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    Pedradas, ventanas rotas y garrafas robadas: desde 2015 aumentó 40% el vandalismo asociado a hurtos en escuelas y liceos

    Las autoridades de la educación están preocupadas por la seguridad de los centros de enseñanza pública formal y obligatoria, desde primaria hasta bachillerato. Su inquietud encuentra base en las cifras oficiales de delitos registrados dentro y fuera de las escuelas, liceos y locales de UTU: desde 2015 aumentó 40% el vandalismo dentro de los centros educativos asociado a los robos de materiales de estudio, alimentación y otros insumos.

    Por ese motivo, el Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) resolvió hace casi un año designar a un experto en seguridad para diseñar un plan destinado a garantizar mayor protección sobre los locales de enseñanza, que solo en Montevideo ascienden a 457.

    El profesional seleccionado por la totalidad de los integrantes del Codicen resultó ser el comisario retirado Jonnhy Isauro Trías González, exsubjefe de Policía de Canelones. Estos dos años de pandemia, cuando los centros educativos permanecieron mucho tiempo sin clases o con semipresencialidad, contribuyeron “claramente” al crecimiento de la actividad delictiva y en particular vandálica, explicó Trías a Búsqueda.

    Ofcial retirado de la actividad policial el 31 de enero de 2020, Trías asumió formalmente como “asesor de seguridad pública” —un cargo de confianza de la ANEP, del escalafón R, que a su vez transformó el de “jefe de Área de Desarrollo Software y Redes”— el 12 de mayo de 2021.

    El objetivo asignado a Trías por las autoridades educativas es, en primer lugar, el de diseñar un plan de seguridad referido al servicio de monitoreo y respuesta de alarma, lo que implica mantener la cobertura interior de los edificios de enseñanza pública fuera del horario de clases.

    Al finalizar el año, el exjerarca policial presentó al Codicen un análisis estadístico, al que accedió Búsqueda, en el que se reportan un total de 224 delitos registrados en 2021 en un universo de 457 centros de estudio georreferenciados en Montevideo en el marco del Área de Control de Sistemas de Seguridad para centros educativos de ANEP.

    Entre las modalidades delictivas más recurrentes destacan 87 robos en las zonas exteriores de los locales de enseñanza, otros 68 registrados dentro de los edificios —en su mayoría escolares— y 89 incidentes de vandalismo, según el informe fechado el 30 de diciembre.

    Según Trías, esto refleja “un cambio social y cultural” en la modalidad delictiva, porque “la problemática hoy es la vandalización”, que resumió como “el daño por el daño” de edificios. El exoficial informó sobre un aumento del hurto, en particular en los comedores de las escuelas Aprender, que imparten educación inicial y primaria como una forma de inclusión en contextos críticos.

    Lo que sigue es un resumen de la primera entrevista del comisario Trías como asesor contratado por ANEP, realizada por Búsqueda luego de visitar una escuela del barrio Colón y de constatar, números en mano, que “enero fue complicado” en materia de seguridad educativa.

    —¿Cómo y por qué llegó a asumir la función de asesor de seguridad de la ANEP?

    —Dejé de ser policía el 31 de enero del año pasado. Y como policía estuve mucho tiempo vinculado con la Policía Comunitaria en Canelones. Seguramente alguien de ese entorno, que me conocía, me mencionó en la ANEP y se dio la oportunidad, porque no hay una persona o un hecho puntual por el cual haya llegado aquí. Tengo entendido que la ANEP quería apoyar a los directores de los centros educativos con alguien de referencia en seguridad. Todos sabemos que hay centros educativos que se vulneran, hay hechos delictivos, y el director tiene la responsabilidad de todo lo que ocurre. Querían darles un apoyo a los directores para que se enfoquen en su función educativa y no tengan la responsabilidad sobre la seguridad. Me refiero en particular a la seguridad edilicia y, por ahora, de los centros educativos de Montevideo.

    —¿Cuál era la respuesta que tenía hasta ahora la ANEP para asegurar la protección de sus edificios?

    —Dentro del Codicen ya había desde 2014 dos funcionarios no docentes que, sin ser expertos en seguridad, crearon una oficina y un programa de seguridad para los 457 centros educativos de Montevideo. Generaron un sistema de monitoreo y alarma y respuesta con dos empresas privadas. Hicieron un muy buen trabajo y fueron muy eficientes con lo poco que tenían, con una división de Montevideo en nueve zonas que hoy tienen respuesta. No es solamente una alarma que suena y que el vecino llama al 911, sino que hay un vehículo con dos funcionarios de empresas privadas y dos funcionarios policiales por artículo 222 en ese auto, para darle más garantía a ese móvil cuando da la respuesta. Ese programa está muy bien diseñado y ahora le hemos agregado cosas. Y nos ha permitido cumplir con el objetivo: que el director llegue al centro educativo vulnerado a las siete, ocho de la mañana, solamente para trabajar, y no que vaya a las tres de la mañana a encargarse del problema porque lo llaman cuando suena la alarma.

