Los diálogos entre Netto y Puente ya resultaban demasiado ásperos y calculados, incluso de puertas para afuera (“un líder alaba en público y rezonga en privado”, dirá Puente). Netto se limitó a leer una escueta resolucion burocrática para darle salida el lunes.
Veinticuatro horas después de abandonar la sede del Codicen con su llamativo vestido rojo y negro —“de guerrera”—, Puente recibió a Búsqueda en su casa de Punta Gorda. A la entrada por el garaje, dos banderas, una de Uruguay y otra del Frente Amplio. Ya en el salón, cuatro cajas apiladas con material de oficina, al lado de un cuadro que vistió las paredes de su despacho en Secundaria, pintado por su marido Hugo Chiquiar, inspirado en Puente y titulado La mujer orquesta.
—¿Cómo se encuentra después de tanto revuelo y más de cuatro años al frente de Secundaria?
—Tranquila. Sé que di lo mejor de mí… Me voy tranquila, por la puerta de adelante. Yo no soy una fugitiva. Siempre fui fiel a mí misma, hasta en el carácter. Porque soy una persona respetuosa pero firme. Y ser mujer y firme en este mundo es difícil; eso se paga, tiene un costo. Esto que pasó es parte de ese costo que algunos varones no pueden tolerar. Pero yo seguiré pagando costos si es necesario. Voy a seguir fiel a mis convicciones. Soy una profesora que adora Secundaria y realmente no tuve ningún beneficio durante estos cuatro años al frente del CES. Tengo mi sueldo de inspectora grado tres, y solo tuve un auto que me llevaba y traía. Nada más. Ahora voy a escribir un documento público para que se vea qué ocurrió en Secundaria en estos años. Y otro más profundo para mi presidente, para que Tabaré Vázquez sepa qué pasó durante la gestión de Celsa Puente.
—¿Cómo estaba Secundaria cuando asumió en 2014 y cómo la deja al irse?
—Yo asumí en medio de una crisis descomunal, con una elección de horas trancada. En Secundaria todavía se usaba el fax y todos los procedimientos se hacían a mano, a lápiz Faber. La imagen era la de gente acostumbrada a picar piedra al sol ¡en pleno siglo XXI! La gente no sabía bien a qué iba. No había una definición de roles, el organigrama era muy primitivo. Secundaria no tenía un solo funcionario profesional formado en Ciencias Sociales, ni un sociólogo ni un estadístico. Hoy digo con mucho orgullo que hay un Departamento de Planeamiento Educativo acorde a estos tiempos: un índice de vulnerabilidad de los liceos, un monitor educativo… Además de nuevas propuestas pedagógicas —aulas en línea, trabajo con duplas docentes, extensión del tiempo completo y extendido en Ciclo Básico— y con muy buenos resultados. Le dimos calidad y condición profesional a la gestión. Logramos cambiar el sistema de sueldos, que se hacía a mano y colapsaba: ahora el profesor elige sus horas, se informatizó el sistema corporativo y el de sueldos. Queda pendiente la renovación curricular, cuyo diseño esperaba cumplir... Pero Secundaria ya sabe lo que debe hacer en el Uruguay.
'Voy a seguir fiel a mis convicciones. Soy una profesora que adora Secundaria y realmente no tuve ningún beneficio durante estos cuatro años al frente del CES'
—Secundaria cerró el año 2017 con un déficit de unos 185 millones de pesos. ¿Cómo se explica?
—Habitualmente, por lo que estuve investigando, cuando los subsistemas tenían un gasto superior al previsto, el Codicen asignaba ese monto como parte de su presupuesto; se suponía que era parte del crecimiento. Es lo que pasó ahora con Primaria con los funcionarios de servicio. Y Secundaria tuvo un crecimiento, sumó grupos en 2017 y se nos planteó que no se iba a dar un aumento. Eso nos llevó a replanificar. Igual fue un buen ejercicio de gestión, porque nos llevó a peinar todo el sistema fino fino.
