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El cierre de dos bancos de Estados Unidos (EE.UU.) es una efecto directo de la política contractiva de la Reserva Federal (Fed), pero las explicaciones no se reducen a las consecuentes suba de tasas. Con esa decisión, la Fed estaba concentrada en el objetivo de bajar la inflación, un desafío que fue consiguiendo con el paso de los meses. “Venía bien y no se le rompía nada en el camino. Ahora se le rompió algo, que es lo que pasa usualmente”, dijo a Búsqueda el estratega de la gestora Compass Group Renzo Nuzzachi. Esa rotura es el quiebre de Silicon Valley Bank (SVB) y Signature Bank.
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El episodio produjo nerviosismo en los mercados financieros globales desde la semana pasada, así como temores sobre su impacto en la economía estadounidense. Fueron días de bruscas caídas de precios de las acciones, en especial las bancarias, y despertó preocupación por la salud de algunas grandes entidades europeas, como Credit Suisse. También replanteó la discusión acerca de si las regulaciones y controles a cierto tipo de instituciones están siendo demasiado laxas.
Los clientes de SVB eran sobre todo empresas emergentes (startups, en general tecnológicas), que lo consideraban un referente en el segmento. Pero las alarmas de los depositantes sonaron cuando, el miércoles 8, sus directivos anunciaron que necesitaban US$ 2.250 millones para cubrir pérdidas. Conocida la noticia, tuvo retiros por US$ 42.000 millones, haciendo insostenible la situación del banco.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, buscó el lunes 13 dar tranquilidad y aseguró que el gobierno garantizará la totalidad de los ahorros sin recurrir a los contribuyentes (aunque el Fondo de Garantía de Depósitos, que fue creado previendo crisis como esta, solo preveía cubrir hasta cierto monto de los saldos).
La política contractiva de la Fed se combinó con un “manejo pobre” —según el analista de Compass Group— de SBV. Cuando sus depósitos crecieron, el banco no prestó el dinero sino que lo invirtió en bonos a largo plazo, que, por la suba de tasas de la Fed, se desvalorizaron. No tomar coberturas fue un “error grande”, señaló.
Las empresas que depositaban en el SVB eran en general tecnológicas, que durante la pandemia tuvieron un crecimiento y conseguían fácilmente financiamiento en las rondas de inversión. Pero con el aumento de tasas de la Fed otros activos “se pusieron atractivos”, explicó Nuzzachi.
Comparada con la de SVB, la quiebra de Signature Bank fue más ordenada porque la misma entidad resolvió discontinuar algunas operaciones, afirmó. El banco estaba relacionado a las criptomonedas y funcionaba como custodio de activos virtuales.
¿Efecto 2008?
La caída de SVB fue la mayor desde la última crisis financiera global, en 2008. Pero el problema actual “no es algo sistémico”, afirmó Nuzzachi.
Si un banco quiebra es porque sufrió un “ataque cardíaco”, como en este caso, o tuvo una enfermedad más larga, como pasó en 2008, cuando los activos estaban en problemas por la “crisis hipotecaria”. Una crisis sistémica ahora parece poco probable, ya que los principales bancos tienen “una clientela más diversificada” y no tan relacionada a un sector específico, como el tecnológico o las criptomonedas, sostuvo.
Otro déjà vu del 2008 es el efecto en Europa. Al conocerse los problemas bancarios en EE.UU., los reguladores europeos aumentaron los controles y encontraron “algo parecido” en Credit Suisse, uno de los grandes bancos suizos. El precio de sus acciones cayó 17% luego de que el principal accionista, el Banco Saudí, dijo que dejaría de capitalizarlo. Ante esto, el Banco Nacional de Suiza aseguró que le daría fondos si fuera necesario y el Banco Central Europeo instó a las instituciones del bloque a analizar sus conexiones con la entidad suiza en problemas.
Recesión
Aunque la crisis de los bancos no contagie al resto del sistema, los problemas en el sector llevarían a la Fed la semana que viene a dejar en su nivel actual las tasas de política monetaria, en lugar de subirlas como estaba previsto, opinan varios analistas. Desde julio, las empezaría a bajar.
Ese rebalanceo de la política monetaria se daría porque la “rueda” del crédito y la economía “va a girar menos” y el pronóstico de recesión sería cada vez más certero, comentó Nuzzachi.
En los bonos de los países emergentes —como Uruguay— casi no se reflejó el efecto de esta crisis porque sus autoridades monetarias estuvieron adelantadas a las decisiones de la Fed y subieron las tasas antes, sostuvo el estratega. Según él, “eso los posiciona en un mejor lugar”.
El “riesgo país” de Uruguay ayer, miércoles 15, fue 103 puntos según República AFAP, 16% más que el día anterior pero un nivel históricamente bajo, también respecto a otros soberanos de la región.