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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáLa recaudación de tributos por parte de la Dirección General Impositiva (DGI) tuvo una evolución errática al inicio del año, pero desde abril consolidó una tendencia y bajó mes a mes.
En junio —el último dato oficial—, la caída respecto a un año atrás fue de 4,8% en términos reales, es decir quitando el efecto de la inflación de precios. Dicha variación corresponde a la recaudación neta de devoluciones de impuestos y certificados de crédito (los ingresos brutos de la DGI disminuyeron 4,3%).
Casi todos los tributos recaudaron menos que en junio de 2018. Se destacó la baja de 4,4% real en el Impuesto al Valor Agregado (IVA), de 16,3% en el gravamen a la renta empresarial (IRAE) y de 0,6% en el caso de las rentas personales (IRPF). Entre los principales, solo aumentó el Impuesto Específico Interno (14,6%).
La recaudación global neta había crecido 1,7% en enero, bajó 1,6% en febrero, aumentó 1% en marzo, y luego disminuyó 12,8% en abril y 0,8% en mayo. Incorporando junio, la DGI cobró $ 180.288 millones, 3% menos que en el primer semestre de 2018.
En el semestre se contrajo 0,8% la recaudación de los impuestos al consumo (IVA e Imesi) y 2% los que gravan la renta (IRAE, Imeba, IRPF, IRNR e IASS). Los tributos a la propiedad (al Patrimonio, a las Transmisiones Patrimoniales y de Primaria) crecieron 5,4%, mientras que los adicionales del Imeba, el Impuesto a las Entidades Aseguradoras, las detracciones a las exportaciones y otros tributos menores lo hicieron 0,8% frente a igual período del año pasado.
La DGI divulgó esta semana su Boletín Estadístico de 2018 con información más detallada sobre la recaudación que publica mensualmente.
A diferencia de lo ocurrido en general en años anteriores, en 2018 lo cobrado el año pasado aumentó menos que el Producto Bruto Interno-PBI (1,1% de recaudación bruta, frente a 1,6% de expansión de la economía). Sin embargo, si se dejan de lado las “diversas modificaciones en la legislación tributaria” así como en las exoneraciones, los ingresos de la DGI habrían aumentado 2,3% real, apunta el análisis.
El monto bruto recaudado expresado como porcentaje del PBI —que se asocia con el concepto de “presión fiscal”— se había mantenido en torno a 19% entre 2009 y 2015, pero en los años más recientes se incrementó: 20,6% en 2017 y 20,9% en 2018. La mayor parte corresponde a impuestos aplicados al sector privado, que llegaron a representar 17,8% del Producto el año pasado.
En términos netos —descontados los impuestos reintegrados—, la “presión fiscal” alcanzó a 18,8% del PBI en 2018. La carga exclusivamente sobre las empresas privadas y las personas fue de 15,8% ese año.
La oficina recaudadora incurrió en gastos por $ 3.405 millones el año pasado para cobrar $ 382.856 millones en impuestos (brutos). Ese “costo de recaudación”, de 0,89%, viene bajando levemente desde 2015.