—¿Qué habló con los consejeros el lunes en el Codicen al presentar la renuncia?
—Yo comparecí tranquila, porque no cometí ninguna falta imperdonable. La conversación fue anodina. Ellos me preguntaron qué pasó y yo contesté.
—¿Y qué pasó?
—Dije que era verdad que ellos me habían intimado (a retomar su trabajo y cortar su licencia), pero que tenía tres días para comparecer, por lo que no tenía por qué responder a esa intimación. Y hablé de la empatía, cosa que les molestó bastante. Porque para mí la empatía es clave en la vida y en una fuerza de izquierda debe ser indiscutible.
—¿A qué se refiere?
—Venía de sufrir la muerte de mi padre, el 20 de diciembre, y mi hija Mariana se fue en octubre a hacer su maestría a Cádiz. Para mí era impensable organizar mis vacaciones. Mis compañeros del Consejo lo sabían. Yo trabajé todo enero y febrero, que es un mes clave para Secundaria y quisimos viajar a España pegado a turismo para que nos rindieran los días con mi hija.
—El Codicen alegó que usted no justificó su llegada tarde al trabajo, que se tomó una semana más en España…
—La declaración del Codicen es de una inconsistencia brutal. No hay nada sustancial. Yo solicité la licencia el 20 de febrero, dentro de los plazos legales, y el Codicen me la concedió recién el 21 de marzo. Ya he explicado todo el proceso...
—¿Por qué no se pagó un pasaje de vuelta y listo?
—Porque me pareció una locura. Intenté cambiar los pasajes, pero el costo era altísimo. Aparte, si pagaba el pasaje o no, el final iba a ser lo mismo, porque me estaban buscando por todos lados. Hay muchas cosas que se fueron acumulando…
'La declaración del Codicen es de una inconsistencia brutal. No hay nada sustancial. Yo solicité la licencia el 20 de febrero, dentro de los plazos legales, y el Codicen me la concedió recién el 21 de marzo. Ya he explicado todo el proceso...'
—Usted dijo en el programa Todo Pasa, de Océano FM, que sintió una “vulneración” de sus derechos como trabajadora y que no descartaba iniciar acciones legales sobre la gestión de su licencia por parte de la ANEP. ¿Por qué?
—Ellos estuvieron muy mal asesorados todo el tiempo, lo cual no me extraña porque la ANEP funciona así, a los ponchazos. Y yo estaba tranquila, porque los días de licencia los tenía. Consulté a mi abogado y me tranquilizó: que llegaba perfecto. Yo pensaba ir a mi oficina el lunes a las nueve y con eso ya estaba cubierta. Pero a ellos les entró una desesperación tan brutal que me terminan mandando el viernes a las cuatro y media de la tarde de Uruguay —estando yo en España— una intimación de comparecencia para las seis y media de esa tarde... Yo mandé una nota formal que no trascendió, en la que solicitaba al Codicen que revisara la situación de mi licencia anual reglamentaria o en su defecto me otorgara licencia hasta el viernes 13 sin goce de sueldo. Yo tengo 56 días hábiles de licencia y fui muy prolija en todo.
—¿Qué hará entonces?
—Estoy consultándolo. No tengo ánimo de reyertera. Pero quiero dejar las cosas claras.
—¿Cree que la verdadera razón del pedido de renuncia fue por las licencias?
—¡Por supuesto que no! Esto es un pretexto que esconde una razón de fondo que no es explicable. Yo les he molestado mucho. El Codicen tiene una actuación totalmente centralista, totalmente fiscalizadora y totalmente controladora. No quiere que los consejos hagan nada que no pase por él. Todo pasa por ahí. Los consejos tienen que pedir permiso para todo. Entonces no tenés margen de gestión. Eso rompe con la Ley de Educación, que habla del Codicen como órgano coordinador, de articulación, y de las potestades de los desconcentrados. Y yo no soy complaciente. Yo no quiero nada que no sea mío, pero lo mío lo quiero todo.
