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A diferencia de lo que ocurre con la Caja de Profesionales, que ya tiene un anteproyecto redactado que sirve como borrador, la iniciativa para reformar la Caja de Jubilaciones y Pensiones Bancarias (CJPB) todavía está en una etapa más preliminar. Los representantes de los bancos, el sindicato bancario AEBU, el MTSS, el Ministerio de Economía y la OPP formaron un grupo para discutir el tema, pero a sus integrantes les ha costado llegar a acuerdos que puedan plasmarse en un texto.
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El problema financiero de la CJPB es tan urgente que la entidad pidió a los bancos que anticipen el calendario de transferencia de los aportes para usar ese dinero para pagar pasividades. Mientras, las reservas se van agotando y esa es la carrera contra el tiempo en la que está la comisión. Un aspecto de consenso es que será necesario que las tres partes pongan de sí para la solución. En el caso de los empleados bancarios, será trabajando más años y aceptando cobrar jubilaciones menores. Los bancos se resisten a asumir mayores cargas sociales, pero están dispuestos a dar financiamiento a la CJPB comprando un bono que emitiría el gobierno (su contribución) que le dé aire a la entidad paraestatal.
En el medio de esas discusiones, la Asociación de Empleados Bancarios (AEBU) y la gremial de bancos privados —ABPU— están cruzando reproches.
El secretario general de AEBU, Fernando Gambera, dijo a Búsqueda que desde la ABPU se comenta lo “rígido” que son los convenios laborales en el sector, con lo que producen “una imagen de privilegio” de los empleados bancarios. Según el dirigente, esa afirmación contrasta con los sueldos de los 10 principales ejecutivos del sistema que en un año “se llevaron” más de US$ 10 millones entre salarios y partidas complementarias, indicó basado en los balances de los bancos y en la información pública de la CJPB. Solo uno de ellos ganó $ 52 millones en un año. “Desde ese lugar hablan de la rigidez de los empleados: desde la comodidad de semejante privilegio”, fustigó Gambera.
Por su lado, refiriéndose a algunos sueldos bancarios, la directora ejecutiva de la ABPU, Bárbara Mainzer, declaró a Búsqueda que hay “beneficios hechos para otra época” y propios de un mundo “diferente”. “Nos tenemos que adaptar” a una nueva realidad, sostuvo.
Desde la ABPU se pretende poner en discusión las primas por antigüedad, que se pagan “independientemente de la tarea que se haga” y del desempeño, señaló su ejecutiva. “Tenés personas haciendo tareas rutinarias con sobresueldos muy elevados. Estas son las cosas que debemos corregir, precisamos alinear los salarios a la productividad”, indicó. Esos “posibles ahorros”, sin embargo, serán “pequeños al lado de la contribución que realizarán los bancos” para enfrentar la crisis de la CJPB, aseguró.
Déficit y soluciones
Las diferencias que tienen los trabajadores y los patrones están también en el diagnóstico. AEBU asegura que la pandemia agravó la situación —por la digitalización de los servicios financieros— y que eso se sumó a la “decisión de eliminar las vacantes de la banca pública”, según un comunicado que difundió el martes 27.
Mainzer, en tanto, dijo que el problema de la caja no es financiero sino económico y “estructural”. El déficit proyectado era de US$ 37 millones entre 2024 y 2029, pero los resultados negativos comenzaron en 2017, “mucho antes de la pandemia”, señaló.
“Ahora estamos frente a un déficit acumulado de US$ 1.000 millones”, aseguró la ejecutiva. Sumó los números rojos entre 2017 y 2022 (US$ 285 millones) y la proyección hasta el 2034 (US$ 660 millones). Consultada sobre si el monto puede ser mayor, la directora ejecutiva de la ABPU contestó que es una posibilidad.
Gambera indicó que una “premisa” de la negociación es que todas las partes hagan sus aportes y que no exista “la necesidad” de que el Estado apoye. “Reivindicamos que haya acuerdo. Si la salida se concretara, sería la única posible que hace que se encierre el problema en los involucrados y no se haga poner al resto de los uruguayos”, afirmó el dirigente.
La fórmula en la que trabajan implica un aumento en el aporte de los trabajadores, que se concretaría de una forma “licuada en el tiempo, para que no afecte el líquido” salarial. También se busca un mecanismo que los estimule a postergar su retiro. Habría, además, “una aportación de los nuevos jubilados”, sostuvo Gambera.
“Este es un esquema que tiene que trabajarse y que iguale el esfuerzo que ponen las empresas”, comentó. AEBU pretende que se aumente la Prestación Complementaria Patronal (PCP), que funciona como un aporte patronal de los bancos. El dirigente aseguró que las instituciones financieras están en un “momento de ganancias de récord histórico”.
Mainzer dijo que las ganancias de los bancos de este año van a ser altas por un “factor exógeno”, en referencia a las tasas de interés a escala internacional. Los “ratios de rentabilidad de bancos uruguayos son bajos” en la comparación internacional y tienen una “pequeña escala”, lo que los hace “poco atractivos para las casas matrices”, aseguró.
Sobre un posible aumento de la carga, dijo que el año pasado los bancos hicieron una contribución de 47% entre los aportes y la PCP. “Y vamos a tener que contribuir aún más. Pero hay que ser cuidadosos, todo tiene un límite. Son niveles elevadísimos”, aseguró. Añadió que, para la salida de esta crisis en la CJPB, los bancos privados aportarán “muchas decenas de millones de dólares”.
En caso de no llegar a un consenso, el Ejecutivo puede mandar su proyecto sin la aprobación de las partes. Eso generaría un “conflicto a morir” porque implicaría que se termine la “autonomía de la caja”, señaló Gambera. (*)
(*) La versión original de este párrafo fue ajustada corrigiendo la atribución de la cita, que erróneamente se adjudicó a Mainzer.
