Mientras la empresa Montecable se prepara para prestar servicios de Internet en los hogares —según pronostican varios empresarios—, Antel hace una fuerte apuesta para generar y difundir contenidos audiovisuales y la telefónica Claro sigue empujando para introducirse en el negocio de televisión para abonados.
Estos movimientos están en sintonía con una tendencia que se da a escala mundial, que implica que una misma empresa venda servicios de Internet, telefonía móvil y contenidos audiovisuales. El fenómeno, conocido como “integración vertical”, es resistido por el gobierno, pero se está imponiendo por la vía de los hechos, coincidieron especialistas y empresarios consultados por Búsqueda.
Incluso la empresa estatal está avanzando en esa dirección. En los últimos meses hizo importantes inversiones para comprar los derechos de transmisión de los partidos de la selección uruguaya de fútbol y de los Juegos Olímpicos. Este último evento deportivo lo emitió a través de Vera TV, su portal de streaming, una plataforma online que permite a los usuarios ver videos sin necesidad de descargarlos.
Para realizar la cobertura en vivo de los Juegos Olímpicos el ente estatal firmó un acuerdo con Elemental, una empresa de procesamiento audiovisual que se dedica a trabajar con medios de comunicación y de entretenimiento como la BBC y ESPN.
A su vez, en el sitio de Vera TV se pueden ver en directo los canales de televisión abierta, además del canal municipal de la capital, TV Ciudad, y algunas señales internacionales, entre ellas la cadena de noticias Al Jazeera y la venezolana Telesur. La empresa estatal también está generando contenidos y programas propios que están disponibles en su portal. En la misma línea, hace unas semanas lanzó una promoción con la que, con la contratación del servicio de Internet, regalan un receptor de Televisión Digital Terrestre, una tecnología que permite sintonizar en los televisores a Vera TV, Netflix y YouTube.
El tipo de expansión que está llevando a cabo Antel (de integración vertical) es una tendencia que se da alrededor del mundo, que implica que las compañías de telecomunicaciones presten servicios televisivos, que los cables ofrezcan servicio de Internet, y viceversa. A su vez, está vinculado con otro fenómeno que es el de la convergencia digital. El término refiere a la posibilidad de que, en un mismo dispositivo, a través de Internet, se puedan consumir distintos contenidos: videos, música, texto, etcétera.
“El camino natural es que Antel ofrezca en el futuro otras señales como, por ejemplo, HBO y Discovery, y empiece a generar el negocio del cable para luego cobrarlo”, evaluó en diálogo con Búsqueda el vicerrector de Gestión Económica y Desarrollo de la Universidad Católica, Omar Paganini.
“Si se basan solo en transmitir datos, de alguna manera se quedan afuera del crecimiento del negocio, que cada vez tiene más que ver con la generación de contenidos”, apuntó el académico.
Empresas de telecomunicaciones como Telefónica y Claro —presentes en Uruguay— también generan contenidos audiovisuales propios. Ambas compañías brindan ese servicio a través de la venta de datos en los dispositivos móviles. En otros países de la región, Telefónica también ofrece servicios de televisión para abonados, al igual que Claro. Esta última empresa enfrenta un litigio contra el Estado en el Tribunal de lo Contencioso Administrativo, en un caso en el que reivindica su derecho a ofrecer servicios de televisión satelital.
Por otro lado, un fallo reciente de la Suprema Corte de Justicia (SCJ) declaró inconstitucional el artículo de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que prohíbe a los operadores de cable prestar servicios de telefonía y de transmisión de datos (Internet). Con esto, Montecable quedaría habilitada para brindar servicios de Internet en los hogares, lo que también responde a la lógica de integración vertical.
Para ello, deberá presentar un proyecto y recibir el visto bueno de la Unidad Reguladora de Servicios de Comunicaciones (Ursec), un organismo que depende de Presidencia de la República. Las fuentes consultadas coincidieron en que el camino no será fácil. Es que si bien Antel amplía sus negocios, en las últimas tres administraciones el gobierno se resistió a que los operadores de cable ofrecieran servicios de Internet en los hogares.
La empresa estatal ejerció un monopolio de hecho en ese negocio, hasta que a fines de 2014, durante el gobierno del actual senador y ex presidente José Mujica, el Parlamento aprobó la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que le dio un marco legal a la exclusividad de Antel para ofrecer ese servicio.
La ley, que todavía no fue reglamentada, prohibió a las compañías telefónicas y a los operadores de cable ampliar sus negocios y brindar Internet en los hogares para competir contra el ente estatal.
Ante esa situación, decenas de empresas vinculadas al sector audiovisual —entre las cuales estaban TCC, Montecable, Nuevo Siglo y DirecTV, entre otras— presentaran recursos de inconstitucionalidad ante la SCJ. Varios de los pedidos apuntaron —entre varios otros aspectos de la regulación— contra el artículo que les impedía brindar servicios de Internet en los hogares.
En la acción presentada por TCC y DirecTV, la corporación entendió que el artículo era constitucional. Sin embargo, en el recurso iniciado por Montecable, los ministros interpretaron que, en ese caso particular, la regulación atentaba contra la Carta Magna.
Más allá de la controversia que generó el fallo de la SCJ, ahora Montecable podría prestar servicios de datos y competir contra Antel. “El fallo está poniendo las cosas en su debido lugar de acuerdo con lo que son las tendencias en el mundo”, dijo a Búsqueda el ingeniero Omar de León, que se desempeña como asesor de empresas de telecomunicaciones.
La noticia no cayó muy bien en el gobierno. La ex presidenta de Antel y actual ministra de Industria, Carolina Cosse, dijo en un evento realizado por la Cámara Uruguaya de Televisión para Abonados (CUTA) que Uruguay “ya tiene Internet” y que “ese no es un problema en el que hay que trabajar”, según publicó el diario “El Observador” el sábado 13. La jerarca agregó además que el “modelo de negocios” que utiliza la tecnología del cable módem, que es el que ofrecían los cableoperadores cuando reivindicaban su derecho a ofrecer Internet, está “ampliamente superado”.
Antel inició en la administración anterior la instalación de fibra óptica —una tecnología que permite a los hogares acceder a Internet de alta velocidad— y, tras una millonaria inversión, llevó el servicio al 75% de los hogares, según los datos que maneja el gobierno. Es por ese motivo que Cosse entiende que la discusión sobre la posibilidad de que empresas privadas expandan sus actividades hacia la venta de datos en los hogares quedó laudada.
Empresarios del sector de las telecomunicaciones consultados por Búsqueda opinaron diferente. Si bien coincidieron con que la tecnología del cable módem quedó obsoleta, explicaron que existen otro tipo de tecnologías más avanzadas por las cuales podrían ofrecer el servicio y competir con el ente estatal. “Por las redes de cable se llega a velocidades comparables con las de la fibra óptica”, aseguró De León.
Paganini, por su parte, interpretó que la reticencia del gobierno para que esto suceda puede venir por el “miedo” a que los operadores de cable “ofrezcan” servicios de Internet y de cable a los sectores más privilegiados y que compitan con Antel en ese segmento, que es el más redituable.
El especialista señaló que más allá de la postura del gobierno, de una manera u otra, las posibilidades tecnológicas de las empresas se imponen por la vía de los hechos, y que el mundo avanza hacia la “integración vertical” y la convergencia. “La tecnología permite cosas que a la larga se dan, y que se van a seguir dando”, resumió.
Información Nacional
2016-08-24T00:00:00
2016-08-24T00:00:00