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Una página. Diez ideas. Cinco minutos de lectura. Que la gente lo entienda “rápido”. Compromisos a cumplir en los primeros 100 días de gobierno. Ese es el concepto de programa de gobierno que pretende plasmar el precandidato del Partido Nacional Juan Sartori luego de un mes muy intenso de recorrida por el Uruguay. La gira de enero, a poco de desembarcar en el país, incluyó unos 250 encuentros con distintos actores sociales. Y fue justamente para eso: para escuchar propuestas y armar su agenda de gobierno. Porque Sartori se cansó de decir que no tenía programa, que su plataforma saldría de los planteos y reclamos de la gente. Sartori llegó vacío y se fue empapando de la realidad local en estas charlas con vecinos. A veces personalmente, en encuentros barriales en distintos departamentos a los que visitó en más de una oportunidad. Otras de manera virtual, con diálogos en vivo a través de sus redes sociales.
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¿Y qué sacó en limpio Sartori tras esta maratón? A pocos minutos de entrar a una entrevista en una radio en Rivera, el precandidato con chapa de empresario, multimillonario y outsider que tienen los blancos, contesta del otro lado del teléfono. “Falta trabajo”, dice a Búsqueda. “Y por ahí va a ir mi propuesta principal. Es por lejos, pero por lejos, el reclamo que más me hicieron”. Sostiene que hay que “reactivar la economía”, que se encontró con “jóvenes que quieren trabajar y no pueden” o con “trabajadores que ya no dan más”. Asegura que “no son cartas a Papá Noel”, que la gente pide trabajar para “vivir dignamente”.
'Yo quiero que sea algo que todo el mundo entienda rápidamente a lo que me comprometo y en qué tiempo lo voy a lograr. No 300 páginas que nadie entiende y nadie lee. Yo quiero que mi programa y a lo que me comprometo lo entienda cualquier persona en cinco minutos'.
“Hay que cambiar los incentivos acá, bajando impuestos, bajando burocracia, yendo a buscar grandes inversiones y que esas dos cosas relancen la economía y vuelva el trabajo. Por ahí es donde veo la principal preocupación y por donde veo que van a venir las propuestas más claras y en donde hay que actuar más rápidamente”, señala. Atraer inversiones parece ser su zona de confort, el lugar donde está arropado cuando habla. Pero no ofrece demasiadas pistas de cómo hacerlo. Sí se jacta, por ejemplo, de haber estado en el Foro Económico de Davos, en Suiza. Ahí ensaya una respuesta. “Ya demostré que es la manera de hacerlo. Estaban todos los jefes de Estado haciendo lo mismo. Lo que me gustó de esa semana es que empecé en las zonas rojas de Montevideo y terminé en Davos con los líderes mundiales y empresariales. La idea es poder acercar los mundos para que el país funcione mejor. Una buena demostración de cómo se debería trabajar, con mucha cercanía a los que más lo necesitan pero conectados al mundo. Con pragmatismo, que es lo que funciona, y no con ideología”.
Además del trabajo, el precandidato busca resumir bajo un mismo paraguas los otros tres grandes temas que lo inquietan, o que al menos preocupan a la gente con la que se reunió durante este mes: educación, salud, seguridad. “El gobierno nunca nos pidió un esfuerzo tan grande como ahora, con tanto impuesto. Y tenemos la impresión de que las cosas y los servicios andan peor. En algún lugar hay mala administración de esos recursos. Nadie me pide que le regalemos nada”.
Su equipo está resumiendo todos estos planteos. Pero él insiste que quiere algo ágil. “Yo quiero que sea algo que todo el mundo entienda rápidamente a lo que me comprometo y en qué tiempo lo voy a lograr. No 300 páginas que nadie entiende y nadie lee. Yo quiero que mi programa y a lo que me comprometo lo entienda cualquier persona en cinco minutos. Si es una página, diez ideas, que sepan qué es lo que voy a cumplir en 100 días de gobierno”.
Sartori va al Carnaval
Sartori va al fútbol, Sartori va a los barrios, Sartori toma mate con los cuidacoches, Sartori come tortafritas en la plaza. ¿Le faltaba visitar algún otro signo de uruguayez a Sartori? Sí, le faltaba algún tablado de Carnaval. Anoche, el precandidato estuvo en el Teatro de Verano. Fue especialmente a ver al conjunto de parodistas Los Muchachos, luego de enterarse de que lo mencionaban en una de las parodias. Fue con su esposa, hija de un millonario magnate ruso, se sacó fotos con las vedettes e hizo palmas al ritmo de los tambores de la comparsa Yambo Kenia.