—Y chocó con Netto…
—Son miradas. Yo tengo la mirada de estimular la creación de quienes trabajan conmigo y quiero que la gente haga. A otras personas que lideran las instituciones desde un lugar de control les molesta encontrarse con gente creativa, con ideas, que se animan a hacer cosas. Yo recibí hasta críticas públicas de mi jerarca. Y un líder alaba en público pero rezonga en privado. Hay gente muy funcional a poner en Secundaria todos los males de este mundo, y eso es una cortina de humo: porque mientras apuntás a Secundaria no mirás lo que pasa en Primaria ni en UTU ni en Formación en Educación. Es una estrategia política. Él se cree intocable y está bien que se lo crea, tiene motivos para creérselo.
—¿Siente que a usted le faltó apoyo político?
—Yo soy independiente, no pertenezco a un sector político. Eso es algo que yo elegí. Y acá si no tenés a nadie que de alguna manera te cubra la espalda, está difícil.
'Hay gente muy funcional a poner en Secundaria todos los males de este mundo, y eso es una cortina de humo: porque mientras apuntás a Secundaria no mirás lo que pasa en Primaria ni en UTU ni en Formación en Educación'
—Vázquez y la ministra de Educación le habían dado apoyo…
—El presidente no estaba en el país… Y la ministra tampoco. Tuve una conversación con la subsecretaria. El problema es que soy independiente, y es muy difícil vivir adentro del Frente Amplio siendo independiente. Además soy mujer. Y créame que eso pesa, pesa. No digo que sea el tema, pero pesa que sea mujer.
—¿A quién le pesa?
—Al consejero Robert Silva le molestó mucho que una mujer le contestara. No soporta que tenga empatía con la gente en la calle y en las redes. Esto también le molestó al sindicato. Decían que me pasaba feisbuqueando y tuiteando. A mí me divierten las redes, porque soy una charlatana empedernida y porque son una herramienta excelente para dialogar.
—Y para enviarle un tirón de orejas a EduUy21 …
—También para bajar línea, aunque yo no los nombré… (ríe). Ellos hablan de algo como que es superinnovador, y es todo lo que ya estamos haciendo; hace años que trabajamos con duplas y otras propuestas innovadoras. No me vengan a hablar con esta actitud fundacional de algo que ya tengo en marcha. Será modesta, porque no está en los 302 liceos, pero ya está instalada. El resto es un conjunto de buenas intenciones. Claro que en educación es importante tener un bagaje teórico, pero hay que operativizar eso en la realidad ¿Y cómo lo operativizás en un marco normativo que constriñe y cierto margen de maniobra si tenés apoyo político? Una cosa es el mundo del deseo y otra lo real: el 85% del presupuesto de Secundaria se va en sueldos.
—El consejero Silva dijo que le molestaba que el consejo se enterara de las decisiones de Secundaria por la prensa…
—Pobre. De donde esté Robert Silva, yo estaré siempre en la esquina contraria, porque yo no comparto nada con él.
—¿Cree que confabuló contra usted?
—Totalmente. Él venía hablándole a todo el mundo contra mí. Está bien, es su estrategia y le salió bárbaro. Alguien me dijo: “Molesta que vas muy oronda por la vida”. Y bueno, soy así. Juro que no es soberbia, que yo no quiero avasallar a nadie. Mi opción por la izquierda, que es cada día más firme, se sostiene en dos pilares: uno es distribuirlo todo para tener un mundo más justo, y otro es generar procesos humanizantes, y en eso la educación es clave. Por eso yo hice una gestión con ideología, y eso molesta. Ya en el 2015 no querían que yo me quedara, aunque las discrepancias no eran muy visibles a esa altura. Luego les molestó que me sintiera más segura en el rol y que se empiezan a ver resultados.
'De donde esté Robert Silva, yo estaré siempre en la esquina contraria, porque yo no comparto nada con él'
—¿Y los sindicatos?
—No. Ellos tienen sus problemas internos en donde está prevaleciendo un radicalismo. Su recurso es la ocupación y eso no es más que una forma de enmascarar la falta de respuesta que tiene la convocatoria al paro. Eso es una realidad.
