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Artista de rock es el oficio que le cabe al argentino Ariel Rot, guitarrista y compositor que fundó Tequila, grupo protagonista del primer rock español, y Los Rodríguez, junto a Andrés Calamaro. Cinco días después de cumplir 54 años, este porteño de aire juvenil, delgado, canoso y de frecuentes giros ibéricos, presentará su disco “La huesuda” el jueves 24 en La Trastienda. “Si Tequila fue el primer aprendizaje, Los Rodríguez fue una especialización. En los 90, quienes veníamos en el rock desde muchos años, empezamos a desesclavizarnos del rock anglosajón y a sentirnos más orgullosos de nuestras raíces. Aparecieron muchas más notas en mi cabeza. Fue un fenómeno global”, relató Rot a Búsqueda el martes 8.
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Dejó Buenos Aires en la adolescencia y se instaló en Madrid, donde a los 17 años formó Tequila, una banda de aires festivos, con los Rolling Stones, los Faces y los New York Dolls como espejos. Su carrera es un ida y vuelta constante entre Madrid y Buenos Aires, a la que considera “la capital mundial del rock: hay rock en los taxis, las pi-zzerías y los telediarios; es una sociedad rockera”. Por el contrario, opina que el rock en España fue un “pasatiempo epidérmico y decorativo, muy unido a la fiesta y muy poco sólido”, del cual “lo único interesante y transgresor fue Gabinete Caligari”.
El fuerte de Los Rodríguez fue la fusión con la zamba, la chacarera y el tango. Pero Rot tiene claro dónde está parado. “Con Yes, Génesis y Prince ya habíamos abierto la cabeza, y con las influencias latinas ampliamos nuestra dieta musical. Pero siempre supimos que nuestro lenguaje y nuestra escuela es el rock. Nos acercamos a estilos autóctonos pero nunca de un modo ortodoxo. Para eso están los referentes”.
Sobre la actitud rebelde del rock primigenio, cree que tuvo que ver con la edad que tenían los pioneros. “Sería cruel estigmatizarnos y no permitirnos usar el rock para expresar lo que es nuestra vida hoy a los 50. Ya no somos chicos rebeldes que salimos todas las noches. Somos padres. La transgresión ahora la podés buscar en la moda, en el diseño o en los graffiteros”.
Admite que su oficio tiene “algo de peterpanesco, que debe ser bien aprovechado para no convertirte en un idiota”. Y agrega: “El estereotipo del rock como algo juvenil resulta patético a partir de cierta edad. Leonard Cohen es la figura, pero igual tiene que existir Mick Jagger. En el parque temático del rock and roll, los Stones son Walt Disney”.
En esta incursión rioplatense, Rot actuará en solitario, en tres actos: uno “enérgico” con guitarra eléctrica, otro “bohemio y cabaretero” al piano y un cierre “más poético” con guitarra acústica. “Es un show de rock, tango y milonga, una mirada panorámica sobre toda mi carrera, con la mayor singularidad y libertad posibles”.
“La huesuda”, canción que da nombre a su flamante disco, es un corrido mexicano que presenta a la muerte como una dama irresistible: “Es la única manera de cantarle y no sonar muy ridículo. Los mexicanos tienen mil nombres para la muerte. Son los maestros en hacer de la muerte un arte”. El disco fue compuesto y grabado durante su primera gira en formato unipersonal, un factor decisivo: “Tanto el disco como el show tienen pasajes íntimos, reflexivos e irónicos. Puede haber canciones románticas o juglarescas”.
Rot se considera “un frontman muy tardío” porque asumió ese lugar a los 40. “Si bien con la guitarra me siento muy sólido, seguir esforzándome a nivel compositivo y vocal es lo que me mantiene tenso. Es un compromiso. Aún tengo mucho que aprender y descubrir en este oficio”.