—En agosto se lanzó la Corporación Juntos 2030 para presentar oficialmente la candidatura de Uruguay, Argentina, Chile y Paraguay para organizar el Mundial. ¿De qué se trata?
—Es una exigencia de la FIFA para elegir la sede del Mundial. Una asociación civil sin fines de lucro a la cual presido, pero que tiene ocho partes: cuatro componentes de los gobiernos y otros cuatro de las federaciones de fútbol. Además, se incorporó Michael Boys, que es el nuevo secretario ejecutivo de la corporación. Es un consultor chileno que es hombre FIFA: es veedor de los mundiales, ha ido a inspeccionar estadios para ser sede de mundiales y renuncia a la FIFA para trabajar en la Corporación Juntos.
—La candidatura al Mundial 2030 pareció perder fuerza cuando Tabaré Vázquez y Mauricio Macri finalizaron sus presidencias. ¿Cuál es el apoyo político actual?
—El presidente está muy interesado en que la candidatura siga adelante y salga la posibilidad del Mundial. Hoy este gobierno está llevando adelante obras en aeropuertos. Van a ser seis aeropuertos internacionales. Ya se están arreglando las carreteras de casi un 80% de todas las rutas del Uruguay. En la Ruta 9 ya se ve la doble vía que va a llegar hasta Brasil, algo fundamental si se quiere organizar un Mundial. Hay una infraestructura que tenés que hacer y eso son los objetivos buenos que tiene un Mundial. Por ejemplo, el Hospital de Clínicas. ¿Cuánto hace que estamos hablando de ese hospital? Te puedo asegurar que si hacemos el Mundial 2030, hay que meterle mano al Clínicas porque necesitás un hospital a pocos kilómetros del Centenario para tener un centro de última generación.
—Si se analiza la candidatura sudamericana, da la sensación de que a nivel infraestructura es difícil competir. ¿Dónde están las ventajas de la candidatura?
—Tenemos que saber vendernos y mostrar cómo era ese Uruguay de 1930, por qué se presentó a organizar el primer Mundial y por qué ahora queremos festejar los 100 años. El primer país que tenía votada las ocho horas de trabajo, teníamos la educación obligatoria, la mujer votaba… Mostrar eso y aprovechar la rica historia del fútbol uruguayo, de sus equipos, de sus selecciones y de la cantidad de grandes jugadores. Hoy nos acostumbramos a ver clásicos en el fútbol español con jugadores uruguayos en los equipos. ¿Eso no pesa a la hora de tomar una decisión? Que en la FIFA digan: “Vamos a elegir este país para ver qué es lo que hay y qué comen estos tipos para tener estos jugadores”.
—¿Le parece suficiente?
—Lo primero que está bien claro, y es muy importante, es que la FIFA tiene que venir a festejar los 100 años del primer Mundial acá en la región. La FIFA sabe que por lo menos tiene que dejar que Argentina y Uruguay se presenten, que hagan el esfuerzo de presentarse porque es un debe que hay. En 1930, cuando Uruguay se presenta, en ese momento éramos dos veces campeones del mundo, pero en un torneo organizado por los Juegos Olímpicos. Hoy por hoy existe la FIFA, la UEFA y la Conmebol, y los mundiales existen porque Uruguay organizó el primero. Hoy es muy fácil hablar de mundiales, pero antes los campeonatos de fútbol los organizaba los Juegos Olímpicos porque el futbol no se daba cuenta de que tenía la capacidad de organizar un Mundial.
—¿Pero cree que es un argumento que juntará votos en la FIFA?
—Es muy importante, aunque es cierto que para poder organizar un Mundial también necesitamos cumplir con los requisitos que pide FIFA. Tenemos que cumplir ciertas exigencias, desde tener estadios para jugar la apertura y la final con capacidad para 80.000 personas, las semifinales con 60.000 y los restantes partidos con 40.000. También hay que cumplir con los aeropuertos, con las carreteras, con los alojamientos… con todas las exigencias de FIFA. Vamos a tener que cumplir las exigencias de FIFA; porque si bien la elección depende de los votos de más de 200 países, la decisión final pasa por el Consejo de la FIFA, que te puede bajar si no se cumplen los requisitos.
