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Acreditado, desvinculado o “en curso”. Esas son las tres opciones que los profesores pueden poner a sus alumnos al cierre del 1er año de Ciclo Básico, según determina un nuevo plan del Consejo de Educación Secundaria (CES) que entró en vigencia en 2016. Elaborado por la Dirección de Planeamiento y Evaluación Educativa de Secundaria, el plan está incluido dentro de las ofertas curriculares que se enumeran en el sitio oficial del CES, y es ejecutado desde principios de año en ocho liceos del país, si bien su reglamento de evaluación fue aprobado recién en mayo.
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Denominado Propuesta 2016, el plan está destinado a estudiantes de 13 a 17 años que hayan egresado de Primaria con rezago o no se hayan registrado en educación media, o que hayan repetido o abandonado en 1er año de Ciclo Básico.
Su reglamento de evaluación y pasaje de grado establece, sobre la acreditación, que una vez finalizado el año los profesores definirán el fallo entre tres alternativas, entre las que no se menciona la repetición: “Acredita el curso”, cuando el alumno ha logrado un nivel de suficiencia en las competencias específicas y generales en el marco del perfil de egreso definido; “desvinculado”, cuando dejó de concurrir o sus inasistencias son demasiadas; y “en proceso”.
Sobre esta última alternativa, el reglamento explica que cuando el alumno no ha alcanzado un nivel de suficiencia en las competencias específicas y generales en el marco del perfil de egreso definido, “se deberán proponer estrategias y apoyaturas presenciales y virtuales, a desarrollarse en los meses de diciembre y febrero, acordes a las necesidades de los procesos de aprendizaje de los estudiantes”.
“Aquellos aspectos del aprendizaje que el estudiante no ha logrado desarrollar en el año lectivo, continuarán trabajándose especialmente. En ese sentido se implementarán apoyaturas y tareas complementarias (tutorías, trabajos domiciliarios, proyectos, etc.)”, agrega.
Esta forma de resolver la acreditación del curso no cuenta con el respaldo de Isabel Jaureguy, consejera de Secundaria. “No sé exactamente qué quiere decir ‘en proceso’. Si los estudiantes no alcanzaron los aprendizajes establecidos por los docentes, ¿entonces qué es lo que pasa?”, dijo a Búsqueda.
“Me preocupa. Me preocupa que en el afán de querer generar una educación secundaria donde estén incluidos todos hagamos una educación de doble nivel de calidad. Claramente para mí esta propuesta está muy inmadura”, criticó.
Una vez que acreditan el curso, los estudiantes están habilitados para anotarse en 2° año de Ciclo Básico a cualquiera de los otros planes de Secundaria, entre ellos Reformulación 2006, el plan principal y que existe en todos los liceos públicos y privados del país.
Flexibilidad.
Propuesta 2016 pretende institucionalizar el Programa Aulas Comunitarias, desarrollado por el CES y el Ministerio de Desarrollo Social en aulas que pertenecen a ONG, y enfocado en reinsertar en la educación media a alumnos con dificultades.
A diferencia de Aulas Comunitarias, esta propuesta se realiza entre los liceos del CES. Su objetivo es asegurar las trayectorias educativas de esos estudiantes con dificultades, uno de los puntos en que más se ha enfocado la gestión de Wilson Netto, presidente del Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP).
“El diseño de la propuesta apunta a mayor soporte y seguimiento de los estudiantes en su estancia en las instituciones. Se espera así que esta población de estudiantes se pueda integrar al liceo y al sistema educativo. Esto significa respetar la heterogeneidad en el aula, es decir, la diversidad en las habilidades sociales, los aspectos afectivos, los ritmos de aprendizaje, las variables de personalidad, la motivación y las necesidades personales”, dice la fundamentación de la propuesta.
Otro de sus objetivos, en línea con la descentralización académica que se promociona desde el Codicen, es lograr que cada liceo y su cuerpo docente establezcan cuáles son las competencias generales y específicas que es necesario aprender, aunque siempre deberán hacerlo “en función de las características de los estudiantes”.
Del mismo modo que otorga libertad a los liceos y a los profesores para establecer las competencias, la Propuesta 2016 también les permite decidir si un alumno puede ser acreditado aunque no haya cumplido con el mínimo requerido de asistencias.
“La asistencia incide en forma cualitativa en el proceso de aprendizaje. En consecuencia, cada comunidad educativa consensuará la forma de seguimiento y evaluación de la presencialidad, participación e involucramiento del estudiante. Los estudiantes no deberán superar el 20% de inasistencias en relación con las clases dictadas. No obstante, el cuerpo docente podrá determinar la promoción en aquellos casos de inasistencias justificadas o en el caso de constatarse el desarrollo de las competencias básicas definidas para el curso”, señala el reglamento.
La “gran flexibilidad” en el tema de las inasistencias también preocupa a Jaureguy, quien cree que el tránsito de Aulas Comunitarias a la Propuesta 2016 “se está haciendo demasiado erráticamente” y considera un error que el plan haya comenzado a aplicarse a inicios de año cuando su reglamento de evaluación y pasaje de grado aún no estaba aprobado. “De la misma forma empezó la Reforma Rama en 1996…”, ejemplificó, e incluso comparó ambas en un blog personal.
“La experiencia aplica a una muy pequeña proporción de nuestro estudiantado, a pesar de lo cual, es necesario seguir con atención estas modalidades. Surge naturalmente la pregunta: ¿con qué marco han comenzado estos docentes, estos grupos y estos jóvenes? Se contestará que al inicio la Reforma 1996 empezó de la misma manera, sin reglamento de pasaje de grado. La respuesta es justamente esa, igual que en 1996”.
Lúdico-recreativas.
La nueva propuesta tiene cuatro asignaturas de cursado anual (Razonamiento Lógico-Matemático, Comunicación Lingüística, Inglés y Educación Física y Recreación) y seis de cursado semestral (Biología, Ciencias Físicas, Educación Sonora, Historia, Geografía y Educación Visual y Plástica). A esa malla curricular se le agregan diversos talleres, uno de los cuales está vinculado al fortalecimiento de habilidades sociales y grupales, mientras que los demás se relacionan con la expresión artística, las actividades lúdico-recreativas y el mundo del trabajo.
Establece que “el estudiante se ubica en el centro del proceso educativo con sus peculiaridades y posibilidades”, por lo cual se prevé “la incorporación de variados recursos que estimulen las diferentes formas de trabajo individual y cooperativo, buscando otorgar dinamismo a las instancias de aprendizaje y de enseñanza, procurando lograr mayor motivación”.