    —¿Qué cosas le han ido agregando a la seguridad de los locales de estudio?

    —Este es un trabajo en el terreno, no es de oficina, y cuando uno sale al terreno las cosas se van sumando. Por ejemplo, hemos hecho mapas de calor con las zonas más problemáticas de Montevideo. También hablamos mucho con los directores, que nos dan pautas para mejorar en infraestructura, y a partir de allí empezamos a coordinar con los arquitectos: la cobertura de un aire acondicionado, si poner una reja o una malla, cómo colocar los focos lumínicos, el podado de los árboles y malezas... Al edificio ya construido vemos cómo lo podemos mejorar y sobre los que están por construirse tenemos mucha coordinación con los arquitectos para combinar el diseño y lo estético con la seguridad. Eso va a ser muy bueno a futuro, por algunas medidas de seguridad que salen de nuestro lado y los arquitectos las toman.

    —Muchas veces se registra venta de drogas, robos, rapiñas e incluso homicidios en los alrededores de los locales educativos, que involucran a alumnos, docentes y familiares relacionados con ese centro. ¿De eso también se ocupa su área?

    —No. Nosotros manejamos los hechos que ocurren dentro del interior del centro educativo. En la vereda puede darse algún delito u hecho violento, pero no lo tomamos si no vulnera el centro ni se activa la alarma. Eso otro compete al Ministerio del Interior.

    —¿Y qué respuesta da ante las agresiones a docentes que suceden dentro del centro educativo?

    —Se han dado esos casos y no nos podemos permitir jamás que suceda un hecho así. En la ANEP no está escrito nada respecto a la respuesta en seguridad, pero humanamente yo no puedo ser ajeno. Después de ocurrido el hecho, hay una parte personal sobre qué decisión va a tomar la víctima luego de la agresión. Yo contacto al docente y le consulto si desea que lo acompañe a hacer la denuncia, o a la casa, o a Fiscalía. Pero sí, acompaño, estoy, no sé si es mucho o es poco, no importa. El tema es estar.

    —¿Y qué se hace para prevenir estas agresiones?

    —Institucionalmente vemos cómo sucedió el hecho y lo que puede hacerse a futuro: si falta servicio de portería, si alguien saltó el cerco... Constantemente lo analizamos y por ahora trato de dar algunos consejos a los docentes. Por ejemplo, si las autoridades van a recibir a un padre que viene con una problemática, que lo hagan en una oficina y que no lo reciba la directora ni el docente solo, sino con otro colega o más funcionarios que acompañen, que tomen recaudos. Y sé que esos consejos que he dado por suerte se replican luego en las propias conversaciones entre docentes.

    Usted asumió en plena pandemia, con la enseñanza virtual o semipresencial. ¿Cuál ha sido la tendencia delictiva dentro y fuera de los locales de estudio en estos años?

    —Desde 2015 la tendencia de los delitos registrados en los centros educativos ha ido en aumento paulatino, y 2021 no fue la excepción: volvió a aumentar. Ahora, cabe precisar que en estos años también aumentó la cantidad de centros educativos, que hoy en total son esos 457; todos están dentro del plan de seguridad. Y si bien el ascenso en los delitos siempre es leve, la tendencia creciente también se dio durante la pandemia. Hablamos de que durante casi dos años muchos centros educativos estuvieron 24 horas cerrados. Tuvimos promedios mensuales de cuatro hurtos y hasta seis o siete vandalizaciones; en algunos meses, un poquito más. Ahora, por ejemplo, enero pasado fue complicado, porque se disparó un poquito, y por eso estoy visitando escuelas antes del comienzo de las clases.

    Según el análisis estadístico que presentó a la ANEP, ha crecido el fenómeno de los robos asociados al vandalismo. ¿Cómo lo explica y cómo se combate eso?

    —La problemática hoy es la vandalización de los locales. Tenemos más vandalizaciones; esto es: el daño por el daño. No voy a decir que creció el doble que hace unos años, pero sí registramos 40% más de incidentes vandálicos en relación con 2015. Y hablo de pedradas para romper ventanas o un foco lumínico, asociadas al robo de garrafas de los merenderos escolares... Ahí tendríamos que hablar de un cambio social y cultural de las modalidades delictivas.

    Precisamente, su informe muestra que uno de los lugares donde se producen más robos y vandalismo son justamente los comedores o merenderos escolares.

