Abitab ya definió que será administrador de corresponsales de los 496 locales que integran la red, informó a Búsqueda su presidente, Roberto Palermo. Están manteniendo conversaciones con más de un banco, pero “esto recién empieza”, apuntó. Su expectativa es que las negociaciones cristalicen en un contrato que deberá presentarse en pocos meses ante el BCU para su aprobación.
El mismo camino seguirá Red Pagos, confirmó a Búsqueda su presidente, Bernardo Leis. La figura del corresponsal financiero “ha tenido éxito en América Latina, ya que permite que la gente se sienta más a gusto con los servicios financieros prestados en la proximidad de su casa, con horarios amplios y la atención típica del negocio de barrio”, añadió.
“No tenemos ningún interés en ser banco minorista”, aclaró.
Red Pagos, que cuenta con unos 350 locales y sigue en “fase de crecimiento”, según dijo Leis, ya realiza cobranza de tarjetas de crédito para los bancos, entrega créditos concedidos por algunas de esas instituciones y cobra cuotas de préstamos, por ejemplo. Las nuevas cuentas básicas de ahorro son “interesantes” y harán aumentar la cantidad de usuarios de los servicios financieros, opinó.
Por medio de contratos de tercerización de servicios, en los hechos los bancos lograrán extender su red física con un costo menor que el que supone abrir nuevas dependencias propias.
Hoy hay 315 sucursales en todo el país; Colonia es el departamento con mayor proporción de oficinas bancarias por habitante (una cada 4.928) y Canelones con la menor (una cada 23.645), calculó Búsqueda con datos del BCU y del último censo poblacional del Instituto Nacional de Estadística. En promedio, en todo el país existe una sucursal cada 10.433 habitantes.
El Central señaló en un comunicado que acompañó la difusión de las nuevas circulares (ver nota aparte) que espera que las figuras de banco minorista y de corresponsalías “permitan incrementar significativamente el grado de penetración del sistema financiero mediante una mayor presencia de puestos de prestación de servicios”, y que las cuentas básicas de ahorro pretenden que personas de relativamente bajo nivel de ingreso puedan hacer depósitos.
Añadió que la SSF “atendió especialmente que el diseño de estas nuevas figuras no altere el nivel de riesgos ni genere potenciales debilidades a futuro en el sistema, tanto desde el punto de vista de la solvencia de las instituciones financieras como del combate al lavado de dinero y financiamiento del terrorismo”.
Bancos con “dudas”.
A nivel bancario se recibieron con cautela las nuevas circulares, si bien todos se expresan a favor de una mayor penetración de los servicios financieros en el país.
El director ejecutivo de la Asociación de Bancos Privados (ABPU), Julio de Brun, dijo a Búsqueda que la normas abren “dudas de interpretación”, por lo que enviarán algunas consultas a las autoridades.
Una es si por ejemplo a los supermercados, que ya hacen cobranza de tarjetas de crédito para los bancos, se les pedirán medidas de seguridad específicas.
“En cuanto a la definición de corresponsales, hubiéramos preferido que quedara circunscripta solo a quienes reciben depósitos. No está del todo claro el alcance que tiene esta normativa en materia de lo que son tercerizaciones que están sujetas a la aprobación del BCU. Como la normativa que definió la tercerización, de 2002, no está reglamentada, hay una suerte de vacío. Si tengo un abogado que me gestiona las cobranzas de crédito, ¿es una tercerización? Y si el corresponsal queda definido de manera muy amplia, eventualmente toda tercerización pasa a quedar incluida en esa figura de corresponsal”, agregó De Brun.
Con respecto a la no exclusividad de los servicios de corresponsales financieros, el ejecutivo señaló que los bancos deberán “poner murallas chinas internas” para asegurarse que esos agentes no actúen como asesores financieros.
La ABPU también tiene algún reparo sobre las cuentas básicas de ahorro. “Ya habíamos observado que si tenés que controlar que no se excedan ciertos volúmenes en el momento que se hace el movimiento se genera un costo interno que a algunos bancos los desalienta en el interés de utilizar este tipo de cuentas”, sostuvo de Brun.
Un gerente del sector dijo por su parte, que las tres circulares “cambian toda la modalidad del banco tradicional”. La inquietud referiere concretamente a la nueva figura de banco minorista.
