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    Todos mienten

    Detrás de escena de la ópera de cámara Rashomon, que estrenará el Auditorio del Sodre el domingo 26

    Es una historia sencilla, con un relato enmarcado donde se cuentan diferentes versiones sobre un mismo episodio. En un portal abandonado en una entrada a Kyoto, con el sonido de la lluvia, un leñador y un sirviente se refugian y empiezan a contar historias, como la del asesinato de un alto funcionario que paseaba por un bosque cercano junto a su esposa, quien resultó violada por el delincuente. Todos los involucrados declararon ante los jueces, dando versiones contradictorias y personales. El relato es del escritor japonés Ryunosuke Akutagawa, que fue retomado por su coterráneo Akira Kurosawa para realizar su gran película Rashomon, de 1950, que ganó un Óscar honorífico a la mejor Película Extranjera en 1951 y el León de Oro en el Festival de Venecia. Ahora Rashomon tendrá su versión operística de cámara en Uruguay, que se estrenará en el Auditorio del Sodre el domingo 26.

    Para este drama ambientado en el siglo XII, Kurosawa se basó en los relatos El bosque y Rashomon, de Akutagawa, y contó con las actuaciones de Toshiro Mifune y Machiko Kyo. Incluye el relato del asesino, de la esposa deshonrada, de un leñador que presenció el hecho y del propio muerto a través de una médium. Por otro lado, hubo una producción estadounidense que la transformó en un western: Cuatro confesiones (The Outrage, 1964, de Martin Ritt), con Paul Newman, Claire Bloom y Edward G. Robinson.

    La composición musical de esta ópera es de León Biriotti, con dirección musical de Fernando Condon y libreto, dirección escénica y escenografía de Sandra Massera. Las funciones serán el 26, 28 y 29, a las 20 h, con entradas entre $ 350 y $ 2.100, en venta en boletería del teatro y locales de Antel, Abitab y Redpagos.

    De cosecha propia.

    “Si todos mienten cabe la esperanza de alcanzar una certeza”, sugiere el texto promocional de esta ópera, que tiene una génesis antigua, de cuando a Biriotti se le ocurrió crear la música después de quedar impresionado por la película. Compositor, ex primer oboe de la Sinfónica del Sodre durante muchos años y director, no había escrito antes una ópera. En 2010 recordó Rashomon, volvió a leer los cuentos de Akutagawa y trabajaron el texto con la dramaturga Massera. En 2014, la Ossodre, con dirección de Stefan Lano, estrenó tres fragmentos sinfónicos, generándose entonces el compromiso de estrenar la ópera este año.

    Fernando Condon estrenó varias obras de Biriotti y acompañó la génesis del espectáculo desde el vamos. Asimismo, explicó a Búsqueda que si bien el elenco en escena es reducido y no habrá coro, será una gran ópera con nueve cantantes y cuatro roles importantes y un conjunto de cámara con 15 músicos. “No fue fácil seleccionar el elenco. Estamos hablando de un estreno mundial de un compositor contemporáneo, que tiene una profunda fuerza dramática y es exigente para los cuatro roles protagónicos, que tuvieron que prepararse intensamente para afrontar este desafío”.

    El rol protagónico es de la soprano Eiko Senda, japonesa residente en Uruguay que hará de Masago, la esposa atacada. El cuadro se completa con Gerardo Marandino como Takehiro, Federico Sanguinetti como el delincuente Tajomaro y Alicia Costa como la médium. También estarán Stephanie Holm (madre), Andrés Barbery (leñador), Gonzalo Fletcher (monje), Santiago Iván García (policía) y Rodrigo Cabeda (sirviente). La coreografía es de Fabricio Galbarini, el diseño de vestuario de Nelson Mancebo y la iluminación de Álvaro Domínguez. En 1977 se hizo una versión teatral en Montevideo, en la que la médium fue interpretada por Mary Minetti.

    Según Condon, el Sodre no estrena una ópera local desde la década de los 80. “Sin contar Dandy, el príncipe de las murgas, de Alberto Magnone y Horacio Ferrer, un éxito que fue un emprendimiento privado con una estructura de ópera. No hay muchas óperas escritas por compositores uruguayos en el siglo XX”.

    En el siglo XIX estuvo Hasta La última gavota, de César Cortinas, La parisina, de Tomás Giribaldi y óperas de León Rivero. “Estamos frente a un momento histórico en cuanto a la misión del Sodre, que no solamente es poner al servicio del público grandes obras del repertorio universal, sino también creaciones de compositores uruguayos”, dijo Condon.

    La ópera es compleja en el armado y “muy impactante desde el punto de vista musical y visual”, agregó el maestro. “En su formulación tiene un lenguaje contemporáneo, no convencional y no durará más de hora y media”.

    El diseñador Nelson Mancebo se involucró en el proyecto este año. “Me llamó la atención todo lo que transmite esta ópera en lo visual: no estamos acostumbrados. Nunca hice este tipo de vestuario oriental y me costó un poco porque tiene realismo pero también una inspiración no tan clásica. Cuando lo ves en el escenario, luce bastante realista. Me sorprendieron los personajes: el de la médium es muy lindo de rehacer, será un placer ver cómo se mueven los kimonos en el escenario”, explicó Mancebo.

