Con este objetivo los países acordaron en Lima algunos puntos para en 2015 poner en papel compromisos vinculantes de reducción de emisiones GEI y responsabilidades a las que los países se comprometerían.
Un paso.
Un “plan a medio cocinar”. Así definió el resultado de la COP 20 Samantha Smith, la vocera del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés). Las organizaciones no gubernamentales no quedaron conformes, pero la visión de los políticos es otra.
“La conferencia cumplió su rol, nosotros no pensábamos que se pudiera obtener nada mejor de lo que se obtuvo. Sí, estamos satisfechos desde el punto de vista de la negociación internacional. Se han dado pasos importantes hacia el objetivo fundamental trazado, que es tener un acuerdo auspicioso el año que viene en París. El resultado de Lima es favorable para reimpulsar estas negociaciones”, dijo a Búsqueda Fernando Lugris, director general adjunto para Asuntos Políticos de la Cancillería uruguaya. De todos modos aclaró que la COP de Lima no es resultado de un “evento aislado” sino que hubo una etapa de “preparación”. Entre los antecedentes exitosos destacó el acuerdo al que llegaron Estados Unidos y China semanas antes de la reunión en Perú.
“Son las dos grandes potencias, no solamente económicas sino que son las dos grandes emisoras mundiales de GEI que llegan a un acuerdo de reducción de emisiones, un acuerdo climático sin precedentes. Marca un entendimiento entre los dos mayores emisores mundiales por primera vez en la historia. Es crucial en la negociación mundial”, destacó Lugris.
Antes “se generaba una trabazón. Entre China y Estados Unidos los dos generan el 40% de las emisiones de GEI mundiales. Uno decía ‘no hago nada si no lo hace el otro’, y así se excusaban. Ninguno ponía limitaciones y eso trababa absolutamente todo. Ahora se empiezan a abrir caminos hacia París. Habrá reuniones importantes el año que viene”, dijo Méndez.
Por otra parte, Francia asumió la responsabilidad de liderazgo en la COP de París en 2015 por medio de las palabras de su presidente Francois Hollande, “de una forma muy agresiva, declarando la guerra y mostrando que Francia va a poner toda su diplomacia en función para tener un acuerdo el año que viene”, mientras la Unión Europea y los países en desarrollo apuestan también a la “negociación climática para encontrar resultados efectivos”, destacó Lugris.
Además, América Latina, pese a su diversidad de posturas y realidades, que incluye países productores de petróleo, pequeños estados en desarrollo, países agrícolas, desiertos y selvas, logró ponerse de acuerdo en su mensaje a través de una declaratoria emitida por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), en la que respaldó al gobierno peruano en su accionar.
Resultados de Lima.
La COP en Perú tuvo resultados concretos y “fue bastante más que discurso”, indicó Lugris.
“Se habló mucho de la palabra éxito. Lima tenía que ser un éxito y se habló de la necesidad de avanzar pero para cada país avanzar significa distintas cosas”, explicó Lejtreger, quien consideró que sí “hubo avances importantes”.
Entre los principales logros figura la capitalización del Fondo Verde, que se espera se convierta en el principal fondo para financiar la lucha contra el cambio climático y sus efectos. Según Lejtreger, este fue un punto destacado. Los países donantes antes de llegar a Lima y también durante la convención hicieron públicos los montos de dinero que destinarán para el Fondo. “Se habían fijado 10.000 millones de dólares como objetivo previo a la COP y salimos de Lima con 10.200. Superaron las expectativas de la comunidad internacional”, informó Lugris.
Sin embargo, nuevamente las ONG alertaron que este todavía es un monto bajo. Según Lugris, es “la dirección correcta para lograr un entendimiento de toda la comunidad internacional el año que viene”. Se trata del fondo medioambiental “más grande de la historia” aunque también “estamos frente a la crisis ambiental más grande de la historia”. Opinó que “lo más importante” es verificar que “se vuelque efectivamente” el dinero del Fondo Verde y se comience a utilizar de la manera adecuada con “recursos efectivos” que lleguen a los países.
Adaptación.
La adaptación al cambio climático refiere a tomar medidas para hacer frente a sus efectos, admitiendo que en estos momentos es imposible evitarlo del todo, según Naciones Unidas. Adaptación a la recurrencia de inundaciones, de tormentas y muchos otros problemas vinculados con el cambio climático.
La COP de Lima concluyó con el compromiso de fortalecer las ayudas para la adaptación. “Se discutió si la adaptación quedaba o no en el acuerdo. Ahora queda claro que será parte. Hubo muchas líneas cruzadas; hasta último momento no era claro cómo se iba a llegar”, indicó Lejtreger.
Este es, según Lugris, el “punto más importante” para Uruguay. El país está “implementando medidas muy eficaces en materia de mitigación, por ejemplo en energías renovables. De todos modos vamos a tener que seguir adaptándonos por muchos años más al cambio climático”, destacó Lugris, y agregó que el reclamo es acompañado por los países en desarrollo.
“Dejar abiertos” ciertos temas, como la adaptación al cambio climático a discutirse en París, implica un “avance”, opinó Lugris. “Normalmente, CMCC de Naciones Unidas y el Protocolo de Kyoto (compromiso de reducción de emisiones GEI firmado en 1997) siempre estuvieron dirigidos al apoyo financiero para la mitigación (reducción de emisiones GEI)” y los fondos para adaptación han sido “muy limitados”, explicó el diplomático.