    —Los comedores es el lugar que más nos afecta, y ahí también tenemos la mayor cobertura de alarmas. Otros lugares de preocupación son las salas informáticas. Los hurtos ya implican un delito que supone el ingreso al edificio; ahí encontramos faltantes de todo tipo, y esto ocurre en los comedores de las escuelas Aprender: se llevan garrafas, alimentos y otros productos. Ahí suele darse una vandalización ajena, que no va más allá del hurto en sí. Pero con la pandemia estas circunstancias fueron diferentes porque había menos comedores escolares; no había un abastecimiento de alimentos. Pero se generan más actos de vandalismo que no sé cómo explicar. Si esto es como una descarga o qué motiva esa agresión hacia el centro educativo, por nada, por el vandalismo en sí.

    ¿Y cómo se responde materialmente al vandalismo “por nada”, allí donde comen niños?

    —Que me roben una escuela a mí ya me molesta y al director también, le recontramolesta, porque es horrible. Partimos de esa base. Pero si veo el árbol y no veo el bosque, no veo todo. En el contexto general de los 457 centros, que son como 457 propiedades públicas... ¿Cuánto tendría que invertir en seguridad para controlar las 457 propiedades y, aun así, cuántas veces te las vulnerarían? ¿Cómo hacemos para asegurar que no pase nada cuando se cerró la puerta del local y no quedó nadie? Quiero decir que esos números no me asustan, no me pegan, o me chocan; estoy acostumbrado a verlos.

    ¿Pidió a la ANEP aumentar la cantidad de funcionarios para combatir mejor este problema?

    —Mi tarea policial anterior finalizó en 2021. Hoy es otra ahora. No es salir a brindar la seguridad en persona. Nosotros no hacemos el trabajo en terreno sobre la seguridad directa. Hacemos el análisis de las contrataciones de la seguridad privada.

    Pero ante una urgencia resultará más fácil la tarea si cuenta con un equipo más amplio…

    —En algún momento el equipo se va a ir ampliando; por ejemplo, cuando traslademos todo el plan de seguridad a Canelones. Será inevitable ampliar esta área de seguridad que es probable que pase a otro nivel, como oficina, para incentivar a la gente. Son procesos, recién llevo un año, vamos despacio. Pero que quede claro: no hacemos la seguridad de forma directa. Hoy las fortalezas las tenemos en la cobertura interior de los centros. Las alarmas, los sensores están en los interiores de los edificios. Y tenemos que ver dónde se pueden colocar los exteriores. El tema es que cada vez que salta una alarma ya hay una intrusión, hay un daño y vamos corriendo de atrás.

    ¿Y la respuesta es inmediata?

    —Sí, hay tiempos de respuesta. Pero unos minutos, sean dos o tres, ya te generan un daño interior en la escuela. Y pese a que suene la alarma, llegue la respuesta, el funcionario 222 detenga a los delincuentes y la Policía haga todo, mirás el daño y ya está hecho.

    Su designación generó resistencias desde el gremio docente, que bajo la consigna de “Más educación y menos represión” criticó que en plena pandemia y con tantos “recortes” el Codicen invirtiera en “un comisario retirado”. ¿Cómo tomó esos cuestionamientos?

    —Fue algo mínimo, un par de publicaciones virtuales. Pero era el sentir en su momento, porque se desconocía cuál era mi función. Indudablemente que la represión está muy lejos de mi trabajo, y lo que he recibido es más gratificación de parte de los planteles docentes que otra cosa. Yo me preparé para tener un contacto con la parte sindical, y me sorprendió que ese contacto fuera tan fluido. Incluso superó lo que yo tenía planificado, porque ante hechos puntuales los docentes vieron que alguien estaba allí ocupándose de protegerlos. Los docentes viven cosas que a veces ni se sabe… Es impresionante el nivel de estrés que a veces les generan distintas situaciones para mantener un centro educativo funcionando a pleno.

    —También le cuestionaron que, además de su jubilación, usted pasó a cobrar un sueldo de confianza de la ANEP…

    —Sí, claro; si voy a trabajar… Yo lo menos que quiero es ganar sin trabajar; luego me podrán juzgar por los resultados, pero me verán siempre trabajando. Nadie me va a regalar nada, ni trabajaré gratis. Yo tengo los pies sobre la tierra; no voy a asesorar en seguridad en un lugar privado. Fui al ambiente donde me manejé toda la vida. Y en educación, seguridad y salud pública todos sabemos hasta dónde van los incrementos. Yo sé que es un presupuesto para ANEP en un sueldo como el mío, pero realmente está dentro de lo que toda mi vida manejé. No pretendo quedar por encima de los docentes. No me verán a mí con sueldones; es un cargo político, de confianza, como tantos otros. Y soy consciente de a qué voy. Y voy a una institución pública que la lucha todos los días.

    Información Nacional
    2022-03-02T19:50:00