    Por otra parte dijo que el planteo escenográfico es especial. “Hace tiempo que no trabajaba con una propuesta tan bien armada, de una seriedad sumamente positiva para una obra nacional”. También destacó el nivel y disposición del equipo técnico: “Es un grupo maravilloso, lo que se pida está al servicio del diseñador, en un espacio donde todo está contenido: se trabaja muy bien y eso me hace feliz. Yo vengo del teatro y trabajar con cantantes es diferente de hacerlo con actores, porque tienen determinados requerimientos para el vestuario: hay que dejar flojo el traje para que puedan cantar mejor y hacer determinados movimientos”.

    Mancebo valora la forma en que Massera le transmitió lo que quería lograr con la escenografía y el vestuario. “Es un proyecto totalmente estudiado, claro en su definición. Fue lo que más me impactó para decidir trabajar en él”.

    Esta no es una historia lineal. Para Condon es interesante el sedimento que deja el texto: “Recoge un cuento tradicional japonés en el que se sugiere que cuando supuestamente todos dicen una mentira, estamos mucho más cerca de llegar a la certeza. Cuando todo el mundo pretende decir la verdad, esta no se alcanza”.

    La cocina técnica.

    Cuatro personas participaron en la confección del vestuario. El vestido rosa, con delicados apliques de arabescos más oscuros y ceñido a la cintura, cubre el maniquí negro, mientras Amparo Alloza, jefa de Vestuario de los talleres del Sodre, y otra modista, le hacen retoques. Alloza se dedica a esto desde los 18 años; trabajó en teatro con Imilce Viñas y actualmente en Canal 12. Sobre una mesa reposan los zapatos que usarán los personajes de Rashomon: rústicos, hechos con trapo de piso teñido para que parezcan desgastados y humildes. Se diseñaron unos 13 trajes en telas volátiles, con tonos rosas y grises, con esfumados y texturas marrones para los personajes más populares. Todo se fabricó de cero, incluso los zapatos y las pelucas.

    Condon percibe una madurez interesante en el trabajo que se hace en los talleres. “Un elemento que trasciende a Rashomon es que se ha generado una unidad de producción que es un logro del Sodre y del Auditorio, y permitiría que otras producciones se alquilen al exterior, como hemos hecho nosotros alquilando del exterior”.

    Hay mano calificada y grandes espacios para el área técnica. También hay técnicos que de profesión son arquitectos, por ejemplo, lo que da una amplitud de miradas. Mancebo valoró la apertura para investigar y probar. “Es sorprendente el trabajo de los chicos jóvenes, que no tienen un conocimiento perfecto pero sí la apertura para probar texturas, materiales y formas. Hace tiempo que no me pasaba esto de poder probar un tocado varias veces e irlo cambiando, o unas uñas gigantescas que las van transformando a medida que transcurren los ensayos. Da la posibilidad de un conocimiento y una búsqueda muy interesantes”.

    La recreación de esa época y ese ambiente se construye en base a varios elementos complementarios, entre los cuales el vestuario es pieza clave. En este caso, los trajes femeninos son de alta costura; son piezas manufacturadas a medida, más elaboradas en cuanto a telas y terminaciones. Alloza explicó a Búsqueda que con una base de kimono, la mayor complejidad fue el trabajo con la gasa para lograr que no se frunza ni quede arrugada. Se usó también satén, microfibra, microtul y stokineta teñida.

    Santiago Larracharte, jefe de talleres, se encarga de la escenográfica, la utilería y los telones de esta ópera, en la que participaron 12 técnicos. Describió la puesta como “minimalista” y contó que lo más destacado de la escenografía son unas cabezas grandes de rostros fantasmales, cortadas para lograr diferentes formas y posiciones. “Son de 1.50 por un 1.50 metros; estuvimos 15 días tallándolas en espuma plast de alta densidad, pegada con poliuretano, lijada y con enduido, con una técnica que permite hacer una matriz de donde sacar las figuras de resina”. Otro elemento es el portal con una escalinata de madera donde transcurre la acción, con columnas de 4,5 metros de altura, de madera y forradas en lienzo. A la distancia el ojo ve el conjunto como hecho de piedra.

    Predominan los tonos grises, que darán una escena de paisaje sombrío, con un piso de jardín seco japonés de arena rastrillada. Un gran círculo de dos metros de diámetro aportará vida al conjunto, como el sol o la luna, según la escena. Como Alloza, Larracharte confiesa que no va a los estrenos. “Termina la obra y tengo que respirar dos minutos. Soy un saco de nervios: me quedo parado esperando que falle algo para salir corriendo a arreglarlo”, comenta.

    “Estamos creando un taller sin igual en Uruguay. El Sodre nos brinda la posibilidad de trabajar con las herramientas y los materiales que necesitemos, el desafío es lograr lo mejor con eso. Estamos en un nivel de escenografía excelente, que se podría vender, aunque falta un poco de camino porque recién este año tuvimos el taller terminado y probablemente consigamos un sector para depósitos, para alojar las grandes escenografías”, agregó Larracharte.

    Ahora resta ver cómo rodarán todos los engranajes juntos en esta Rashomon oriental del sur. Un misterio que se develará el día del estreno.