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Carlos María Uriarte, exministro de Ganadería: en el sector Ciudadanos existe “un gran desconcierto” no solo por el alejamiento de quien fue su líder, Ernesto Talvi, sino también por “lo que está pasando en la interna desde que él no está, con la aplicación de otros valores que no son los que Ernesto propagaba”.
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—En un momento de esta entrevista dijo que le hubiera gustado tener más tiempo en el cargo de ministro. Su salida fue algo confusa y derivó, según dijo en su momento Adrián Peña como referente de Ciudadanos, de una negociación política con el presidente de la República porque ese cambio era necesario para una “nueva etapa”. ¿Cuál fue la razón?, ¿cómo sintió usted ese proceso?
—Ni yo lo entiendo. Nunca se me llamó para preguntarme o presentarme queja respecto a algo que yo hubiere hecho, algo de lo que el Partido Colorado o el sector Ciudadanos estuviesen en desacuerdo. Nunca. Ni siquiera Peña. Por eso me sorprendió. Yo pensaba que contaba con el apoyo del Partido Colorado.
Creo que se debió a decisiones políticas. Yo nunca milité en política; y creo en otro tipo de política, que fue con la idea con que Ernesto Talvi nos congregó. Creo en una política basada en que el interés del país esté por arriba de todo, en la que los cargos los desempeñen los que están más capacitados para hacerlo. Realmente, la ida de Talvi nos dejó muy expuestos a otra visión de la política, diferente a la que él mismo proponía, una visión donde los compromisos políticos cada día pesan más. Como dije, acaté y agradezco el haber podido ser ministro, pero no comparto este tipo de conductas. Entiendo que en Ciudadanos este comportamiento ha provocado un gran desconcierto; me refiero no solo a lo que pasó con Talvi, sino también a lo que está pasando en la interna desde que él no está, con la aplicación de otros valores que no son los que Ernesto propagaba. Eso nos preocupa mucho. Me quedo tranquilo de que no se me recriminó nada por la función, por la responsabilidad, por lo hecho, ¡todo lo contrario! Y yo en decisiones políticas del Partido Colorado no puedo incidir; esto fue una resolución por la parte política de Ciudadanos, obviamente con el beneplácito del secretario del Partido Colorado.
—En esa misma línea, usted, hace pocos días, cuestionó la renuncia de la vicecanciller Carolina Ache por el caso de los pasaportes del narco Marset y escribió hace pocos días en Twitter: “Ya no es lo que nos juntó”, señaló, refiriéndose a Ciudadanos. ¿Se desfiguró el sector?
—Cuando se fue Talvi todavía quedaba muchísimo por hacer para organizar al sector. Ciudadanos se caracterizaba por tener una parte técnica muy fuerte y una parte política, y el amalgamiento entre ambas partes no se llegó a completar. Si bien hay muchos técnicos que hoy están desempeñando responsabilidades en el gobierno —y lo están haciendo muy bien—, en el funcionamiento del sector este paso no se ha dado. Una gran parte del sector, que son sus técnicos, ha quedado relegada, y hoy prácticamente no es considerada en la toma de decisiones.
Yo, luego de que dejé el cargo, intenté acercar a los técnicos a la parte política en un par de reuniones, y me di contra la pared. Fue una gran desilusión. Me preocupa el futuro como sector, porque el rol de los técnicos era una de sus fortalezas, así como la consideración de otra forma de hacer política. Y ambas cosas las veo muy desfiguradas en la actualidad. Los valores por los cuales nos juntamos cuando estaba Ernesto hoy tienen otro peso.
—¿Cómo puede incidir eso de cara a la elección del 2024?
—En esos técnicos es donde está la esperanza de poder refortalecer al sector. Porque Ciudadanos es el sector más importante del Partido Colorado, y sin Ciudadanos veo muy difícil que la coalición pueda ganar las próximas elecciones. Es imperativo para todos que el sector se fortalezca; esperemos que haya grandeza suficiente como para volver a aquella idea del “pequeño país modelo” que Ernesto proponía. Pero lo veo muy difícil, menos con las cosas que han pasado últimamente; como lo de Carolina Ache. Son cosas que no suman para fortalecer y motivar al sector. El pueblo es testigo de todo esto y termina expresándose a través de las urnas.
—¿Hay dirigentes que están priorizando su propio perfilamiento político por sobre esos valores sectoriales?
—Hoy, en Ciudadanos, el balance político, partidario y personal pesa mucho en la toma de decisiones. Sin generalizar, porque gracias a Dios hay excepciones, hoy en Ciudadanos en vez de tener al país por arriba de todo se saca la cuenta del costo político de cada acción. Y eso la gente lo ve, se generan fisuras, flancos débiles.
—En una reciente entrevista con Búsqueda, el senador colorado Raúl Batlle dijo que Talvi fue una “gran mentira” y que se cometió un “error” al darle espacio a un outsider de la política. ¿Qué le contesta?
—No lo leí, pero discrepo con esa afirmación.
—¿Hay lugar para los outsiders?
—Sí. Y si no lo hubiera, debería haber. Porque la política no puede ser un gueto solo para aquellos que comulgan determinados valores; tiene que haber gente que piense distinto. Eso fortalece la política. Lo de outsiders es un término despectivo y sobre todo se refiere a gente que no tiene compromiso político con nadie, y eso es lo que más duele, porque pueden decir cosas que otros no, ya que tienen que cuidar el cargo que están desempeñando.
—Algunos dirigentes ya están tirando posibles candidatos colorados para el 2024 y se menciona por ejemplo a Robert Silva, a Gabriel Gurméndez, a Tabaré Viera y a Adrián Peña. ¿Cuáles son los suyos?
—Me identifico más con determinadas personas, de mis palabras surge claramente. Hay muy buenos valores en el Partido Colorado, algunos están trabajando en el gobierno y otros están afuera, pero que podrían aportar mucho si volvieran a asumir responsabilidades. Ojalá lo hagan, porque el país precisa al Partido Colorado, sin él va a ser difícil ganarle a la oposición.
—¿Habló con Talvi sobre la posibilidad de que reconsidere su alejamiento de la política?
—Lo estimo mucho a Ernesto. Por más que no me siento capaz de opinar sobre lo que hizo o lo que no hizo, a mí, en lo personal, me desconcertó. Sí lo he hablado con él, y lo que me transmitió fue que lamentaba no poder continuar con el proyecto que desarrollamos juntos. He intentado saber las razones que lo llevaron a tomar esa decisión y si había alguna chance para que, aunque no fuera candidato, sí poder tenerlo trabajando juntos como antes, pero lamentablemente hasta hoy siempre me contestó lo mismo: “Ya llegará el momento en que podamos hablar”. Él está en Madrid, y gracias a Dios está bien. Ojalá algún día podamos hablar sobre cuáles fueron sus razones… Yo tengo mis teorías.
—¿Tiene esperanza de convencerlo?
—La esperanza nunca se pierde. Pero aclaro que él nunca alimentó ninguna. Me parece una persona de mucho valor que el país precisa. Llámenlo outsider o como quieran, pero el país precisa gente que piense distinto, que tenga al país por arriba de todo y que no se deje presionar por los intereses mezquinos que tiene la política.