Las corresponsalías son vistas más bien como una oportunidad para extender su negocio.
La mayoría de los bancos ya mantiene acuerdos con redes de cobranza o supermercados para algunos servicios, especialmente el pago de cuentas de tarjetas de crédito. Es el caso por ejemplo de Itaú, Santander y BBVA con Abitab y Redpagos, o de Nuevo Banco Comercial con Abitab y Tienda Inglesa. Algunos tienen acuerdos también para tarjetas de crédito con descuentos en algunas cadenas de farmacia, como Santander, que emite una tarjeta junto con Farmashop, y mantiene convenios de pago de tarjetas con Devoto. Con la nueva regulación es posible que se “profundicen” este tipo de convenios, afirmaron las fuentes.
También el estatal Banco República (BROU) tiene acuerdos de este tipo.
Algunas instituciones están en conversaciones “exploratorias” con nuevos posibles corresponsales (como farmacias o supermercados) aunque, advirtieron, la normativa es reciente y “hay que estudiarla”.
Palermo, de Abitab, aseguró que esa red dispone de un sistema de seguridad “muy avanzado” y que tecnológicamente los locales corren con ventaja frente a otros posibles corresponsales financieros, para poder efectuar las transacciones en tiempo real. Indicó que será necesario capacitar al personal, entre otras cosas en cuanto a la confidencialidad que requieren los clientes y a la prevención del lavado de dinero.
En Brasil hay 98.000 corresponsales bancarios, entre ellos pequeños almacenes en el selvático estado de Mato Grosso, apuntó.
En Uruguay “las redes (de cobranza) van a cumplir un rol preponderante” en la bancarización, lo que dará acceso a servicios bancarios a muchos sectores que hoy no lo tienen, favorecerá la “transparencia” de las transacciones económicas y contribuirá al “desarrollo” económico por la vía de la baja de costos, dijo ese empresario.
A nivel de los bancos se estima que las cuentas básicas de ahorro podrían canalizarse a través de los corresponsales.
Algunos gerentes bancarios consultados estimaron que es posible que se revisen las condiciones de los contratos que hoy sostienen, por ejemplo con las redes de cobranza. En vistas de que “hay nuevos jugadores en la cancha”, las entidades bancarias podrán preguntarse: “entonces, ¿cuánto me cobrás?”. Otras fuentes estiman que el servicio de corresponsales se utilizará, sobre todo, para el interior del país, donde hoy es muy costoso para un banco abrir una sucursal. Con eso podrían competir con el BROU, que en el interior mantiene una red de sucursales más amplia que las instituciones privadas.
¿Qué queremos ser?”
La preocupación principal para los ejecutivos bancarios es la regulación que crea la figura de banco minorista, que tendrán actividad limitada pero también menos requisitos de liquidez y capital. Algunos gerentes estimaron que no existe normativa similar “en toda América Latina”.
“Tendremos que pensar qué queremos ser, si bancos o bancos minoristas”, dijo uno. La competencia, entienden, se dará para los bancos en la captación de depósitos de residentes, y para las financieras en el área del crédito al consumo.
Estas medidas van en línea con el impulso a la bancarización que está propiciando el Poder Ejecutivo, por ejemplo dando estímulos tributarios a comercios para la incorporación de equipos que permiten hacer pagos electrónicos (conocidos por la sigla en inglés POS) y, de forma progresiva, obligando a abonar sueldos y pasividades por canales bancarios, si prospera un proyecto que será enviado al Parlamento en poco tiempo. Su puesta en vigor ocurre en un contexto de crecimiento de la actividad bancaria —con aumento de los depósitos y los créditos—, pero niveles de ganancias considerados preocupantes por los ejecutivos de las entidades (ver entrevista en página 24).
Un análisis hecho en 2010 por la consultora CPA/Ferrere para la administradora de créditos Pronto! detectó que el “rezago” de Uruguay “parece ser mayor en términos de profundidad y cobertura, y algo en menor grado en términos de la intensidad de uso de los servicios financieros bancarios” (ver Búsqueda Nº 1.577). En el sistema uruguayo había 500 cuentas de depósitos cada 1.000 habitantes, frente a 746 en Chile, 875 en Argentina y 1.760 en Estados Unidos.
Economía
2013-07-11T00:00:00
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