—Ante esas exigencias, ¿qué prevén realizar en el estadio Centenario?
—Acá lo fundamental es llegar de vuelta a un aforo de 80.000 personas. Además, se tiene que bajar 3,5 metros el campo de juego para habilitar los taludes y todas las plateas, que es donde salen más caras las entradas y nosotros hoy se las regalamos a las escuelas. Está todo bien, pero eso no sirve. Aparte, se va a levantar una calle porque tienen que entrar los ómnibus de las selecciones adentro del estadio y hoy no pueden hacerlo. Además, debemos techar parte del recinto, siempre respetando el monumento histórico que es la Torre de los Homenajes. Eso está planeado, pero hay que hacer una licitación para después cumplir con la obra.
—¿Hay un monto definido para esta inversión?
—No, ese número no lo tenemos. Hay que hacer el llamado a licitación, pero no podemos hacerlo hasta que no tengamos el pliego de condiciones de FIFA con lo que van a pedir para el Mundial 2030.
—¿Temen realizar una inversión millonaria por un estadio que luego quede en desuso?
—No podemos dejar cosas que después no se vuelvan a utilizar. Y acá hemos tenido experiencia con eso, la más reciente con la Copa América 1995 cuando se reformaron o se hicieron los estadios de Rivera, Paysandú y Maldonado. Yo soy de la idea de que el estadio Centenario tiene que tener una unidad de negocio porque la realidad acá es que Nacional y Peñarol juegan en sus estadios y los cuadros menores tratan de no ir al Centenario por los costos que tiene. Por lo tanto, se necesita que el Centenario se utilice para otra cosa que no sea el fútbol y por eso hay que modernizarlo.
—Dijo que no tienen aún un número concreto, pero hoy las reformas en los grandes estadios del mundo son de al menos US$ 100 millones.
—A ver, yo fui al Mundial de Catar y puedo asegurar que poner aire acondicionado en cada butaca de los estadios nosotros no lo vamos a poder hacer. ¡Eso es seguro! Que me digan que otro estadio salió 800 o 1.000 millones de dólares… esa inversión no te la exige la FIFA y no la vamos a hacer. El lujo que había en el palco VIP del jeque de Catar acá no se va a hacer.
—Seguramente entonces los estadios de las otras candidaturas tendrán más comodidades.
—En infraestructura no vamos a poder igualarlos, eso está claro, pero si Uruguay y Argentina no organizan el Mundial en el 2030 va a ser muy difícil que lo organicen después. Porque también puede ser que mientras la FIFA siga subiendo la vara con las exigencias, cada vez menos países van a poder organizar mundiales de fútbol. ¿No será el momento de cambiar la imagen de la FIFA y organizar un Mundial en esta zona? Todos los mundiales le dejan muchísimas utilidades a la FIFA. Tal vez aquí no va a tener las utilidades que sí tendría si se hiciera en Europa, pero en esta organización tenemos al primer campeón del mundo y al último campeón del mundo.
—El presidente argentino Alberto Fernández propuso sumar a Bolivia a la candidatura. ¿Será así?
—En una reunión que tuvimos en Argentina, un periodista se lo preguntó a Matías Lammens, el ministro de Turismo y Deportes argentino, que contestó bien claro. La Corporación Juntos 2030 le pidió a la FIFA ser cuatro países, ya está cerrado y firmado. Para 2026 Estados Unidos, Canadá y México será la primera vez de un Mundial con tres países sede y FIFA autorizó subir a uno más para nuestra candidatura. Cinco países no va a tener viabilidad. Uruguay va a tener dos estadios, Argentina va a tener siete u ocho, Chile va a andar entre cuatro o cinco y Paraguay va a tener dos más. Además, pretendemos jugar el Mundial en noviembre y diciembre, como en Catar, para extender la temporada turística y para evitar problemas logísticos del invierno, como los cierres de aeropuertos.
