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    Profesor de Paysandú fue amenazado con un arma de utilería en la clase y terminó investigado por simulación de delito

    El docente denunció el hecho en la Policía, pero para la Fiscalía no fue más que una “broma de mal gusto” de los estudiantes; el sindicato y colegas manifestaron repudio y preocupación por lo sucedido
    BÚSQUEDA EN OCÉANO

    Desde Búsqueda en Océano, el análisis de Victoria Fernández.



    Faltaban pocos días para Halloween y una alumna llevó a la clase un arma de utilería que le prestaría a un compañero para completar su disfraz. El arma, cuentan los testigos, parecía real, y podía confundir a quien la viera sin demasiado detenimiento. El estudiante, alumno de 5º año del Liceo Nº 1 de Paysandú, decidió hacer una broma al profesor que en ese momento dictaba la clase de Matemática. Se paró a sus espaldas y lo apuntó con el arma. “Me va a pasar de año, ¿no, profesor?”, fueron, más menos, sus palabras.

    El profesor se quedó quieto, tenso. Algunos estudiantes se rieron, quizás sorprendidos de su reacción. “¿Va a llorar, profe?”, le preguntó una alumna en tono burlón. Según declararía más tarde el estudiante en la Fiscalía, era claro que se trataba de una broma y todos lo entendieron así. La versión que dio el profesor a sus colegas, al sindicato docente y a las autoridades del colegio fue, sin embargo, diferente. Según dijo, él no sabía en el momento si el arma era real o no, y se quedó prácticamente paralizado frente a la amenaza. Ante el desconcierto y la tensión que le provocó, optó por continuar la clase y alertar por mensaje a la adscripta.

    Al día siguiente, aconsejado por colegas y amigos, decidió hacer una denuncia en la Policía. Entendía que como funcionario público tenía el deber de denunciar, siguiendo lo que establece el Código Penal, que castiga a los funcionarios que no reporten los presuntos delitos cometidos en sus lugares de trabajo.

    De acuerdo con la versión de allegados al docente consultados por Búsqueda, él aclaró en la Policía que se trataba de un arma “de juguete”, pero explicó que de todos modos se sintió amenazado y violentado. La Policía trasladó la denuncia a Fiscalía. No obstante, según dijo a Búsqueda la fiscal que investigó el caso, Estela Long, la Policía no le aclaró que el arma involucrada no era real.

    Enterada de que “solo había sido una broma”, la fiscal reprochó al profesor que hubiera hecho una denuncia. Y, además, le dijo que lo imputaría por una posible simulación de delito. También lo cuestionó por haber continuado con la clase y por haber dejado ir a los estudiantes con el arma “si pensaba que era de verdad”.

    “No sé por qué hizo la denuncia policial. No fue más que una broma de mal gusto. Y él ya sabía que era una broma: lo declaró en la Policía, que el arma era de juguete”, afirmó Long, y explicó que por eso “fue imputado por posible simulación de delito”. Sin embargo, tras investigar el tema consideró que “quedó aclarado” y no buscará iniciar un proceso penal contra el docente. “Fue una broma, al fin y al cabo, no es cuestión de hacer una denuncia porque sí. Pero no encontramos dolo y quedó el tema cerrado”.

    La situación en la Fiscalía le generó un “enorme estrés” al docente, que ya se encontraba afectado por lo vivido en el liceo, relató una colega a Búsqueda. “Quedó en shock. No esperaba terminar él como investigado”.

    “Violencia física y psicológica”.

    Además de las derivaciones judiciales, el caso tuvo un fuerte impacto en la interna del liceo y en la comunidad docente de Paysandú. A principios de mes la sala de Matemática del liceo difundió un comunicado, recogido por el diario El Telégrafo, en el que repudió “enérgicamente” lo que definió como “un aberrante hecho de violencia física y psicológica”.

    El comunicado describe que el docente “fue amenazado con un arma (más tarde se supo que era una imitación), apuntándolo a unos centímetros de su cabeza, desde atrás e increpándolo respecto a si aprobaría la asignatura, en clase, y ante la anuencia, la pasividad y hasta la complicidad y burla de otros alumnos del grupo que sabían claramente de qué se trataba”.