—Sus críticos dicen que su salida de Secundaria era cosa de tiempo, que estableció un “régimen del terror”, que se rodeó de leales y persiguió a mucha gente que callaba por miedo a represalias… ¿Qué responde a eso?
—Me da gracia que se diga que soy autoritaria, Tengo, no sé, cierta cuota de… inconsciencia rebelde. Pero, bueno, la vida es esto y lo asumo. Me llegan las cosas pero yo sé tomarlas como de quien vienen… ya está. No me considero una persona autoritaria, soy muy firme pero dialogadora. Me ajusto a mis potestades, porque después pongo la cara. Decían que soy brava. ¿Qué quiere decir brava? ¿Que no soy obediente? ¿Que discuto? Si esto no fuera trágico, sería para reírse durante los dos años que quedan de gobierno. Lo que puede resultar urticante es que hice en Secundaria las cosas que había que hacer.
—También le han cuestionado que se la pasaba de viaje. Que en enero había ido a China, luego a España…
—Yo me fui a China a invitación de la ministra de Industria, Carolina Cosse, del 29 de enero al 6 de febrero. El viaje no lo pagó ANEP ni Secundaria. Lo único que pedí fue el viático internacional, y me lo negaron. Terminaron sacando una resolución por la que me permitían el 20% del viático, unos siete mil pesos. En cuatro años nunca Secundaria me pagó un pasaje de nada. Todos los viajes salieron de mi bolsillo, menos uno a Los Ángeles que pagó Unesco. Y fui dos veces a la Feria del Libro de España, a invitación de la Federeción de Gremios de Editores de España. No compré libros viejos. Con Planeta no tengo ninguna relación específica. Digo esto porque se ha dicho cualquier cosa. Tampoco tengo ni tuve ninguna relación con el Partido Nacional. Jamás lo voté. Vengo de familia batllista. Nada que ver. Mi militancia fue en los pasillos de los liceos. Fui casi 14 años directora del liceo 30, del Buceo. No tengo sector ni nadie me cuida la espalda.
—¿Habló con el presidente del FA, Javier Miranda?
—Yo estoy formada en derechos humanos y conozco a Miranda de eso desde hace muchos años. Fui a charlar con él antes del viaje a España. No fui a pedirle nada. Fui a contarle lo que me pasaba. Fue un intercambio normal. Una tiene derecho a decir que la está pasando mal.
—¿Vázquez se comunicó con usted?
—No.
—¿La ministra Muñoz?
—No. Yo estoy acá…
—¿Y ahora?
—Si se confirma que queda en mi lugar Ana Olivera (inspectora de la regional norte de Montevideo) será excelente: muy buena inspectora y persona. Puede llegar a aprovechar el camino recorrido. Hay cosas que ya no van a tener marcha atrás. Mi obsesión es que los liceos sean espacios hospitalarios. Los chiquilines se van de los liceos porque no los sienten espacios propios. Nadie se va de un lugar de donde se siente reconocido. Y yo seguiré aportando ideas en educación al programa del FA desde el lugar que me toque, porque mi salida del cargo de Secundaria no invalida mi posibilidad de aporte.
—¿A quién iba dirigido ese tuit que escribió ni bien abandonó la sede del Codicen?
—¿“Viva la vida que es tan linda pese a todos los sinsabores”? ¡Eso es muy Puente! Yo soy Celsa, la esposa de Hugo desde hace 33 años, la madre de Marcos y Mariana, la amiga y, siempre, la profe. Esa es mi vida. No soy el carguito que el Codicen me da o me quita. Soy Celsa. Y sí, soy guerrera. ¿Por qué lo voy a esconder? Yo soy una guerrera. ¡Y viva la vida! Esta actitud también molesta a mucha gente. Pues voy a seguir molestanto, lo siento. Esto que formó parte de mi vida no es mi vida.
?? La llamada de Netto a España
?? “Va a estar difícil” que el gobierno cumpla sus metas para la educación
