diseño “Mirá mamá” expresó su pesar ante este hecho, que despertó la adhesión de otras personas en internet. “Dolor. Impotencia. Tristeza. Montevideo es una ciudad que no entiende nada. Corrijo, Montevideo es hermosa y algunos montevideanos no entienden nada”, escribió Caro Curbelo, autora del blog.
“El viernes de noche pasé por ahí, la demolición estaba por la mitad y daba la imagen de un cuerpo mutilado. Era terrible porque además te dabas cuenta de que no quedaba nada más que terminar de demolerlo”, dijo a Búsqueda Marcelo Danza, catedrático de Proyectos de Arquitectura de la Universidad de la República. Según Danza, la obra del arquitecto ahora “empieza a ser releída y reinterpretada, pero durante muchos años no tuvo la atención que merecería. Caprario hizo mucha obra, buena y singular, porque además se preocupaba de que tuviera un aporte al arte urbano”. Puntualizó que ”nadie se animaría a demoler una obra de Vilamajó sin hacer todos los permisos porque sabría que se mete en un lío. Pero Caprario no tiene esa impronta”. Para él, ahora resta sacar “enseñanzas a futuro” en relación a otras obras y arquitectos que no son tan reconocidos.
La inauguración de la fábrica de alfombras La Indígena, de Manuel Assimakos, se anunció en la prensa en 1950, como obra de Jorge Caprario (1896-1997). Entre su obra más destacada se encuentra el edificio de ocho pisos con el dibujo enorme y de gran movimiento de un caballo y un indio entre las llamas, en 21 de Setiembre y Leyenda Patria, declarado de interés departamental en 2012. Al lado, levantó el edificio Las Mariposas, inspirado en Juan Zorrilla de San Martín.
Lista.
El Instituto de Historia de la Facultad de Arquitectura en 2004 elaboró un listado de edificaciones no protegidas por la legislación patrimonial a tener en cuenta. Al elaborarla, los arquitectos tuvieron en cuenta el patrimonio del siglo XX, más desprotegido que el del XIX. Pero Assimakos no figura en esa lista.
“Pensamos en arquitecturas de significación y que pudieran correr ciertos riesgos por donde se encontraban, porque hay zonas más solicitadas por la inversión inmobiliaria por el ambiente donde están”, dijo Andrés Mazzini, profesor agregado del Instituto de Historia. “Hoy me doy cuenta que es una macana (no haber incluido Assimakos), pero no sé si hubiera cambiado mucho lo que pasó”.
“Era un edificio singular con mucho carácter: muy pocas obras de arquitectura tienen ese diseño. Y tenía cierta característica de hito porque cuando circulabas por Avenida Italia era una figura familiar y llamativa. Pero evidentemente no cumplía las expectativas de quien necesitaba usar ese predio. Nos toca un poco a todos la responsabilidad, porque uno a veces es más ingenuo de lo que debiera”.
Para Mazzini, lo más significativo del edificio era su carácter expresivo. “Traslucía en su fachada algo que tenía que ver con su función, que era de fábrica de alfombras, con una decoración particular de letras integradas a la fachada. Además tenía un recurso que aplicó mucho Caprario que era una doble fachada, y el propio edificio se transformaba en cartel al prenderse unas luces entre una pared y otra, apareciendo el calado iluminado de noche”. Mazzini describió la obra como “ecléctica”, una “mezcla” de moderno, con expresionista, con algo de art déco.
Asesinos.
La profesora de Historia y escritora Marcia Collazo, autora de “Amores cimarrones”, está “indignadísima” con la demolición y así lo hizo saber en su página de Facebook: “Asesinos seriales de la memoria”, tituló junto a la foto de la demolición. “Todo empezó cuando el gobierno de Rivera comenzó a demoler la Muralla de Montevideo, y de ahí en más seguimos con la falta de respeto hacia nosotros mismos. El otro día pasé por la que fue casa de Lautréamont, y hoy es un gigantesco edificio modernoso. Mientras no haya políticas responsables, cuidadosas de nuestro patrimonio histórico, esto seguirá pasando”, escribió.
Collazo dijo a Búsqueda que “esto les pasa a los países jóvenes que fueron colonia. América Latina es muy joven y en general las antigüedades que en otros países se consideraron patrimonio, nos recuerdan el dominio del invasor y de ahí en adelante el país se fue formando a impulsos y a nadie le interesaba mirar para atrás. Así fue surgiendo esa mentalidad bastante arraigada. Esta es una prueba más de que nos falta hacer la sedimentación de nuestra personalidad”.
Increíble.
El arquitecto Mariano Arana, encendido defensor del valor patrimonial arquitectónico, dijo a Búsqueda que conoció a Caprario con 90 años, cuando lo entrevistó como arquitecto modernizador. “Fue un tipo muy singular, no siempre valorado lo suficiente en la Facultad, hasta bien entradas las últimas décadas del siglo XX”. Arana se “conmovió” ante la reacción de la gente. “Me gustó que tuvieran la plena sensación de que eran copropietarios de la ciudad, algo que quisimos introducir en la conciencia colectiva en plena dictadura, cuando salimos a defender la ciudad”. Valoró que dentro de la arquitectura “anodina” de Avenida Italia, Assimakos se destacaba por su ornamentación. “De pronto no son las obras que más me apasionan, pero hay que respetar la diversidad de criterios y el gusto de la gente”.
“La demolición de Assimakos me parece increíble, porque no estaba autorizada. No lo puedo entender y mucho menos compartir. Espero que la Intendencia actúe con el mayor rigor, porque hay una clara responsabilidad del demoledor y no sé de qué otros actores”.
Búsqueda intentó comunicarse sin éxito con la dirección de Tiendas Montevideo y con el Departamento de Acondicionamiento Urbano de la IM.