• Cotizaciones
    lunes 17 de febrero de 2025

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
    $ Al año*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
    $ por 3 meses*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * A partir del cuarto mes por al mes. Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
    stopper description + stopper description

    Tu aporte contribuye a la Búsqueda de la verdad

    Suscribite ahora y obtené acceso ilimitado a los contenidos de Búsqueda y Galería.

    Suscribite a Búsqueda
    DESDE

    UYU

    299

    /mes*

    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá

    Pisenicidio

    Hace unos días, dos energúmenos protagonizaron un incidente de tránsito en Rivera.

    , regenerado3

    Uno encerró al otro con su camión, el otro lo persiguió con su auto. Cuando el camión paró, el del auto se bajó a increparlo. En una confusa reacción, pareció que el del auto iba a sacar un arma, y el del camión sacó la suya, y lo mató de un balazo.

    Una tragedia, fruto de la crispación y la intolerancia que cada vez circulan con mayor velocidad por las venas y los sistemas nerviosos de muchos uruguayos.

    Pero… siempre hay un pero.

    La víctima era dirigente sindical, del gremio de los camioneros, y el victimario no estaba afiliado a ningún sindicato.

    La noticia llegó al PIT-CNT, y como un reguero de pólvora, se autocondimentó con sabores varios: eran enemigos, habían discutido a los gritos antes, incluyendo amenazas del agresor, este era un antisindicalista; el finado, un valeroso dirigente de la clase obrera organizada.

    Tal vez lo único cierto sea esto último, pero todo lo demás era absolutamente falso. Familiares de ambos protagonistas afirmaron que víctima y victimario no se conocían, y tanto el fiscal como el juez calificaron el episodio como un enfrentamiento personal derivado de un incidente en el tránsito.

    Ya era tarde.

    El PIT-CNT había puesto en marcha el contundente mecanismo del paro reivindicativo en protesta por el ataque de los carneros antisindicales contra el poder sindical, y el caído pasaba a formar parte de la lista de los mártires de la lucha de clases, qué no ni no.

    Estos mecanismos son difíciles de controlar, y cuando se liberan, son como bolas de nieve en una avalancha. Ya estaba fijada la fecha, el martes 9, ese día se para todo, a reivindicar, a reivindicar.

    Pero don Pereira y don Abdala, que no mascan vidrio y son capaces de dar vueltas de carnero adentro de una manguera, salieron, en el mejor estilo Talleyrand, a enmendar la plana para no quedar pegados.

    ¿Hay algún otro muerto hoy? ¡Sí, un tachero! Agregalo. ¿Y nada más? Sí, siempre hay. Un par de minas castigadas por sus parejas, no sé si murió alguna. No importa, ponelas igual. Y cambiemos la carátula: es contra la violencia, por la comprensión y el entendimiento, las flores y los pajaritos.

    Hoy martes, mientras escribo esta columna, Pereira pone en la prensa como ejemplo de la convocatoria al paro general, la violencia de las madres que les pegan a las maestras de sus hijitos. Andaaá…

    Mientras, todo el mundo a pie, sin servicios de transporte, sin bancos, sin oficinas públicas, y le pido al Altísimo que no se ahogue nadie en nuestras abarrotadas playas, porque ni guardavidas hay.

    Lo que sí hay es un calor bárbaro, y me los imagino a Pereira y a Abdala en la piscina del Camping PIT-CNT en La Paloma —aquel Parque Andresito que alguien les regaló a los chochamu hace unos años— refrescándose después de tanta lucha.

    Dadas las circunstancias, y en previsión de que estos disgustos y errores de puntería se reiteren, me imagino que, tras el receso parlamentario, los hábiles asesores de la central sindical elevarán al Poder Ejecutivo, para que este lo envíe al Parlamento, un proyecto de ley que crea el “pisenicidio”, uséase (dijera don Gonzalo Aguirre) que los ataques, por la razón que fuere, contra los dirigentes sindicales, de por sí constituirán delito, una especie de reconocimiento expreso a la ideología de género sindical. Algunos de los artículos dirán, por ejemplo: “Si un dirigente sindical tropezare con una baldosa floja en una vereda y se cayere, con resultado de fractura, expuesta o no, o de esguince inhabilitante, el propietario de la vivienda anexa a la vereda en mal estado será automáticamente culpable del pisenicidio, debiendo hacerse cargo de la indemnización resultante, la cual incluirá los daños y perjuicios, así como el monto completo de las remuneraciones de la víctima, más un monto por concepto de daño moral que estimará el juez en su sentencia”. O, también: “Si un dirigente sindical llegara tarde, por razones ajenas a su voluntad, al aeropuerto, y perdiere por tal causa su vuelo a Ginebra, para asistir a una de las reuniones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) o a cualquier otra reunión de trabajo, en la ciudad que fuere, en cualquier lugar del mundo, la aerolínea será automáticamente culpable de pisenicidio, y deberá  otorgar al dirigente sindical un pasaje al mismo destino, ya no en Business sino en Primera Clase, dentro de las 72 horas siguientes al vuelo perdido, más una compensación de US$ 1.000 por cada día de retraso”.

    En las últimas horas, Abdala lo llamó a Pereira para solicitarle, a pedido de las bases, una extensión de la solidaridad sindical a un compañero en desgracia, injustamente perseguido en forma implacable, desde hace varios días, por la saña descarnada de los medios de comunicación y las fuerzas antisindicales de ambas márgenes del Río de la Plata. Se trata del compañero Marcelo Balcedo, a quien se le ha privado de libertad sin causa alguna, por haber manejado con eficiencia y habilidad el Sindicato de los Empleados y Obreros de la Minoridad y la Educación (Soeme) de la ciudad de La Plata.

    Pereira no lo pudo atender, porque todavía estaba en la piscina en La Paloma, pero le mandó decir que más tarde lo llamaba para ver cómo lo organizaban, pero que así, de arranque, le parecía que, más que un pisenicidio, el de Balcedo era un suicidio.