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“Desacreditar la política”. Tener como única cualidad “ser amigo de los poderosos”. Ejercer “persecución y discriminación de género en la Cancillería”. “Torpedear la relación con Argentina”. “Vender humo con un quimérico acuerdo con China”. Establecer “el Terror institucional”.
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Estos son algunos de los duros cuestionamientos hacia el ministro de Relaciones Exteriores, Francisco Bustillo, desplegados en un texto anónimo, escrito en primera persona por alguien que solo se identifica como “exvotante del Partido Nacional”, que está circulando en Cancillería y al que accedió Búsqueda. Un jerarca de la cartera le atribuyó “aires a pasillo” del Palacio Santos: “Si (el autor) no es diplomático, por lo menos es suficientemente conocedor de la interna”. El texto es reciente, ya que ironiza con el “error circunstancial” en una “votación clave de la OEA”, en referencia a las idas y vueltas de Uruguay en la declaración de ese organismo.
Y si bien Bustillo está muy lejos de generar unanimidad en la Cancillería, esa carta logró que al menos una docena de embajadores de carrera le expresaran su solidaridad ante la “canallada”.
El texto, titulado Bustillo o la muerte de la meritocracia, contiene ácidas críticas hacia el canciller y, por elevación, al presidente Luis Lacalle Pou, ironizando con la “libertad responsable” que pregona el último y la “libertad irresponsable” que supuestamente ejerce el primero. Asimismo, hace un racconto de alguno de los episodios más complejos de la estancia de Bustillo en el Palacio Santos, que van desde “votar una vez contra Israel por error y otra por acierto” hasta el almuerzo de marzo de 2021 con autoridades de Economía, consistente en milanesas y que costó US$ 800. “No puedo concebir que una persona cuya única cualidad, esgrimida por sus defensores, sea la de ser ‘amigo de los poderosos’ (…), haya sido premiado con una de las más altas y complejas responsabilidades del Estado. No puedo creer que un país que se precia de su tradición liberal y humanista (...) deje actuar a un canciller de la República de la manera que lo hace”, señala la misiva.
Como ejemplos de la “libertad irresponsable” que el escribiente le endosa a Bustillo, incluye “el enviar a la Justicia a 70 mujeres que alertaron sobre acoso”, en referencia a una denuncia que realizaron diplomáticas y funcionarias del servicio exterior sobre prácticas ocurridas en el Ministerio en marzo de 2021 (Búsqueda Nº 2.116), “perseguir a los funcionarios y diplomáticos que trabajan, menospreciar a las jóvenes generaciones de diplomáticos, rezongar y ningunear a reconocidos embajadores uruguayos en el exterior y establecer el Terror institucional”. También atribuye a ese concepto el “no haber hecho nada en 18 meses en Cancillería… salvo torpedear la relación con Argentina y llevarla a un punto de quiebre (...), alienar a Brasil y desdeñar a Paraguay, desmantelar a Uruguay XXI (…), conspirar contra el acuerdo con la UE, mentir sobre la flexibilización del Mercosur, vender humo con un quimérico acuerdo con China o presentar la bofetada pública que recibió el presidente de su par argentino ¡como un triunfo de la diplomacia uruguaya!”.
Uno de los párrafos más duros es el que derivó en la salida del entonces director de Asuntos Políticos de Cancillería Pablo Sader, en setiembre de 2020, por un voto contra Israel en la ONU. “Quizá la libertad irresponsable del Sr. Bustillo sea la de dejarse dictar la política exterior del Uruguay por el embajador de Israel (...), al mismo tiempo que llama ‘al orden’ de manera pública, prepotente, canchera, machista y misógina, y tan poco digna de un canciller de la República, a la representante de un Estado extranjero en el Uruguay (Palestina), tan solo por defender los intereses de su país”.
Luego de definir al canciller como un defensor de la “diplomacia de cóctel”, impulsor de una “política exterior carente de todo componente estratégico (…), descerebrada e improvisada (…), que pretende hacerle creer a John People (sic) que el Uruguay puede patear el tablero, pelearse con todo el mundo y que esto no tendrá consecuencias negativas”, el autor anónimo apunta sus dardos hacia más arriba: “Quizá la libertad responsable del presidente sea la de nombrar a su amigo como canciller”. Finalmente, el texto señala que Bustillo y su nombramiento “es la razón por la cual la gente descree de la política”, personificando en él “el acomodo inmerecido, el servilismo a los poderosos, el destrato a los ‘inferiores’, el premio a la vagancia, a la irresponsabilidad y a la improvisación”.
Fachada del Ministerio de Relaciones Exteriores. Foto: Pablo Vignali / adhocFOTOS
Apoyos
Consultado por esta misiva, el canciller Bustillo prefirió no hacer declaraciones. Sí las quiso formular, en cambio, un embajador pero “sin dar el nombre, como tampoco lo da esta persona que hizo la nota”, especificó. Esta fuente, uno de los diplomáticos que le expresó su apoyo al jerarca, señaló a Búsqueda que se vio “sumamente sorprendido” por el texto y por su propagación, que excedió el ámbito ministerial.
“Lo que se dice ahí no refleja la realidad y responde a cuestiones personales que no se compadecen con la objetividad de las funciones de la Cancillería. Es una falacia”, agregó.
Desde la Cancillería informaron que no piensan hacer una investigación sobre el origen y el autor de la carta anónima y que se cuenta con argumentos para desmantelar las acusaciones. En referencia al supuesto maltrato o discriminación hacia las mujeres, en el ministerio dijeron que en el último ascenso al escalafón de embajadores, el 10 de junio de 2021, de los cinco promovidos, tres son mujeres.