    Los docentes señalaron que el episodio se enmarca en una sucesión de hechos de violencia “que se vienen dando en las instituciones educativas del departamento”. Y exigieron que “se investigue y sancione como corresponde”.

    También desde la Asociación de Funcionarios de la Enseñanza Media de Paysandú (Afempay) manifestaron solidaridad con el docente por “la situación de violencia” de la que fue víctima cuando un estudiante lo amenazó. En un comunicado difundido el 31 de octubre, señalaron que el profesor “no estaba al tanto de la supuesta broma” y que ante la “inexplicable situación generadora de enorme tensión, atinó a mantener la calma y luego trasladó la situación a las autoridades del centro educativo”.

    “El hecho no llegó a configurar un ataque a la integridad física del trabajador, pero sí fue una situación de amenaza a su integridad emocional”, afirmaron.

    El sábado 7, más de 40 docentes del Liceo Nº 1 de Paysandú y de otras instituciones públicas y privadas del departamento se reunieron ante una convocatoria de la sala de Matemática para analizar lo sucedido y las acciones a tomar. Resolvieron solicitar una reunión a la dirección del liceo para que informe sobre lo ocurrido, las investigaciones en curso y las eventuales sanciones impuestas a los estudiantes. También pidieron que se informe sobre qué protocolos orientan la actuación de los profesores en situaciones similares.

    Sin embargo, por el momento no recibieron “ninguna respuesta” de la dirección del liceo, dijeron los docentes consultados.

    Búsqueda se comunicó ayer miércoles con la dirección para consultar sobre las medidas tomadas luego del episodio. Las autoridades dijeron que no podían dar información vía telefónica e indicaron que el tema había sido puesto en conocimiento de la inspección regional.

    “Serio y complejo”.

    El hecho produjo una situación compleja en el liceo, ya que derivó en “un enfrentamiento entre adolescentes y adultos que fue infeliz y generó mucha desconfianza”, dijo a Búsqueda el presidente de Afempay, Horacio Acuña.

    Respecto a la actuación de las autoridades del liceo, entendió que fue correcta, aunque quizás “hubo algún defecto de proceder”, como el hecho de que no se llamó a la Policía en el momento, ante el riesgo de que el arma fuera real. Pero atribuyó las fallas a lo “absolutamente anormal del hecho”.

    Informó que el liceo hizo una investigación, con la intervención del Consejo Asesor Pedagógico (CAP), en la cual se interrogó a los estudiantes y al docente, y también se informó del hecho a los padres. “Fue serio y muy complejo”, afirmó. Dijo que se dispusieron “sanciones” para el estudiante y añadió que el tema está ahora en manos del Consejo de Educación Secundaria, que “podrá definir si hay alguna sanción extra o da por suficiente lo hecho por el liceo”.

    Acuña discrepó en la conclusión de la Fiscalía de que era claro que se traba de una broma. “El docente estuvo convencido de que el arma era de verdad. No pudo hacer nada porque temía por su propia integridad como por la del resto de la clase”, afirmó.

    “Hubo un cambio en lo que dijeron los alumnos frente a las autoridades del liceo y en Fiscalía”, opinó. “Nosotros que trabajamos con adolescentes sabemos que tienen el mejor corazón, pero muchas veces cuando se ven frente a un situación que tienen que hacer valer su responsabilidad intentan evadir”, afirmó.

    Insistió, de todos modos, en que no debe estigmatizarse a los adolescentes involucrados: “Son nuestros estudiantes, algo de responsabilidad siempre tenemos. Se dio una situación compleja, delicada, pero de ninguna manera entendemos que el docente quiso sobreexponer la situación, sino que hubo un mal manejo público de la situación, con debates de colegas en las redes sociales, que no son sanos ni productivos”.

    Por otra parte, explicó que el caso causó una “susceptibilidad especial” debido a que una semana antes, fuera de un centro de UTU en Paysandú, un alumno perdió la vista a causa de un disparo realizado por un compañero con un arma de aire comprimida. “Eso pasó una semana antes y estaba en el imaginario de todos nosotros”.