Los países en desarrollo agrupados en el G77+China son quienes reclaman aportes de los desarrollados para financiar medidas de adaptación.
“Fue uno de los puntos centrales de Lima y que tiene que estar claramente plasmado en París. Va a ser uno de los puntos fundamentales. Se están empezando a marcar los elementos del futuro paquete, comienzan a emerger los elementos clave que tienen que ser acordados en 2015”, resumió Lugris. El contenido deberá incluir “un balance de mitigación y adaptación, un balance entre lo que deberán hacer los países desarrollados y en desarrollo y un balance financiero y de responsabilidades en forma de un acuerdo global”.
“Ya los cambios están ocurriendo y los más débiles hemos planteado que somos las víctimas y que tiene que haber una compensación, un Fondo Verde para eso”, ya que la situación actual se debe principalmente a las emisiones de GEI producidas por los países desarrollados agrupados en el Anexo 1, explicó Méndez. Los países en desarrollo reclaman responsabilidades compartidas pero diferenciadas.
“Se refleja de alguna manera en el texto final, en un primer momento no estaba”, destacó Lejtreger.
De todos modos, ahora India, China y otros países en desarrollo que integran el grupo G77+China también están aportando grandes cantidades de emisiones GEI a mayor ritmo que Europa y Estados Unidos, que han logrado desacelerar el paso. Si bien esta discusión hoy está planteada, en Lima quedó establecido que se contemplarán las diferencias.
Según Lejtreger, haber podido consolidar “la institucionalidad del mecanismo de pérdidas y daños es un avance. Hace unos meses estaba en duda” y corría riesgo de quedar “en un cajón”. Sin embargo, “se retomó, se discutió mucho y se avanzó”.
Octubre.
Por último, los países se comprometieron a presentar sus propuestas de reducción de emisiones y aportes. Tienen tiempo hasta octubre de 2015. En un mes se compilarán las respuestas previo a la COP de París en diciembre 2015. “Es bien interesante. Cada país tiene que ir pensando de qué manera va a contribuir positivamente para llegar a París con objetivos claros y sobre todo con una política internacional que haga posible un acuerdo. Se abre un año muy activo en materia de negociaciones”, aseguró Lugris.
Uruguay busca “visibilidad” al mostrar “hechos”, no promesas
¿Qué puede aportar Uruguay en medio del concierto internacional de grandes potencias y bloques que debaten un futuro acuerdo vinculante sobre cambio climático? ¿Cuál es el rol de un país pequeño?
Raquel Lejtreger, subsecretaria del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (Mvotma), tiene clara la respuesta frente a una multiplicidad de discursos cargados de promesas: “Nosotros no llevamos proyectos, llevamos lo hecho”, destacó. “No tenemos un equipo negociador hiperprofesional como pueden tener otros países”, reconoció.
“Está claro que Uruguay no es un país clave en las negociaciones de cambio climático a nivel global, no somos petroleros, no tenemos industria con emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) clave en el mundo. Sin embargo, hemos hecho cosas. Somos un país en desarrollo que está trabajando”, dijo a Búsqueda Lejtreger.
“Podemos hacer políticas activas y no estamos esperando que la COP llegue a acuerdos vinculantes entre todos los países. Nosotros estamos realizando nuestras propias medidas de mitigación sin esperar”, señaló Ramón Méndez, director Nacional de Energía. “Mucho más que pararnos ante representantes de los otros 190 países a dar una posición, tenemos la posibilidad de mostrar, no de proponer ni decir. Eso nos da una visibilidad que no podríamos lograr de otra manera”, aseguró.
Uruguay buscó su espacio en la Conferencia de las Partes (COP) de Cambio Climático que se realizó este diciembre en Lima en eventos conjuntos con Unesco y el Banco Interamericano de Desarrollo, en que presentaron las acciones que se están llevando a cabo, hechos y resultados.
El objetivo fue encontrar “líneas de conexión y cooperación” con otros países. “Al final, la región se construye haciendo, no solamente intercambiando visiones sino intercambiando realidades, no hay otra manera”, destacó Lejtreger.
La convocatoria fue muy buena, según la subsecretaria. “Hay muchísimo interés por lo que está haciendo Uruguay. Estamos haciendo cosas valiosas con una base social importante, con un acuerdo nacional y procesos de diálogo que las hacen sostenibles y coordinadas”, aseguró.
Acción.
Junto a Lejtreger, Ramón Méndez (director nacional de Energía) y Tabaré Aguerre (ministro de Ganadería) presentaron los proyectos en marcha ante un auditorio muy diverso.
“Uruguay está a la vanguardia en reducción de emisiones GEI con su política de introducción de renovables acompañada con la reducción de costos y no con sobrecostos por producir renovables”, dijo Méndez. Las emisiones del sector energético uruguayo son menos del 20% del total de emisiones del país. En el mundo en general es “al revés”: las emisiones del sector energético son entre el 75% y el 80% del total.
En cuanto a la agricultura, se presentó el trabajo que está haciendo Ganadería para lograr generar alimentos con la menor intensidad de emisiones posible por cada kilo de producto generado, con la menor huella de carbono posible.
“Se percibe que Uruguay intenta mostrar ejemplos concretos de que ‘sí se puede’ en un país emergente tener un desarrollo en relación con el cuidado ambiental”, destacó Méndez.
Ciencia, Salud y Ambiente
2014-12-18T00:00:00
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