—¿Cuál será el otro estadio además del Centenario?
—Para elegir la otra sede vamos a esperar los requisitos de FIFA para ir al Congreso de Intendentes con Michael Boys a explicar a los 19 intendentes cuáles son esas exigencias y analizar sus propuestas. Puede ser un estadio nuevo o arreglar alguno de los estadios que tenemos.
—¿Catar puede prestar el estadio desmontable hecho con containers que usó en el último Mundial?
—No, ese estadio fue ofrecido. Cuando se desarmó ni bien terminó el último partido que se jugó ahí nos dijeron que podíamos llevarlo, pero teníamos que pagar el barco y hacerlo ahora. ¿Qué hacíamos con ese estadio ahora?
—Quienes organizan mundiales suelen apelar a préstamos para construir la infraestructura, ¿Uruguay va por ese camino?
—Se puede financiar con recursos propios o con bancos internacionales. El tema ahí es que, como dice la ministra Azucena Arbeleche, pedir préstamos es aumentar el déficit fiscal. Ahí va a haber una decisión del Ministerio de Economía que va a ser en setiembre u octubre del año que viene. Por suerte se han presentado varios bancos internacionales a los que les interesa acompañar esta candidatura. En principio es con préstamos no reembolsables. Los cuatro países trabajamos con la Corporación Andina de Fomento y con el Banco Interamericano de Desarrollo. Uruguay es el que tiene mejor nota a nivel de los bancos internacionales, por eso todavía no tenemos resuelto si para esta etapa de la candidatura necesitamos apoyo de los bancos. Por supuesto que los préstamos no reembolsables los vamos a utilizar siempre y cuando tengamos después una obligación referente a estos bancos. Eso me lo aclaró la ministra.
—Mencionó que tal vez sea el momento para la FIFA de cambiar su imagen. ¿Se refiere al cuestionamiento de los derechos humanos que existió en Catar?
—No me meto en el tema derechos humanos. En el fondo, de lo que se trata es de negociaciones entre las confederaciones para conseguir los votos. Cuando la Conmebol va a pedir el voto para el Mundial en Sudamérica a otras confederaciones de la FIFA, tiene que mostrar virtudes. Por ejemplo, ¿qué país vendió más entradas en el Mundial de Catar? Argentina, que hizo una fiesta en cada partido. Hay que ir así a conseguir el voto.
—Además de los miembros de la Conmebol, ¿de qué otros países procuran votos?
—La Concacaf acompañaría la candidatura 2030. Hay que apuntar también a las federaciones de Asia y África: hay un tema que la Asociación Uruguaya de Fútbol lo tiene muy claro y lo está trabajando, que es la muy buena relación que tiene Gianni Infantino, presidente de la FIFA, con Asia y África, y los problemas que se nota que hay entre la UEFA y la FIFA.
—¿Es factible conseguir votos de países europeos?
—La relación entre la Conmebol y la UEFA es muy buena. Antes no existía organizar eventos en conjunto y el año pasado se hicieron dos: la Finalissima entre Argentina e Italia y la final Intercontinental Sub-20. Eso también puede servir. Si España y Portugal dan un paso atrás, no hay con qué darle a la candidatura de Uruguay, Argentina, Chile y Paraguay.
—¿Un paso atrás?
—Que España y Portugal den un paso atrás, que no se presenten para organizar el Mundial 2030 y la Conmebol dé a la UEFA el compromiso de apoyar su candidatura para el Mundial de 2034. Eso sería lo mejor que nos puede pasar. Son negociaciones que está haciendo la Conmebol.
Contratapa
2023-03-08T22:55:00
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