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Esta semana algunas empresas, como la firma Tres Arroyos, que es la mayor industria avícola y principal exportadora del sector, decidieron parar la actividad productiva en galpones de fasoneros de pollos, debido a la suspensión de las exportaciones a Venezuela y la “incertidumbre” por el ingreso de productos importados de Brasil y de Estados Unidos, entre otros factores.
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Así lo señalaron a Campo empresarios y productores del ramo, que el viernes 17 participaron de la asamblea anual de la Asociación de Fasoneros de Pollos Unidos (AFPU), realizada en la sede de la Sociedad de Fomento Rural de San Jacinto.
“El susto todavía está entre los productores, porque más allá del mensaje del gobierno de intentar tranquilizar a los polleros, la realidad de hoy es crítica, (ya que) las empresas empezaron a cortar la producción en los galpones”, dijo José Strazzarino, productor avícola de las zonas de Joanicó y San Antonio, en el departamento de Canelones.
En la asamblea del viernes 17, el ministro de Ganadería, Tabaré Aguerre, intentó tranquilizar a los productores al asegurar que los muslos de pollo importados de Estados Unidos son productos congelados y tienen un precio que actualmente está por encima del valor del producto local, lo que dejaría fuera de competencia al importado.
Ese jerarca también habló de la carne aviar de Brasil. En cuatro años solo ingresaron dos contenedores de carne aviar de Brasil, señaló Aguerre y dejó entrever que en el caso del producto estadounidense la situación iba a ser similar.
Unos 25.000 kilos de pechugas de pollo congeladas, sin piel y sin hueso fueron importadas de Brasil a fines de setiembre por la Unión de Vendedores de Carne, según datos de la gremial de fasoneros.
Enfatizó que no estaba dispuesto a “defender ninguna medida paraarancelaria para frenar la importación de ningún producto, porque eso no era serio y perjudicaba a otros y al propio sector, cuando salen a buscar mercados”.
“Valoramos la buena voluntad del ministro pero la potencial competencia de los pollos de Brasil y de Estados Unidos genera incertidumbre en las industrias y en los fasoneros”, dijo Strazzarino.
Para el presidente de la AFPU, Daniel Pereyra, “se generó una alarma totalmente innecesaria” en el sector “provocada por la industria para presionar por la apertura del mercado uruguayo a los pollos de EEUU, igual que lo hizo cuando Uruguay habilitó el ingreso de esos productos de Brasil”. Eso ocurrió en 2010 y “recién ahora entró algo de pollo de Brasil y unas pechugas, que no deberían haber ingresado porque no estaba acordado”, dijo.
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Exportaciones
Al comparar con 2013 este año las exportaciones de carne aviar aumentaron 59%, en monto, al alcanzar U$S 27 millones, según registros del Instituto Nacional de Carnes (Inac) del 1º de enero al 11 de octubre de 2014. Indican que el volumen de esos negocios se incrementó 46%, al pasar de 8.800 toneladas, en 2013, a 12.892 toneladas en el presente año.
El principal mercado para ese producto uruguayo es el venezolano, a donde la empresa Tres Arroyos exportó 11.440 toneladas por U$S 25 millones este año, y el resto se vende a Hong Kong, Congo, Rusia y Angola, entre otros, conforme a datos del Instituto Uruguay XXI, al lunes 20. Muestran que en 2014 también exportaron pollos las firmas Kareloy (Tennent) por U$S 137.624, Usinel (El Peyote) por U$S 256.000 y Calpryca por U$S 734.466.
“La caída de la exportación a Venezuela es tremendamente preocupante, porque era el único mercado y ahora la empresa (Tres Arroyos) dejó de remitir pollos por una deuda de U$S 8 millones de los compradores venezolanos”, se lamentó la productora Miriam Biganzoli.
“Antes estábamos 15 días sin producir y ahora pasamos a estar parados de 40 a 50 días”, señaló.
La avicultura uruguaya registró un fuerte crecimiento en los últimos años debido a que pasó de producir casi exclusivamente para el mercado interno a exportar entre 10.000 y 14.000 toneladas anuales, lo que representa de 12% a 16% de la producción total, según datos de la AFPU.
El titular de la AFPU señaló que las ventas a Venezuela serán redireccionadas a otros mercados, como Arabia Saudita y Rusia.
“Tuvimos reuniones con un importador ruso interesado en comprar pollos de Uruguay y que no encontró respuesta de las industrias” avícolas locales, contó.
Dumping y cuotas
Según la gremial de fasoneros, los muslos fueron importados de Estados Unidos por la firma Drenmex e ingresaron a un precio de $36 el kilo, después de pagar flete, impuestos y aranceles aduaneros. Ese valor “no paga ni el costo de producción, demostrando claramente la existencia de dumping”, aseguró la AFPU en una carta remitida el viernes 3 al presidente José Mujica.
Alertó que “EEUU, país que se disputa con Brasil el primer lugar como exportador mundial de carne de ave y que es el mayor consumidor mundial de pechugas, haciendo esto, que le sobren enormes volúmenes de muslo que casi literalmente tira en mercados de Centroamérica y Europa del Este, provocan una enorme distorsión”.
En la misiva le pidió al mandatario que la avicultura “necesita ser protegida de ese dumping, cuotificando puntualmente el ingreso de muslo de pollo norteamericano; de lo contrario, será catastrófico” para ese sector.
Días pasados se generó una polémica, debido a que el presidente de la Cámara Uruguaya de Procesadores Avícolas, Miguel Fernández, señaló que la apertura del mercado local al pollo de EEUU “se usó como moneda de cambio” para que entre carne de cordero con hueso de Uruguay a ese mercado, según publicó el viernes 3 “El Observador”.
La embajadora estadounidense, Julissa Reynoso, transmitió a esos empresarios su intención de cooperar con la producción avícola local y no perjudicar a las familias de los polleros.